Nos parecen escandalosos por insolidarios y antievangélicos los elevados costes del viaje a sufragar por el erario público –varios millones de euros- en plena crisis económica, con más de ocho millones de pobres, entre ellos cuatro millones de desempleados, recortes en los servicios sociales, reducción de las pensiones y de los salarios de los trabajadores. Gastos tan desmesurados demuestran la insensibilidad del propio papa, de las instituciones públicas y de la propia Iglesia hacia los sectores populares que sufren en sus propias carnes las consecuencias de la crisis de manera más acusada, sobre todo los inmigrantes.
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… y líbranos del mal
Jesucristo que estás en los cielos
No soy creyente al uso ni lo pretendo, simplemente quiero seguir conservando, a ser posible, lo poco que queda de mi fe infantil en la humanidad solidaria, en las personas, en los discursos sinceros, en las buenas gentes que dirigen países, Estados y comunidades bajo el objetivo absoluto de hacer bien su trabajo para que los frutos se repartan con equidad.
Ese Jesucristo del que hablan los católicos, con sus deficiencias machistas y conformistas que no supieron superar el reflejo de sus tiempos, fue no obstante el primero en anticipar un ¿atrevido? discurso de igualdad entre todos los seres humanos. Vamos a dejarlo así de momento.
Lo que este sacrificado Santón no supo prever en sus profecías, era el desmán de lujo, egos, derroches e hipocresía a los que iba a servir de fundamento su mensaje. Ya sacó su correa y atizó a los mercaderes de su templo, pero fue tarea banal. Las jerarquías de las cumbres eclesiales no tienen el Evangelio como libro de cabecera, están más a los modelitos de la Sta. Pepis y a los diseños de estolas, bandas, borlas y capellinas que al hambre de los pobres.
Con los ecos aún recientes del movimiento “Rebélate contra la Pobreza” que agrupa 116 millones de personas en un total de 100 países en lucha contra la pobreza por el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en una Alianza civil exigiendo justicia social, el Sr. Pontífice de los católicos, sin rasgarse las vestiduras y rodeado de todo lujo de costoso boato, osa desafiar la fe de sus creyentes y malgasta y hace malgastar millones de euros para darse un baño de multitudes que tanto halagan su Ego.
Millones de euros hurtados a los alimentos, a las vacunas infantiles, a la sanidad de los partos de las mujeres, a la alfabetización del mundo profundo. Sin cargo de conciencia y como si se tratara de un artista de Hollywood desfila, bendice, practica el besamanos en una descarada escenificación del olvido más absoluto del mensaje que perversamente manipulado “ad hoc” le ha elevado a ese fastuoso trono y poderío.
Comiéndose con sus excesos el pan de los pobres, se pasea por el mundo este hombre, un solo hombre, Benedicto XVI, que en palabras del ilustre teólogo Juan José Tamayo “ejerce su autoridad religiosa antidemocráticamente y la jefatura de Estado de la Ciudad del Vaticano con un poder absoluto superior al de los faraones egipcios, los emperadores romanos y los califas del Imperio Otomano. Poder que le otorga la nueva Constitución vaticana vigente desde 2001. «Diario Palentino, 7 de noviembre de 2010»
Jesucristo que estás en los cielos
No soy creyente al uso ni lo pretendo, simplemente quiero seguir conservando, a ser posible, lo poco que queda de mi fe infantil en la humanidad solidaria, en las personas, en los discursos sinceros, en las buenas gentes que dirigen países, Estados y comunidades bajo el objetivo absoluto de hacer bien su trabajo para que los frutos se repartan con equidad.
Ese Jesucristo del que hablan los católicos, con sus deficiencias machistas y conformistas que no supieron superar el reflejo de sus tiempos, fue no obstante el primero en anticipar un ¿atrevido? discurso de igualdad entre todos los seres humanos. Vamos a dejarlo así de momento.
Lo que este sacrificado Santón no supo prever en sus profecías, era el desmán de lujo, egos, derroches e hipocresía a los que iba a servir de fundamento su mensaje. Ya sacó su correa y atizó a los mercaderes de su templo, pero fue tarea banal. Las jerarquías de las cumbres eclesiales no tienen el Evangelio como libro de cabecera, están más a los modelitos de la Sta. Pepis y a los diseños de estolas, bandas, borlas y capellinas que al hambre de los pobres.
Con los ecos aún recientes del movimiento “Rebélate contra la Pobreza” que agrupa 116 millones de personas en un total de 100 países en lucha contra la pobreza por el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en una Alianza civil exigiendo justicia social, el Sr. Pontífice de los católicos, sin rasgarse las vestiduras y rodeado de todo lujo de costoso boato, osa desafiar la fe de sus creyentes y malgasta y hace malgastar millones de euros para darse un baño de multitudes que tanto halagan su Ego.
Millones de euros hurtados a los alimentos, a las vacunas infantiles, a la sanidad de los partos de las mujeres, a la alfabetización del mundo profundo. Sin cargo de conciencia y como si se tratara de un artista de Hollywood desfila, bendice, practica el besamanos en una descarada escenificación del olvido más absoluto del mensaje que perversamente manipulado “ad hoc” le ha elevado a ese fastuoso trono y poderío.
Comiéndose con sus excesos el pan de los pobres, se pasea por el mundo este hombre, un solo hombre, Benedicto XVI, que en palabras del ilustre teólogo Juan José Tamayo “ejerce su autoridad religiosa antidemocráticamente y la jefatura de Estado de la Ciudad del Vaticano con un poder absoluto superior al de los faraones egipcios, los emperadores romanos y los califas del Imperio Otomano. Poder que le otorga la nueva Constitución vaticana vigente desde 2001. «Diario Palentino, 7 de noviembre de 2010»
Vuelve el hombre · ELPAÍS.com
La izquierda no oculta su entusiasmo por tener un Gobierno con menos ‘bibianas’ y más ‘rubalcabas’
FERNANDO VALLESPÍN 29/10/2010
… Nos creímos que nuestro machismo atávico ya era parte del pasado con tanta ministra, una vicepresidenta primera y rompedoras políticas de igualdad. Han bastado un par de cambios en el Gobierno, el cese de la vicepresidenta De la Vega y la eliminación de dos ministras para que volvieran las esencias patrias.
La superestructura tan bien intencionadamente construida por Zapatero se ha acabado desvelando como tal, como un acto de quijotismo en un país de sanchopanzas machistas… Era la señal que la horda masculina de nuestro país, siempre dominante, por supuesto, estaba esperando para volver a lo de siempre. Y no piensen que me estoy refiriendo solo a la derecha, que nunca disimuló su antipatía por las «ministras del Vogue»; me refiero también a la izquierda, que no esconde su entusiasmo por tener al fin un Gobierno «con más rubalcabas y menos bibianas«.
…La seriedad, señores, va asociada al poder masculino. Solo él nos puede sacar del fango de la crisis económica y puede proyectar la imagen adecuada para tiempos en los que hay que zafarse de «debilidades» y abordar la lucha final de la legislatura en condiciones agónicas.
Ahora hay que «comunicar» que se es fuerte, hay que echarle un par. ¿Y quién mejor para ello que quienes están dotados por la naturaleza para hacerlo? La política, esto es lo que se destila subrepticiamente de la recepción de la noticia del cambio de Gobierno, exige concentrarse en lo esencial cuando las cosas vienen mal dadas. Lo prioritario ahora es pasar al cuerpo a cuerpo, a una batalla de bayonetas y con toda la caballería; desprenderse de lo superfluo, de lo que adorna pero no suma, como el Ministerio de Igualdad.
… No cabe duda de que hemos avanzado enormemente a este respecto, de que la mujer está hoy en España muy por encima del varón en algunas variables importantes, como titulaciones universitarias y presencia en algunos de los cuerpos de élite de la Administración, aunque encalle en los altos cargos directivos de las empresas y siga chocando contra el casi inevitable techo de cristal. Pero lo que no se ha logrado hasta ahora es exorcizar al macho irredimible de nuestro inconsciente colectivo. Ahí sigue, agazapado, esperando la menor ocasión para hacerse presente. Y esa ocasión al fin ha llegado después de tan larga represión. Leer más…