No han entendido nada ( y algunos demasiado)

       “Esto va a ir para largo y las circunstancias que han derivado de reuniones sociales masivas muestran que alguien no ha entendido nada”, Antonio Álvarez, jefe de la UCI del Complejo Asistencial de Palencia.

          Y reflexionando sobre esas palabras vamos a otros muchos aspectos sobre los que no hemos entendido o no queremos entender. Como el estrés físico y mental de los sanitarios y resto del personal hospitalario, héroes de frontera y víctimas de la incomprensión más absoluta. Muchos de ellos directamente contagiados, otros en cuarentena por cercanía con familiares positivos, y los que quedan se rompen el lomo para atender a los que llegan. En un solo día, el lunes pasado hubo 41 ingresos. ¿Quién puede con ello? Cada abuelo que quiere ver a sus nietos, cada amigo que quiere cervecear con otros, cada individuo o individua hablando con soltura en el velador de una terraza, risotadas de por medio, todos sin mascarilla o con ella en la barbilla, o por debajo de la nariz, no han entendido nada. Los negacionistas o esos de “no es para tanto”, “a los jóvenes no ataca”, “estoy muy sano”, etc., tampoco han entendido nada.

          Quienes sí lo han entendido bien son los llamados vacuna-jetas. Esos que han ido a pillar sus dosis como sea y se justifican de la forma más vergonzosa inimaginable, su miedo a la muerte y su egoísmo no les ha impedido pensar que están robando la salud a quienes les pertenecía. Podría ser un delito contra la salud pública por traficar con la vida de otros, o si no tipificarlo en el Código Penal para el futuro. El gerente de un hospital en Madrid y 600 jubilados, se supone amiguetes, han robado a sus sanitarios. Lo que más clama al cielo es la del Obispo de Tenerife que se ingresa en una residencia para recibir la vacuna y luego vuelve a su casa tan pichi, como buen cristiano ¿A éste no le cesan, ni dimite, por ladrón?

Diario Palentino, 6 de febrero de 2021

 

No es broma, ni un cuento

            La historia de la humanidad está tejida con cuentos. Nos encantan, nos los cuentan desde que nacemos y nos los contamos a nosotros mismos durante toda la vida. Somos intrínsecamente cuentistas. Al final del relato nos gusta que acaben bien, pero a la mitad tiene que haber inquietud, zozobra, intriga, el héroe y el malvado. Ahora estamos justo en el medio. Una pandemia asola la población a nivel mundial, ya se cuenta más de un millón de muertos. Las autoridades sanitarias, los científicos e investigadores trabajan a máximo rendimiento. Ahora se ha visto que sanitarios, repartidores, transportistas, cuidadores del cuerpo y del alma, productores y proveedores de alimentos y medicamentos, son los únicos auténticamente necesarios. Queda claro que nos sobran muchos parásitos succionadores que no han tenido la dignidad de renunciar a las dietas que no han consumido; todo ganancia. Entonces, no es de extrañar que los negacionistas hagan su agosto, son especímenes de similar categoría. Si la clase política no estuviera tan desprestigiada no tendría tanto poder de seducción la indescriptible amalgama de personajes que componen el conjunto llamado negacionista. Lo mejor de cada casa forma ese mix de conspiranoicos, antivacunas, pseudocientíficos, bioestadísticos, astropsicológos, influencers, illuminati, curanderos, videntes y, como no, supremacistas de ultraderecha y algunos empresarios de miras cortas. Todo un cóctel exotérico que esconde a un sanador que se forra con sus tratamientos de hierbas y a una doctora que ha dejado su trabajo para vivir de las donaciones. Aprovechan que estamos hartos del agobio de las limitaciones y tenemos miedo, somos presa fácil de los desestabilizadores. Por otra parte, agresivos y violentos. El negacionismo no es broma, ni la pandemia es un cuento.

Diario Palentino, 11 de octubre de 2020.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Obispos dicens…

            Como continuación a las conductas indecentes que se están manifestando en medio de esta catástrofe mundial, queda añadir la respuesta de los episcopados españoles a la propuesta del Gobierno sobre crear un Ingreso Mínimo Vital para las personas o familias que esta pandemia ha situado en una grave situación de vulnerabilidad. Las que tienen menos de 200 euros al mes para subsistir y no disponen de rentas ni patrimonio, que quieren trabajar y no pueden porque no hay donde o sus condiciones no se lo permiten. El papa Francisco ha defendido la medida como garantía destinada a los trabajadores vulnerables, pero a nuestros obispos eso les da igual porque lo suyo es hacer pinza con las derechas más ultra, contra el avance de la igualdad de condiciones y los servicios públicos para todos. Encarnan la mayor hipocresía e incoherencia con el cristianismo. Cuando estos jerarcas enferman van a clínicas privadas. Hace años, escuché contar a un canónigo que le habían salvado la vida con células madre, y fue en pleno ataque belicista de la Iglesia contra esas prácticas médicas, ahí lo dejo. No les interesa preguntar a los sufridos párrocos de frontera, los que saben cómo se vive en las casas de los barrios desfavorecidos. Por otro lado, debieran agradecer que sus comilonas, y su boato, salen de nuestros impuestos y del monumental expolio de bienes propiedad de las ciudades y de los pueblos. Pero no contentos, osan pedir que se marque su casilla en la declaración de la renta, cinismo, saben que las diócesis no aportan nada a Cáritas, esta se nutre de ayudas estatales y donativos. A estos señores hacer caridad les empodera, la justicia social les minimiza. El IVM no es un invento del PSOE, existe en la mayoría de los países con gobiernos ética, humana y políticamente dignos que velan por sus ciudadanos y en los que la religión no estorba en la esfera pública.

«Diario Palentino, 3 de mayo de 2020»

Obispos y cardenales golpistas

        En la multinacional más poderosa y antigua del mundo nunca han faltado intrigas, guerras internas. cismas e incluso asesinatos de papas, por no contar la degradación moral cuyos representantes más conocidos fueron los Borgia. Hoy, en pleno siglo XXI,  espeluznantes escándalos salen a la luz por boca de niños y jóvenes violados y abusados sexualmente por sus mentores y preceptores. Lo más repugnante y repulsivo que se puede esperar de quienes gozan de la confianza depositada por los padres o, peor, aún, abuso multiplicado si son marginados o huérfanos. Y lo pueden hace en este tiempo porque la libertad de expresión lo permite, porque la sociedad está sensibilizada con el sufrimiento de los desamparados y porque los jueces ya no dan carpetazo a las denuncias contra el supremo poder de la tan santa Iglesia Católica. Como uno de los remedios el papa Francisco aboga por ordenar sacerdotes casados. La tromba de ataques por parte de los ultraconservadores se ha organizado. Estos jerarcas poderosos y peligrosos quieren mantener el celibato como uno de los pilares inamovibles, es decir, les importan un bledo los menores abusados por hombres que viven su sexualidad reprimida contra natura. También las monjas denuncian ser acosadas y violadas por los sacerdotes a los que sirven.  Como auténticos machos furibundos, estos lujosos príncipes de la Iglesia se oponen a que las mujeres tengan mayores responsabilidades que atenderles a ellos y bordar mantelitos para altares. Les molesta que Francisco visite a los refugiados en Lampedusa y vele por los inmigrantes. Que diga que la Iglesia debe ser una pirámide invertida donde arriba estén los laicos y abajo los clérigos. Sarah, Müller, Rouco Varela, Reig, etc. han formado una camarilla que conspira a espaldas del Papa, y para los que su mejor sueño es que desapareciera.

Diario Palentino, 2 de febrero de 2020.

Por qué les molesta tanto…(el feminismo)

          Por qué a la ultraderecha le molesta tanto la libertad y los derechos de las mujeres, si con la igualdad ganamos todas y todos. Parece que les resulta insoportable respetar los límites de otras personas si se trata del sexo femenino. Quieren romper de nuevo las fronteras de la dignidad y volver al viejo patriarcado de ordeno y mando, y tienes los hijos que yo diga cuando yo quiera, y cuando yo hable tú te callas, y yo decido en esta casa lo que hay que hacer, porque yo traigo el dinero, y tú qué has hecho en todo el día. Esas expresiones típicas de machos acomplejados por no estar seguros en su pellejo, volveremos a escucharlas si los ultras siguen en su empeño de mantenerse como viriles cavernarios a caballo (Ian Gibson) y alimentarse de los votos del miedo. Veamos el perfil del elector de VOX: (CIS) hombre de entre 35 y 44 años, residente en núcleos de provincia de menos de 100.000 habitantes, estudios de bachiller y por ocupación autónomos, agricultores y pequeños empresarios. Según Metroscopia el 72% serían hombres y el 28% mujeres, éstas de más de 51 años. El sueldo de este votante estaría alrededor de 2.000 euros mensuales y su ideología muy de derechas, de modo que se nutre de los sectores más conservadores del PP y de Ciudadanos. Se ve que no quieren competencia en el mundo laboral porque siendo menos tocan a más, no quieren que les juzguen por maltratadores, pero sí chacha gratis que les espere para satisfacerlos. Parece que tengan bajo la almohada “La guía de la buena esposa” que entregaba la Sección Femenina a las mujeres cuando hacían el Servicio Social obligatorio. Leed, por favor, ese manual de la esclava perfecta. Es el programa de la derecha para nosotras. Y si os gusta no vayáis a la huelga el 8 de marzo y luego votad a VOX.

«Diario Palentino, 3 de marzo de 2019»