Trabajo para mujeres

Echo en falta a más mujeres en los debates: siete políticos, siete hombres. Visto desde los ojos de un sueco, deben de parecer los debates electorales de Irán”           www.escolar.net

 Curiosa circunstancia la que se da en torno a esta crisis, a mayor desempleo varonil mayores posibilidades de ocupación para las mujeres, las cifras cantan. ¿Por qué será?

            A simple vista dan ganas de dar saltos de alegría ¡Por fin! Pero el ojo es engañoso. No corren buenos tiempos para el empleo porque la producción se ha parado, porque no hay quien consuma porque no se gana dinero para gastar, porque… las ranas son verdes (y algunas con pintas).

            El ahora llamado trabajo “decente” está desapareciendo. Las ofertas consisten en muchas horas, bajos salarios, imposibilidad de la negociación colectiva en las PYMES,  despido barato (denominado por la patronal “flexibilidad en el empleo),  subsidio de desempleo reducido y contratos temporales, es decir, solo para sufridos trabajadores acostumbrados a decir “Si, Buana”, o lo que es lo mismo y preferentemente para “nosotras” que aun inconscientemente trabajamos mientras rogamos que nos caiga un jefe bueno.

¿De verdad alguien cree que los empresarios, administradores, contratantes de servicios, etc. quieren que haya pleno empleo? Cuantos más peones entre los que elegir mayor poderío a menor precio. Y si somos mujeres deberemos soportar el asomo del inextinguible machismo simulado en el trato, no digamos si además de ser mujeres lo necesitamos para que coman nuestros hijos, entonces la esclava está servida. A peores circunstancias laborales, más oportunidades de empleo para nosotras. ¡Calamidad!

            Rajoy y la CEOE son la misma “cosa” sentada en la misma silla. El Círculo de Empresarios ya advertió a D. Mariano que si ganaba las elecciones debería practicar importantes recortes sociales, flexibilización del contrato de trabajo (¿más?), reducir el salario mínimo de los jóvenes así como las becas e incrementar las tasas académicas, despidos en las administraciones públicas, etc.. Por otro lado Rouco le pide 80 millones euros en especie para compensar las pérdidas de sus aventuras televisivas (13TV) y radiofónicas (COPE) y a cambio de…, ya se sabe.

            A la vista del panorama, nosotras, las mujeres, nos vemos adelgazando las cifras del paro mientras nos hacen cantar a coro aquella chirigota de peloteo electoral de de algunas fans del PP que decía aquello de “Somos madres, mantenemos nuestra casa limpia y pura…, Nos encanta recibir un achuchón, pero más nos gusta un bolso de Vuitton” (Escuchar en www.cadenaser.com).

            Por cierto, no quiero cerrar esta reflexión sin hacer una atenta referencia al agudo comentario del periodista Nacho Escolar (escolar.net) en relación con los debates que se ha desarrollado con motivo de las reciente elecciones del día 20 de noviembre. Dice en su blog: “Echo en falta a más mujeres en los debates.: siete políticos, siete hombres. Visto desde los ojos de un sueco, deben de parecer los debates electorales de Irán” 

«Periódico CARRIÓN, 1 de diciembre de 2011».

¡Y ahora llega Mariano con las Rebajas!

La senectud de los políticos españoles para una joven democracia que apenas llega a cumplir 34 años

           El poder desgasta, indiscutible, también ejercer de madre, de padre, de jefe o de “cofrade mayor”, pero lo más importante es saber dejarse llevar por la intuición del momento de dejar de “ejercer” para ir retirándose a tiempo antes de hacer el ridículo y estrellar la tarta después de cocinada.

            Interesante reflexión encontramos en el New York Time, sobre la senectud de los políticos españoles para una joven democracia que apenas llega a cumplir 34 años. Recuerda el rotativo que Adolfo Suarez lo dejó a los 48 años, Felipe González a los 40, José María Aznar a los 43 y José Luis Rodríguez Zapatero a los 51, y ahora nos vemos en la tesitura de tener que votar entre alrededor de sesentones. Concluye, pues, el mencionado analista que la edad de los candidatos es un síntoma de que nuestros partidos no han sabido envejecer bien.

            Al aspecto de abuelo gallego de D. Mariano se le suma una larga trayectoria política resumida en el eslogan: “Donde digo: Digo, quiero decir: Diego”, un conservadurismo presente en su elegancia y comedimiento de antiguo patriarca, pero la excesiva experiencia suele atraer la suerte del trineo, que a base de repetir camino sobre la nieve ya no puede desviarse para conocer otros mundos. Y el mundo se mueve muy deprisa, los trenes, los aviones, las nanotecnologías, el pensamiento y la juventud, no tenemos tiempo para tanta parsimonia ni tanto mirar atrás a riesgo de convertirnos en estatuas de sal.

          Mientras D. Mariano compone una frase, mientras su pensamiento corre prudente de dendrita en dendrita en la sinapsis de sus neuronas hasta que su lengua pronuncia el vocablo adecuado, han recorrido la red en inconmensurables millones de yottabites en forma de mensajes juveniles, operaciones financieras, avances en investigación, etc..

                 Y nosotros sentados contemplando como reflexiona un Sr. antiguo acosado por sus más que antiguos, atrasados compadres amenazándole con que si llega al poder le dan 100 días para derogar las leyes del aborto y de los matrimonios gay (Vidal-Cuadras) o “imprescindibles recortes sociales, un adelgazamiento de la Administración pública, una racionalización del gasto sanitario, educativo y del transporte público, “que es muy barato”, así como impulsar la colaboración de lo público privado.” , según anuncia la CEOE, por poner algunos ejemplos.

La rebaja está servida. Las colas en los servicios a la sociedad serán más largas que las históricas de Harrod´s.

«Diario Palentino, 6 de noviembre de 2011.»

CURRICULUM SOBRE LA MESA

“Exigir a los candidatos un curriculum personal y profesional previo debidamente certificado, no de trabajo en el Partido, sino en su vida particular”

       Con la quemazón que la ciudadanía manifiesta hacia la clase política el camino nos lleva a un destino inopinable. Y la historia se repite constantemente, lo estamos viendo y lo vemos cada vez que se produce una convocatoria de comicios. Salvo honrosas excepciones que suelen durar poco en el tiempo, y los generosos alcaldes de pueblo que huyen despavoridos a la segunda ocasión, es el momento de mostrar las fauces, ese pistoletazo de salida para las guerrillas internas,  zancadillas, trampas, bulos, maledicencias y otras repelentes y destructivas armas observadas en las conductas de los que suelen salir airosos llevando consigo a sus incondicionales servidores.

Desde los comienzos de la transición, los partidos políticos y los sindicatos, como instrumentos de la democracia, han ido creando una estructura reticular que se va cerrando en torno a contados caciques locales que emulan el entramado de las jerarquías superiores y su senectud. Los ciudadanos nos percatamos de cómo en esos entornos todo se va volviendo rancio, no nos trasmiten optimismo, seguridad, diques inamovibles, lo que hoy es doctrina de fe, mañana es un obstáculo.

El siglo XXI y sus circunstancias nos ha presentado un muestrario de políticos que se desdicen y se contradicen, ejercitan con sobranza “el derecho a evolucionar” y a prescindir de la voluntad popular, una segunda Ilustración, “Todo para el pueblo pero sin el pueblo” y a medida que acrecientan su poder merman los valores que albergan, están hechos a la pelea y padecen el secuestro de una irrefrenable ansiedad de poder, son víctimas ya de la indignidad sumisa a un subidón adrenalínico irrefrenable, es lo que denominan “tener cintura política”, como si fuera una cualidad, sin embargo no se aperciben de que lo que proyectan al exterior es la sombra de “animales políticos”, conseguidores insensibles, totalmente desmemoriados y olvidados de quienes fueron y en qué lugar del camino perdieron aquellos nobles ideales, su combustible juvenil primario y desinteresado convertido en garra que muere matando.

Los que toman conciencia de comenzar a padecer esta esclavitud, acabando su mandato anuncian que se van como una liberación para sí mismos y una dignificación de la vida política.

Es cierto que trabajan mucho, nadie lo duda, pero el poder mantenido o recrecido es una droga dura, mata el humor y la sonrisa sana, frunce el ceño, aísla del mundo de los mortales y envilece.

Si se quisiera optimizar la labor política sería preciso exigir a los candidatos un curriculum personal y profesional previo debidamente certificado, no de trabajo en el Partido y artificiosamente confeccionado, sino en su vida particular, en su capacitación profesional, en su valía para conseguir y administrar el propio chusco, porque quien no es capaz de ganar de comer para sí con sus propios medios despierta susceptibilidades y recelos a la hora de  encomendarle la administración de los recursos ajenos, máxime si son los dineros públicos y el interés de toda la sociedad.

Si las ideologías mediatizan el voto, la confianza en los candidatos aún más. «Periódico CARRIÓN, 16 de septiembre de 2011»

CURRICULUM SOBRE LA MESA

“Exigir a los candidatos un curriculum personal y profesional previo debidamente certificado, no de trabajo en el Partido, sino en su vida particular”

       Con la quemazón que la ciudadanía manifiesta hacia la clase política el camino nos lleva a un destino inopinable. Y la historia se repite constantemente, lo estamos viendo y lo vemos cada vez que se produce una convocatoria de comicios. Salvo honrosas excepciones que suelen durar poco en el tiempo, y los generosos alcaldes de pueblo que huyen despavoridos a la segunda ocasión, es el momento de mostrar las fauces, ese pistoletazo de salida para las guerrillas internas,  zancadillas, trampas, bulos, maledicencias y otras repelentes y destructivas armas observadas en las conductas de los que suelen salir airosos llevando consigo a sus incondicionales servidores.

Desde los comienzos de la transición, los partidos políticos y los sindicatos, como instrumentos de la democracia, han ido creando una estructura reticular que se va cerrando en torno a contados caciques locales que emulan el entramado de las jerarquías superiores y su senectud. Los ciudadanos nos percatamos de cómo en esos entornos todo se va volviendo rancio, no nos trasmiten optimismo, seguridad, diques inamovibles, lo que hoy es doctrina de fe, mañana es un obstáculo.

El siglo XXI y sus circunstancias nos ha presentado un muestrario de políticos que se desdicen y se contradicen, ejercitan con sobranza “el derecho a evolucionar” y a prescindir de la voluntad popular, una segunda Ilustración, “Todo para el pueblo pero sin el pueblo” y a medida que acrecientan su poder merman los valores que albergan, están hechos a la pelea y padecen el secuestro de una irrefrenable ansiedad de poder, son víctimas ya de la indignidad sumisa a un subidón adrenalínico irrefrenable, es lo que denominan “tener cintura política”, como si fuera una cualidad, sin embargo no se aperciben de que lo que proyectan al exterior es la sombra de “animales políticos”, conseguidores insensibles, totalmente desmemoriados y olvidados de quienes fueron y en qué lugar del camino perdieron aquellos nobles ideales, su combustible juvenil primario y desinteresado convertido en garra que muere matando.

Los que toman conciencia de comenzar a padecer esta esclavitud, acabando su mandato anuncian que se van como una liberación para sí mismos y una dignificación de la vida política.

Es cierto que trabajan mucho, nadie lo duda, pero el poder mantenido o recrecido es una droga dura, mata el humor y la sonrisa sana, frunce el ceño, aísla del mundo de los mortales y envilece.

Si se quisiera optimizar la labor política sería preciso exigir a los candidatos un curriculum personal y profesional previo debidamente certificado, no de trabajo en el Partido y artificiosamente confeccionado, sino en su vida particular, en su capacitación profesional, en su valía para conseguir y administrar el propio chusco, porque quien no es capaz de ganar de comer para sí con sus propios medios despierta susceptibilidades y recelos a la hora de  encomendarle la administración de los recursos ajenos, máxime si son los dineros públicos y el interés de toda la sociedad.

Si las ideologías mediatizan el voto, la confianza en los candidatos aún más. «Periódico CARRIÓN, 16 de septiembre de 2011»

Regeneracionismo, una necesidad

“La clase política tiene  un ineludible e inmediato deber: su regeneración”

Es evidente que la crisis financiera global ha traído consigo la económica, la política y la social. A golpe de recibir a macha martillo tantas noticias negativas nos invade una desesperanza alimentada por las cifras del paro, la falta de confianza en nuestros gobernantes y el temor a males mayores, hasta tal punto que miles de ciudadanos españoles salen a diario a las plazas públicas a pedir lo que de razón y por principio debiera ser lo natural. Los políticos desconcertados no respiran, estaban convencidos de tenernos engañados.

            En el marco puramente político las pretensiones del Movimiento 15-M o Democracia Real Ya, son tan sencillas como exigir transparencia y participación democrática, reducción de gastos suntuarios así como puestos de confianza y libre designación, supresión de privilegios fiscales, cotizaciones y pensiones de los servidores públicos, persecución de las corruptelas eliminando las inmunidades asociadas al cargo y la prescripción de los delitos por corrupción. Peticiones tan naturales que debiera darse por hecho no tener que plantearlas, y nos  avergüenza vernos en la necesidad de pedir una eficiente administración de los impuestos, la posibilidad de elegir limpiamente buenos gestores y una participación más presente en las grandes decisiones que ponen en compromiso el futuro de todos para muchos años.

            A nadie se escapa que estamos en una época dura de cambios y amenazada por el riesgo de convertirse en socialmente convulsa, el paro nos desborda y las instituciones regidas por el Partido Popular ya han comenzado a practicar lo que es su política connatural, la tala salvaje de los recursos educativos, sanitarios y de garantías laborales.

            La participación cada cuatro años en las urnas, tal y como están “organizados” internamente los partidos para elegir a los siguiente próceres (democracia interna, cero patatero, manipulación, sobresaliente) no es suficiente para llamarlo “democracia”.

            Nuestro país necesita nuevos rostros, voces garantes, ideas prácticas y discursos coherentes, sin los topicazos habituales con pastoso hedor de antipolilla, necesitamos gestores jóvenes, CAPACES, sociables, inteligentes, dispuestos a trabajar duro en la arena del ruedo durante su mandato temporalmente limitado y con plena fe en que lo único que ha de moverles es el interés general y el bienestar de los ciudadanos.

La enseñanza, el empleo, la sanidad y las libertades públicas serán los pilares a defender a ultranza durante la próxima legislatura, desde el gobierno o desde la oposición. No perdamos el norte. «Diario Palentino, 11 de septiembre de 2011»

Ver también: Los imprescindibles «En los partidos políticos son necesarios los elementos que ganan elecciones, y son absolutamente prescindibles quienes las pierden o no las ganaron nunca»