¿Quién es mi padre?

      Una interesante polémica vuelve cuando el Comité de Bioética pide al Ministerio de Sanidad que regule el acceso de los hijos nacidos de donantes de semen y óvulos a la información de sus padres biológicos. El rechazo viene, por supuesto, por parte de los que donan, de los padres fecundados y de las clínicas que tienen montados jugosos negocios con la reproducción humana. Un anuncio en internet dice: “Necesitamos donantes de óvulos. Descendencia Española?, una buena tarifa y todos los gastos pagados”. La compensación económica por la donación de óvulos puede oscilar entre 500-1100€, y por semen entre 30 y 50 euros, que se pagan como indemnización porque en nuestro país la ley exige que la donación sea anónima, voluntaria, no remunerada y debe procurar que el aspecto físico de los donantes se asemeje al de la pareja receptora. Las clínicas cobran entre 1.000 por cada inseminación y veinte o treinta mil o más por otros procedimientos. En España se mueven unos 600 millones de euros anuales debido al “turismo reproductivo”, clientela de países que han suprimido el anonimato, Portugal, Reino Unido, Alemania y Suecia. Según nuestra Constitución, art. 39.2, la ley posibilitará la investigación de la paternidad. Y, es que, la calidad de hijo dentro de una familia conlleva derechos y deberes mutuos. El Comité propone que al llegar a los 16 años los hijos así concebidos sean informados de su procedencia y puedan localizar a sus padres biológicos, lo que abre un camino jurídico difícil de resolver. En Holanda un médico que dirigía una clínica de reproducción humana inseminaba con su propio semen porque se veía «sano y listo», tenía que «dejar sus genes al mundo». Algunas mujeres observaron que sus hijos se parecían entre ellos y 60 lo denunciaron. Es padre biológico de 102 hijos, menuda fiesta si le reclaman derechos hereditarios.

Diario Palentino, 23, febrero, 2020

  Más o menos miedo

           Con las noticias de la aparición del Coronavirus hemos vuelto a activar el botón del pánico. Se cancelan vuelos y cruceros, desconfiamos del estornudo de nuestro vecino en el ascensor, desplegamos las antenas para estar bien informados del avance, recelamos de cualquier respiración sospechosa, no sabemos si contratar las vacaciones. Cualquier novedad sobre China nos alerta, hasta el asiático que regenta el bar de la esquina avisa de que no ha estado allí y no se puede permitir ni un resfriado porque sería su ruina. Surgen los chistes y las bromas persecutorias a la par que el miedo. Se repiten las mismas conductas siguientes a los ataques terroristas, cuando cualquiera con aspecto musulmán era un apestado. Hace pocos días un dron desconocido activó los protocolos de emergencia en Barajas; en unas horas fueron desviadas dos docenas de aviones a otros aeropuertos y se cancelaron otros tantos vuelos. Los medios de difusión son incontables. China es un país oscuro en cuanto a transparencia informativa, si dicen que ya van mil muertos, pueden ser el doble, el triple… Entre mil cuatrocientos millones unos miles más o menos no hacen mella. Algunos aprovechan para tomar decisiones con fundamento dudoso, como la cancelación del mayor congreso internacional sobre móviles que se iba a celebrar en Barcelona y que supondrá, calculan, una pérdida de quinientos millones de euros en alojamientos y servicios. ¿Quién sabe? Ni hoy ni antes los virus conocen fronteras. Ya las obvió en el siglo XIV  la Peste Negra que, procedente de Asia y esparcida por Europa y África a través del comercio, se llevó un tercio de la población europea. En ultramar sufrirían sus propios bichos. Lo que nos yace en el fondo es puro temor a la muerte, tal vez debiéramos revisar nuestra relación con ella.

Diario Palentino, 16 de febrero de 2020.

¿Cuál será tu legado?

            Mi hijo Rubén me ha recomendado un libro, “El sutil arte de que te importe un carajo”, que circula entre los milenials y lo escribe Mark Manson, un bloguero con millones de seguidores. En este pequeño manual de antiayuda, como él lo define, el autor nos plantea con sentido del humor, el tiempo que malgastamos en preocuparnos por cosas sin importancia porque no hemos sido capaces de estructurar lo que realmente es valioso para encontrarnos bien en la vida. Con cuatro pinceladas nos hace reflexionar: debes elegir tu propia lucha, no eres extraordinario, la sociedad no te debe nada, fuera victimismo, solo tú eres responsable de tus decisiones; cuidado con lo que crees, eres el arquitecto de tu destino al escoger tus valores; la felicidad se consigue al resolver problemas, pero el fracaso y el dolor forman parte de la existencia y cuando resuelves un problema se te crea una nueva situación, valóralo; el más es más del consumo nos consume la existencia. Me voy a detener en el contenido del último capítulo, la muerte, supongo que el que menos preocupa a los milenials pero más a los que avanzamos en edad, sobre todo cuando personas queridas del entorno van cayendo. Una habilidad humana, que los animales no tienen, es imaginar cosas que no han pasado y recordar lo que hemos vivido. Por otro lado, nos vemos como dos yo, uno es nuestro cuerpo físico y otro la propia identidad, como nos percibimos. Entonces, queremos imaginar que cuando muera el físico, el otro yo siga vivo de alguna manera. Nos aterra desaparecer del todo y hacemos “proyectos de inmortalidad” para pervivir después, ya sea dejando una familia numerosa, o una popularidad, un prestigio, una colección de sellos, un descubrimiento valioso, ser el abuelo que contaba historias, o lo más burdo: una fortuna lograda a base de privaciones propias o expolios ajenos. ¿Has decidido cuál será el valor de tu legado?

Diario Palentino, 9 de febrero de 2020.

Obispos y cardenales golpistas

        En la multinacional más poderosa y antigua del mundo nunca han faltado intrigas, guerras internas. cismas e incluso asesinatos de papas, por no contar la degradación moral cuyos representantes más conocidos fueron los Borgia. Hoy, en pleno siglo XXI,  espeluznantes escándalos salen a la luz por boca de niños y jóvenes violados y abusados sexualmente por sus mentores y preceptores. Lo más repugnante y repulsivo que se puede esperar de quienes gozan de la confianza depositada por los padres o, peor, aún, abuso multiplicado si son marginados o huérfanos. Y lo pueden hace en este tiempo porque la libertad de expresión lo permite, porque la sociedad está sensibilizada con el sufrimiento de los desamparados y porque los jueces ya no dan carpetazo a las denuncias contra el supremo poder de la tan santa Iglesia Católica. Como uno de los remedios el papa Francisco aboga por ordenar sacerdotes casados. La tromba de ataques por parte de los ultraconservadores se ha organizado. Estos jerarcas poderosos y peligrosos quieren mantener el celibato como uno de los pilares inamovibles, es decir, les importan un bledo los menores abusados por hombres que viven su sexualidad reprimida contra natura. También las monjas denuncian ser acosadas y violadas por los sacerdotes a los que sirven.  Como auténticos machos furibundos, estos lujosos príncipes de la Iglesia se oponen a que las mujeres tengan mayores responsabilidades que atenderles a ellos y bordar mantelitos para altares. Les molesta que Francisco visite a los refugiados en Lampedusa y vele por los inmigrantes. Que diga que la Iglesia debe ser una pirámide invertida donde arriba estén los laicos y abajo los clérigos. Sarah, Müller, Rouco Varela, Reig, etc. han formado una camarilla que conspira a espaldas del Papa, y para los que su mejor sueño es que desapareciera.

Diario Palentino, 2 de febrero de 2020.

Yo también lo grabo

            En algunos móviles aparece en pantalla una grabadora cuando entra una llamada. En su defecto, en todos se puede instalar una aplicación grabadora. Lo digo porque estamos hartos de que cuando contactas con las distribuidoras te ponen: “Por su seguridad esta conversación puede ser grabada”. Pues, sí, por mi seguridad yo también lo grabo. Pero como el diablo tiene mil recursos, la gran empresa que te suministra nunca pierde. Mi caso. Cuando llegó el recibo de gas del verano me pareció algo elevado por no haber hecho uso durante un mes completo, voy a mi espacio de clientes en internet y veo que desde enero me cobran un Seguro Eléctrico de Hogar que nunca contraté. Llamo, reclamo que den de baja ese invento y me devuelvan diez cuotas. Al cabo de dos meses me dicen que no me devuelven nada porque yo lo contraté. Exijo que me muestren la grabación que hicieron por mi seguridad, pasan otros dos meses y me responden que puedo ir a un establecimiento a escuchar la grabación en la que pido la baja del Contrato de Mantenimiento del Gas, algo que nadie había mencionado, y que, además, me cargarán todas las cuotas que me quedan hasta completar el año. Por supuesto la grabación no existe. Vuelvo a reclamar y espero. De momento me han sustraído diez cuotas de un seguro eléctrico inventado y seis de lo que me queda de un mantenimiento de gas que nunca di de baja. Así, delincuentes, organizados y consentidos, nos sustraen el dinero del banco. Ah, y como si te descuidas dejan de enviarte facturas en papel es más fácil que no te enteres. Ni pensar quiero los atracos que estarán sufriendo nuestros mayores en su cuentas.  Es voluntad del Parlamento tipificarlo en el Código Penal como hurto con responsabilidades personales de quien lo ordene, lo ejecute y lo permita. Pero las puertas giratorias son muy sustanciosas para los partidos.

Diario Palentino, 26 de enero de 2020.