Y después qué…

            Esta rebelión de la biología contra la humanidad comienza a dejar entrever escalofriantes fallos en la organización social. Tal vez lo más candente hayan sido las circunstancias en las que viven internados nuestros mayores, nuestros padres, nuestros abuelos. El escandaloso negocio de las residencias privadas, sobre todo en Madrid, requerirá una estricta regulación y un intensivo control de estas instalaciones. En el urbanismo capitalista salvaje no cabe el abuelo y estaría solo todo el día, la población vive estresada y se concentra en miniviviendas. Con lo extenso que es el planeta nos apiñamos en urbes inhóspitas y despoblamos el campo. La España vaciada podrá ser la alternativa, si es que sus habitantes cambian la mentalidad y acogen en buena lid a los foráneos. Porque el teletrabajo ha venido para quedarse, se podría residir en cualquier territorio y desaparecerían los conglomerados de oficinas, además, se ahorrarían alquileres, energía, limpieza, desplazamientos y contaminación. Otra lección es la debilidad del empleo, puestos de trabajo que no se volverán a recuperar, destrucción masiva de medios de vida, lo que nos lleva irremediablemente a una paga básica, que ya reclamó hace años el multimillonario Warren Buffett, si las maquinas sustituyen al hombre, que las máquinas mantengan al hombre. La sanidad pública ha demostrado su inmenso valor, la que tiene los medios y la capacidad, la que es igual para todos. En EEUU, adalid de la civilización, mueren en casa porque les echan de los hospitales si no tienen dinero, igual en Nueva York que en Ecuador, por las calles. Mucho que aprender, mucho que remediar. Cuando todo esto pase, y si la ultraderecha no logra emponzoñar el entendimiento de los ciudadanos, el mundo inteligente deberá volver la vista al ser humano y al planeta.

Diario Palentino, 12 de abril de 2020.

 

Por qué les molesta tanto…(el feminismo)

          Por qué a la ultraderecha le molesta tanto la libertad y los derechos de las mujeres, si con la igualdad ganamos todas y todos. Parece que les resulta insoportable respetar los límites de otras personas si se trata del sexo femenino. Quieren romper de nuevo las fronteras de la dignidad y volver al viejo patriarcado de ordeno y mando, y tienes los hijos que yo diga cuando yo quiera, y cuando yo hable tú te callas, y yo decido en esta casa lo que hay que hacer, porque yo traigo el dinero, y tú qué has hecho en todo el día. Esas expresiones típicas de machos acomplejados por no estar seguros en su pellejo, volveremos a escucharlas si los ultras siguen en su empeño de mantenerse como viriles cavernarios a caballo (Ian Gibson) y alimentarse de los votos del miedo. Veamos el perfil del elector de VOX: (CIS) hombre de entre 35 y 44 años, residente en núcleos de provincia de menos de 100.000 habitantes, estudios de bachiller y por ocupación autónomos, agricultores y pequeños empresarios. Según Metroscopia el 72% serían hombres y el 28% mujeres, éstas de más de 51 años. El sueldo de este votante estaría alrededor de 2.000 euros mensuales y su ideología muy de derechas, de modo que se nutre de los sectores más conservadores del PP y de Ciudadanos. Se ve que no quieren competencia en el mundo laboral porque siendo menos tocan a más, no quieren que les juzguen por maltratadores, pero sí chacha gratis que les espere para satisfacerlos. Parece que tengan bajo la almohada “La guía de la buena esposa” que entregaba la Sección Femenina a las mujeres cuando hacían el Servicio Social obligatorio. Leed, por favor, ese manual de la esclava perfecta. Es el programa de la derecha para nosotras. Y si os gusta no vayáis a la huelga el 8 de marzo y luego votad a VOX.

«Diario Palentino, 3 de marzo de 2019»

Nos espera un calvario

    Por fin, entre la “derecha trifálica”, magnífica definición dada por la ministra Delgado a los tres divinos de la foto del domingo en Colón, y los irredentos independentistas catalanes han conseguido derribar el gobierno socialista de Pedro Sánchez. Muchos buenos proyectos se quedarán durmiendo el sueño de los justos durante los años venideros: el salario mínimo y el registro horario en las empresas, la pensión de los huérfanos de violencia machista, la ampliación de plazos para juzgar la pederastia, la ley de la muerte digna, asistencia sanitaria para todos, la sustitución de la religión por una asignatura de ética igual para el alumnado, las medidas urgentes sobre vivienda, desmontar la reforma laboral de Rajoy para dar seguridad en el empleo, la ampliación del permiso de paternidad, la tasa Google y  la imposición a las grandes empresas y grandes capitales, la mejora del estatuto de los autónomos, revalorización de las pensiones, salarios de funcionarios, ayudas a la creación artística e investigación, reducción de aforamientos, renta mínima, subsidio para los parados mayores de cincuenta años, medidas climáticas y energéticas… Todo un elenco de progresos sociales basados en la justicia del reparto de las cargas y en fomentar la igualdad en la ciudadanía sin desatender a los miembros que se encuentran en situación de debilidad por sus circunstancias personales o familiares, además de poner la vista en la formación cívica y moral de los futuros adultos para conseguir una convivencia pacífica y solidaria. Pues, todo eso muere, a juzgar por los retrógrados y crueles discursos de las tres derechas que repiten como marionetas las palabras de Trump, ese oscuro personaje que cocea a discreción. Los jueces ya han rechazado 11 denuncias falsas de VOX contra sus adversarios y Casado consumirá la lista de insultos del diccionario a falta de mejores argumentos.

«Diario Palentino, 17 de febrero de 2019»

Demasiados insultos

            Estamos saturados de ruido. Para algunos políticos la democracia ha dejado de ser un bien preciado y respetado. Los insultos a destajo contra el gobierno son una absoluta falta de respeto para con los ciudadanos, las patrañas y las cifras manipuladas no lo son menos. No sé si es que estamos tan entretenidos entre Telecinco, el futbol y el resto de las pantallas que no nos damos cuenta de las auténticas barbaridades y la falta de educación de algunos voceros, quienes a falta de elegancia y una buena formación en oratoria tienen que recurrir al insulto y a expresiones soeces fuera de tono para llamar la atención y ser escuchados, aunque sea a base de escandalizarnos con su barriobajeza. Es lo que le ha sucedido esta semana al presidente del Partido Popular, quien cercado por la derecha con el discurso neocon de VOX, en su margen derecha-centro por Ciudadanos y desde sus mismas entrañas por la corrupción, ha activado el botón del pánico y se ha disparado con una metralla de improperios descontrolados nunca antes escuchados en tribunas históricas de la respetuosa democracia española. Pero no para ahí, cuando Alfonso Guerra iba a hablar de su libro se desató contra Pedro Sánchez. Felipe González se une al acoso y se constituye en principal valedor de quienes atacan a su propia familia política. Lo nunca visto. La consellera de Justicia catalana echa de menos de Rajoy, dice que era un estadista y que Casado se ha echado al monte. Otro vendrá que bueno me hará.  No me extraña que las mentes más iluminadas se aparten de los focos ante tanta bulla, que la espiritualidad vuelva a ganar terreno. Mejor retirémonos a meditar, a contar respiraciones, a rezar por la paz mundial. Tal vez mucha gente pensando bien emita buenas energías al ambiente y vuelva la razón a las cabezas enloquecidas por la ira, la rabia y sobre todo, por el miedo.

«Diario Palentino, 10 de febrero de 2019»

Desalmados (gente sin alma)

          Lo estamos consintiendo, lo estamos fomentando. La Unión Europea y, especialmente, Francia e Italia, patrocinan el entrenamiento de las patrullas costeras libias para que no dejen pasar embarcaciones de inmigrantes. Con frecuencia se saltan los límites e intervienen en aguas internacionales, pero los países, presuntamente demócratas y ajustados a derecho, miramos para otro lado. En Libia hay mercados públicos donde se subastan hombres, mujeres y niños por precios de entre 50 y 400 euros. Los barcos de las ONG, Aquarius y Opem Arms, con un montón de buena gente voluntaria a bordo, han sido entorpecidos y perseguidos en su labor salvadora hasta conseguir suspender su tarea. El Aquarius, bloqueado en el puerto de Marsella y comandando por Médicos sin Fronteras y SOS, auxilió a cerca de 30.000 seres humanos en 36 meses de actividad. El Opem Arms, retenido en Barcelona, fue perseguido durante horas por una patrullera libia que exigía que se les entregasen las mujeres y los niños recién rescatados en una operación de 218 náufragos. Ahora, la fiscalía italiana les imputa por organización criminal para facilitar inmigración clandestina. Sin moral y sin complejos los europeos pagamos a Turquía para que retenga, en inmundos campos de refugiados, a los sirios; a Libia por retener a subsaharianos, ya se cuentan unos 300.000 hacinados en condiciones inhumanas. Los insolidarios europeos del centro y del norte se desentienden de la frontera sur, pero todos les expoliamos, todos fomentamos su desgobierno, mantenemos a sus políticos corruptos y desalmados, les vendemos armas, les desestabilizamos, solo queremos el beneficio no la cara de la corrupción que catapulta a los pueblos fuera de sus fronteras. Somos peores que ellos, y el discurso ultra pone la guinda. 

«Diario Palentino, 20 de enero de 2019»