La corrupción que nos une

       Las comparaciones nos parecen odiosas salvo que procedan de concienzudos análisis. Cada día escuchamos en qué comunidad autónoma hay más lista de espera, menos profesores, más parados, menos nacimientos, más despoblación rural, etc. Hoy hablaremos de la lamentable cadena que más une a los españoles, la corrupción. Mantenemos un ejército de políticos podridos insertados como gusanos en nuestras instituciones, en casi todas, porque si lo hacen los de arriba, los de abajo presumen estar dispensados. Si el jefe de gobierno representa a un partido tildado de organización criminal para delinquir, que opera desde una sede pagada con dinero negro, y que tiene a punto de rebasar los mil investigados repartidos entre más de sesenta tramas abiertas, los alcaldes de pueblo, e incluso los presidentes de juntas vecinales, por qué van a ser menos. Así lo vemos cada día, y lo que no vemos, y lo que está por ver. Pero no pasa nada. ¿Por qué? Porque en los viejos partidos hay de todo, como en botica, y aunque es cuestión de grado, el  PP saca distancia maratoniana, al final mejor no hablar. Tuvo que llegar Irene Montero y cantarle al PP lo que el PSOE nunca osó. Los españolitos nos preguntamos: ¿Por qué de los mil cuatrocientos investigados (imputados)  hay en la cárcel menos de cien? ¿Por qué no se aprueban leyes que endurezcan las penas para los corruptos? pues fácil, por previsión, porque mañana pudieran ser tratados con su propia medicina. Y así nos va. Puigdemont se nos sale por la orejas, pero detrás de tanto telonero hay un mapa de corrupción que en julio pasado ponía a Cataluña en cabecera (303) con el doble de políticos investigados que Madrid (145 ) y que Andalucía(153 ), y eso no es persecución

«Diario Palentino, 28 de enero de 2018″

Corrupción y macrocinismo  

              El separatismo ha pasado a segundo plano fuera de Cataluña, ya no ocupa los grandes titulares, con lo bien que estaba viniendo tanto al PP como a Convergencia, pero al final los cadáveres acaban flotando en la superficie. Malos tiempos para el pueblo catalán, demasiadas emociones negativas. La sentencia impuesta a Millet ha dejado sin habla a muchos paisanos que se mostraban tan orgullosos de sus ilustres familias burguesas. Y, es que al final a todo cerdo le llega su sanmartín. Los 60 procesos criminales en los que está implicado o ha sido juzgado el PP  atascan muchos juzgados por toda España. Es increíble que podamos soportar tanta podredumbre, tanto mangante y que su jefe, M. Rajoy, nos siga gobernando. El juicio por la Gúrtel, en instrucción desde 2009, sí que trae titulares de órdago, porque nadie quiere cargar solo con las culpas compartidas y los reos reparten bacalao a diestro y siniestro. Las risitas de Francisco Camps en el juicio por sus trajes tienen ahora su explicación, no es para menos. Ya sabía él que lo de los trajes era una minucia y se carcajeaba en los morros de la justicia y de los ciudadanos tan indignados por unos trajecillos. Claro que, a pesar de lo que declaran sus colaboradores-recaudadores y los empresarios sobornadores, puede que hasta se vaya de rositas por prescripción, por el tiempo transcurrido, porque no estuvo imputado desde el principio ni por falsedad ni por delito electoral. Igual se parte de risa mucho más mientras los expoliados nos quedamos con cara de palo. Esa cuenta debe tener echa ya el gobierno cuando su ministro portavoz, Iñigo Méndez de Vigo, en rueda de prensa ha dicho de la Gürtel que «es un asunto muy viejo”. Ppenosos sin complejos.

«Diario Palentino, 21 enero de 2018»

Del campo a la ciudad

            El viaje del campo a la ciudad es imparable desde los primeros asentamientos humanos, nunca se cierra el debate sobre si compensa la convivencia cercana con la naturaleza o la diversidad de oportunidades que ofrecen las ciudades. Dice la ONU que hoy el 54% de la población mundial vive en áreas urbanas, y que para el 2050 será el 66%. Existen 28 megaciudades con más de 10 millones de habitantes, Tokio, la mayor con 38 millones. 240 millones de estadounidenses ocupan el 3% de su territorio. El filósofo y pedagogo español, José Antonio Marina Torres, creó un programa, Ciudades con Talento, dónde pone el énfasis en la municipalidad, en la responsabilidad de los políticos locales a la hora de ofrecer bienestar, buena convivencia y aumento de posibilidades de desarrollo personal, cultural, profesional o económico para sus ciudadanos, porque las ciudades, dice, son y han sido siempre los viveros de innovación y creatividad. Pone el ejemplo de Arteixo, cuna del gran negocio que revolucionó la moda. Un pequeño concejo que tuvo la sabia visión de no poner trabas al emprendedor de un imperio que da trabajo a 150.000 empleados fijos. Milagro, porque la mayoría de nuestros pueblos padece un nacionalismo pueblerino que ve a los emprendedores como invasores, incluida la propia Junta de Castilla y León, de cuyo elenco de torpezas obstruccionistas solo pondré el ejemplo de una multinacional francesa de transportes con más de 1000 camiones circulando por nuestra carreteras que emigró a otra comunidad porque se le negó en rotundo y sin justificación legal alguna la instalación de un centro de almacenaje en la provincia de Palencia, no se sabe si por capricho del funcionario informante o por orden de algún político.

«Diario Palentino,  14 de enero de 2018»

La cabalgata vallecana

            El runrún de esta última fiesta de Reyes ha sido la presencia de la LGTBI en el madrileño barrio de Vallecas. En el cartel, sobre la imagen de tres reinas magas, una de ellas transexual rezaba la leyenda: Carroza por la igualdad y la diversidad. Orgullo Vallekana. La chispa del debate tardó en saltar un instante. Apareció en escena una Liga Española Pro Derechos Humanos cuya existencia desconocíamos y que resultó existir desde 1913, refundada por Miguel de Unamuno en 1922 pretendía extender y afirmar los derechos individuales inherentes a la personalidad humana. A ella pertenecieron ilustres españoles: Azorín, Dalí, Falla, Azaña, Ortega y Gasset, Miró, Unamuno, Besteiro, García Lorca, Américo Castro y Sánchez Albornoz (Obsérvese: ninguna mujer). Con una extraña interpretación de este objetivo, la Liga defensora de los derechos individuales solicitó ante el juez una medida cautelarísima para que se prohibiera desfilar a la susodicha carroza, razonando que “perjudica altamente el interés general, a los niños en su ilusión y tradición, además del interés legítimo de la Iglesia Católica…”. Parece que esa Liga requiere una actualización y en vez de poner de escudo la ilusión de los niños en sus tradiciones podía emplearse en enseñarles tolerancia, respeto por el diferente, que todos los sexos requieren igual trato, que las niñas valen tanto como los niños, que en ningún lugar dice que los magos fueran reyes, que la Iglesia Católica es machista y discriminatoria, que muchos políticos confesionales de los que desfilan en las procesiones son corruptos y roban a sus ciudadanos, que a las tradiciones dañinas hay que desterrarlas, que no hay que pisar a los colegas para ascender y que lo que vale es la honestidad.

«Diario Palentino, 07/02/2018»

Acaba y empieza

        La necesidad de tener todo contado y clasificado es una de las características más peculiares de la especie humana, porque tener el control del entorno es lo que más seguridad nos da. La historia de la humanidad recoge múltiples intentos de contar el tiempo, calendarios lunares, solares, astronómico, juliano y por fin el actual, gregoriano, vigente desde el s.XVI. Calendario viene de la calenda romana, el temido primer día de luna nueva en que pasaba el cobrador de deudas con su librito de contabilidad o calendarium. Hacer cuentas es una constante en la mente humana, contamos el dinero, las posesiones, el número de hijos, de hermanos, de parientes, contamos los días que nos faltan para las vacaciones o para la jubilación o para dar a luz, o los años para acabar con la hipoteca, contamos uno más en cada cumpleaños. Pero sin tanta precisión y de forma imperceptible también hacemos otro tipo de cuentas más sutiles, balanceamos entre lo que damos y lo que recibimos, entre lo que amamos y lo que nos quieren, lo que escuchamos y lo que nos comprenden, dar y recibir es la cuenta más difícil de equilibrar. El agradecimiento es el broche de oro para quien nos da. Cada comienzo de año elaboramos con entusiasmo la consabida lista de buenos propósitos, lo que no hacemos con tanta claridad es el balance del que acaba, que casi siempre se cierra en falso. Cuesta sentarse un par de horas a escarbar en la memoria y volver a sentir en el cuerpo las emociones de los momentazos y de los momentuchos para resolver lo que quedó pendiente, para mirar de frente los asuntos inconclusos antes de abrir nueva página lastrada de sensaciones enquistadas que clamarán por salir en cualquier formato. Siéntate a sentirte. Feliz año.

«Diario Palentino, 31 de diciembre de 2017»