Noticia: “Del mundo entero, España tiene el gobierno con más mujeres”. Inmediatamente se abrió el debate lingüístico de género. Así, consultada nuestra ilustre Real Academia de Lengua, cuyo eslogan reza: “limpia, brilla y da esplendor”, entra en vacilación y en una primera embestida hacia adelante decide que el masculino engloba ambos sexos pero el femenino no. Es decir, como siempre. Y que si luego, a base de su utilización incorrecta se usa con normalidad, entonces la Academia lo incorporaría, como hizo con almóndiga, culamen, pompis, toballa, etc. Es decir, que para entrar en el diccionario de la RAE hay que dar patadas al diccionario hasta tumbar la puerta. Solo que en este caso se trataría de aplicar la lógica común de las mayorías, don del parecen carecer nuestros anquilosados académicos que aún no son conscientes, o sí, de la gran carga de valor e influencia que ejercen las palabras en el inconsciente individual y social. Ante las voces airadas de protesta rectifican en parte y admiten ministras y ministros.
En otro orden de cosas, el potente equipo de gobierno formado por Pedro Sánchez ha provocado sorpresa y aceptación en la prensa nacional e internacional. A todas luces va a continuar los enormes pasos dados por Zapatero en cultura e igualdad, notición que las mujeres recibimos como un huracán de esperanza cuando dábamos por perdidas muchas de las conquistas anteriores a los gobiernos del PP. Se dice que solo vemos lo que queremos, Pedro ha sabido ver mujeres con talento, muy preparadas, y las ha entregado las carteras ministeriales más duras y exigentes. Y lo ha podido hacer porque no tiene deudas de partido ni con el aparato ni con las federaciones regionales. Nada le dieron, nada debía.
«Diario Palentino, 10/06/2018»
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