El gato en la ratonera. Caso Cifuentes

           El gato encontró la hura y una manada de ratones sale en estampida para alejarse del escándalo provocado por el asunto Cifuentes. Un rector dubitativo, una profesora que denuncia el robo de su ordenador con las pruebas después de saltar la noticia, otra que no reconoce su firma en el certificado y otra que tiene grabadas las presiones para que firme. A lo que hay que añadir la PPenosa respuesta de su partido, el de los corruptos, y la de ella misma que se sacude las pulgas y remite a un delito de falsedad en documento público a quienes se obligó a firmar. Olé, olé. Un circo, que al margen de la repercusión mediática y política, ha puesto en el punto de mira a la universidad como otro posible centro de corrupción; al plan Bolonia como un negocio empresarial que mueve mucho dinero público en desorbitadas retribuciones; la inutilidad de los masters a la hora de encontrar trabajos adecuados a la formación; la denuncia de un profesor sobre cómo se manipula el proceso de creación y selección para nuevas plazas, hasta el punto de que el candidato “preferido” elije a los miembros de la comisión que ha de valorar los méritos de todos los aspirantes, lo que garantiza que los mediocres lleguen a docentes y degraden la enseñanza. El rector quiere garantizarse seguir siéndolo y para ello necesita los votos de ese corralito que va creando.

            Los estudiantes y las familias se han indignado al descubrir semejantes indecencias. Pagan un dineral, se empeñan con los bancos, los jóvenes no pueden simultanear un trabajo completo porque se les exige asistencia y además tienen que dar la talla con una memoria de fin de curso. Mátate a estudiar para acabar de camarero en un macdonals mientras los señoritos se ríen en tus narices. 

«Diario Palentino, 22 de abril de 2018»

CDR, GDR y Tabarnia

        Lo que está pasando con el asunto catalán llenará páginas de historia repletas de desaciertos. Sobre dos ejes se mueve el origen del conflicto. Uno, cuando la corrupción en CDC rebosa y los líderes convergentes deciden agitar el independentismo para camuflar su propio atraco a los catalanes. Porque, ni Tarradellas ni Puyol promovieron la separación de España, hablaban de dinero. Dos, desde la aparición de Rajoy en el poder político español  y su forma absolutista de gobernar para todos los españoles, las sensibilidades catalanas con lo suyo se han ido poniendo en carne viva con especial virulencia. El abismo abierto no solo distancia a parte de Cataluña del resto de España, sino que entre la propia sociedad catalana el debate adquiere visos preocupantes. El engendro llamado Tabarnia, creado por el actor Albert Boadella, no deja de ser una puesta en escena histriónica de las propias contradicciones del movimiento independista. Si Cataluña quiere separarse de España porque cree que pone más dinero de lo que recibe, Barcelona y Tarragona querrían separarse del interior catalán rural porque producen más con la industria y el turismo. Dejando de lado la lección espejo de Boadella, más inquietantes son los movimientos ciudadanos que llaman a la desobediencia civil y que pueden derivar en acciones violentas. Los CDR, Comandos en Defensa de la República lanzan instrucciones confusas sobre el pacifismo de sus acciones. Y, ahora, enfrente surgen los GDR, Grupos Clandestinos de la Resistencia, cómo suena, salen por la noche a limpiar las ciudades y los pueblos de lazos amarillos, esteladas y demás proclamas independentistas. La división interna entre catalanes ha saltado de la mesa familiar a las calles.    

«Diario Palentino, 15 de marzo de 2018»  

Pedro Sánchez y los cangrejos

            Estaba un pescador vaciando los reteles en un cubo cuando un hombre que lo observaba preguntó: “¿no tiene usted miedo a que se le escapen?”, a lo que el pescador respondió: “no ve que cuando uno quiere llegar al borde otro lo agarra con su pinza, y a éste otro hasta que caen los tres”. Está pasando en el PSOE. Pedro Sánchez ha querido desmontar el chiringuito urdido durante tantos años por los divinos. Ha sido desconsiderado al saltarse las jerarquías para dirigirse directamente a los afiliados, ya quemados al ver como se desvirtúan sus votos mientras ruedan entre los múltiples órganos, organillos y compromisarios de congresos y congresillos. Los magníficos históricos se recrean en su narcisismo de supremos hacedores y se arrogan el poder de decidir desde arriba. Todo está controlado: agrupaciones, federaciones, listas de afiliados, recursos mediáticos y materiales, todo intervenido para racionar al insumiso hasta el agua. Del caldero solo sale el cangrejo o la cangreja que ellos decidan sacar. Mucho se ha esforzado Pedro, pero no ha conseguido ni tocar con la punta de los dedos las llaves del cielo. No tiene nada que hacer más que aplaudir a su sucesor/a cuando toque. El aparato remallará las redes rotas mientras Cs y Podemos se reparten a los descontentos. El PP ni habla del tema, que no se distraiga el adversario tan entretenido como está sin aprovechar para poner cada día en la palestra la ignominiosa corrupción que no cesa y erigirse de nuevo en defensor de las candentes causas ciudadanas. Ante el panorama de pasividad de partidos y sindicatos, los ciudadanos, hartos ya de tanta milonga negligente, salimos con nuestras proclamas a la calle, masivamente, como setas, por generación espontánea.

«Diario Palentino, 25 de marzo de 2018»

¡Tas! ¡Qué susto!

               Susto el que se han llevado el PP y su homólogo Ciudadanos. No se podían creer las imágenes que estaban viendo de las plazas y avenidas repletas con millones de mujeres desfilando por las calles principales de las ciudades españolas. Atuendos morados, pancartas y energía, sobre todo mucha energía, a pesar de que las consignas, algunas humorísticas,  denotaban ser el eco de mucho sufrimiento acumulado durante siglos por ancestrales generaciones de mujeres esclavizadas. En vísperas del día señalado hemos tenido que soportar las banalidades vertidas por sonrientes ministras y otras hierbas con su huelga a la japonesa, merecedora de un sonoro capón que les propinó el jefe, convertido asimismo a la causa violeta y lazo en la solapa. Los PPenosos no paran de sorprender. Tan egoicos ellos y ellas en su poderío olvidaron la máxima más elemental en política, y en la vida, “no hay enemigo pequeño” .Se durmieron en los laureles pensando que el feminismo era ya el canto del cisne de un movimiento moribundo y se levantaron con las calles inundadas de mujeres indignadas, mujeres de todas las edades, pero sobre todo jóvenes, ahí les duele, especialmente al macho alpha de Ciudadanos que tuvo que recoger velas como pudo mientras su portavoz de oposición en el Ayuntamiento de Carmena, Begoña Villacís, desfilaba con las demás mujeres ignorando su propio discurso y la disciplina de partido, pero es que ser mujer tira mucho. Ahora les hemos dado trabajo extra. La derecha tiene que arbitrar un discurso para ganar el voto de mujeres, de jóvenes y de pensionistas, entre otros colectivos. Ardua tarea en una ideología basada en el sálvese quien pueda y que administren sus salarios y pensiones de miseria para acabar el mes.

«Diario Palentino, 11 de marzo de 2018»