La «trama» corrupta

«las problemáticas intervenciones de las comunicaciones en la cárcel entre los imputados presos y sus letrados, procesalmente, son un tema menor, pues, visto el material desvelado, los datos incriminatorios no provienen de tales conversaciones.»

Así lo explica en un interesante y clarificador artículo El Periódico, en su titular » Gürtel, el principio del fin» y que continúa: «

El mayor escándalo de corrupción de la democracia afecta, como mínimo, al principal partido de la oposición, con su extesorero nacional a la cabeza, a diputados y senadores estatales, a eurodiputados, a miembros de consejos de gobierno autonómicos –incluso a algún presidente–, a diputados autonómicos y a un buen número de munícipes. Todos ellos conectados por el principal imputado particular, Francisco Correa , quien, con su haz de sociedades interpuestas, en España y en paraísos fiscales, y un grupúsculo de adláteres ha hecho y deshecho contratas, convenios y concesiones dependientes de administraciones regidas por el Partido Popular.

La "trama" corrupta

«las problemáticas intervenciones de las comunicaciones en la cárcel entre los imputados presos y sus letrados, procesalmente, son un tema menor, pues, visto el material desvelado, los datos incriminatorios no provienen de tales conversaciones.»

Así lo explica en un interesante y clarificador artículo El Periódico, en su titular » Gürtel, el principio del fin» y que continúa: «

El mayor escándalo de corrupción de la democracia afecta, como mínimo, al principal partido de la oposición, con su extesorero nacional a la cabeza, a diputados y senadores estatales, a eurodiputados, a miembros de consejos de gobierno autonómicos –incluso a algún presidente–, a diputados autonómicos y a un buen número de munícipes. Todos ellos conectados por el principal imputado particular, Francisco Correa , quien, con su haz de sociedades interpuestas, en España y en paraísos fiscales, y un grupúsculo de adláteres ha hecho y deshecho contratas, convenios y concesiones dependientes de administraciones regidas por el Partido Popular.

Otra ocurrencia episcopal o la viga en el ojo propio

A los jerarcas eclesiásticos se les está yendo de las manos todo. La feligresía desconcertada no sabe a qué atenerse.

Tantos siglos de dogmas de fe impartidos a machamartillo y de papas que nunca se equivocan porque están investidos del don divino de la infalibilidad, y ahora salen por doquier espontáneos que no saben torear pero que llevan mitra como si fueran experimentados «maestros».

Desde Periódico La Jornada, nos llega el siguiente notición, pasen y lean:

Hay que perdonar a curas pederastas; no sabían lo que hacían:

Cancún, QR., 29 de marzo. Los curas pederastas merecen perdón porque no sabían lo que hacían, expresó Pedro Elizondo, obispo de la prelatura Cancún-Chetumal.

Hasta ahora nos damos cuenta por la ciencia y los estudios de las consecuencias de esos actos, que pueden afectar y dañar, pero antes no se sabía, comentó el religioso a los reporteros el domingo pasado.

“Lo hicieron por ignorancia, a lo mejor no sabían. En tal medida puede aplicárseles el precepto de Jesucristo ‘perdónalos, porque no saben lo que hacen’”, señaló…

Hugo Martoccia, Corresponsal

Otra ocurrencia episcopal o la viga en el ojo propio

A los jerarcas eclesiásticos se les está yendo de las manos todo. La feligresía desconcertada no sabe a qué atenerse.

Tantos siglos de dogmas de fe impartidos a machamartillo y de papas que nunca se equivocan porque están investidos del don divino de la infalibilidad, y ahora salen por doquier espontáneos que no saben torear pero que llevan mitra como si fueran experimentados «maestros».

Desde Periódico La Jornada, nos llega el siguiente notición, pasen y lean:

Hay que perdonar a curas pederastas; no sabían lo que hacían:

Cancún, QR., 29 de marzo. Los curas pederastas merecen perdón porque no sabían lo que hacían, expresó Pedro Elizondo, obispo de la prelatura Cancún-Chetumal.

Hasta ahora nos damos cuenta por la ciencia y los estudios de las consecuencias de esos actos, que pueden afectar y dañar, pero antes no se sabía, comentó el religioso a los reporteros el domingo pasado.

“Lo hicieron por ignorancia, a lo mejor no sabían. En tal medida puede aplicárseles el precepto de Jesucristo ‘perdónalos, porque no saben lo que hacen’”, señaló…

Hugo Martoccia, Corresponsal

Ciudadanos cómplices

En la clase que nos gobierna se está empezando a llamar “política” a cualquier cosa. El término que describía y según siempre hemos entendido o se nos ha dicho a través de la Academia que vela por nuestro idioma, es: “Arte, doctrina u opinión referente al gobierno de los Estados” y “Actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”, pero también “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.”

Hasta aquí sin dudas, lo peor es si seguimos sumando acepciones del mismo Diccionario: “Cortesía y buen modo de portarse.”, “Arte o traza con que se conduce un asunto o se emplean los medios para alcanzar un fin determinado” y por último: “Orientaciones o directrices que rigen la actuación de una persona o entidad en un asunto o campo determinado.”

Se ve que salvo por la alusión a la cortesía o el buen modo de comportase, no se exige otra deontología ni otra conducta ética al político. Cuando leemos en recientes encuestas que la clase política ha pasado a ser la segunda preocupación de los españoles por encima incluso del mismo terrorismo, quedamos impresionados, se nos escapan los improperios y se nos desborda la falta de fe en quienes nos gobiernan.

¿Pero es tan fácil escurrir el bulto? Después de todo en una democracia somos nosotros, los ciudadanos, quienes elegimos a los gobernantes, luego tenemos una gran responsabilidad en lo que nos hagan.

Si se llevan los euros a lo vivo, o trapichean, o malversan o prevarican, o simplemente están a ver que cae, es porque ya su propia elección como candidatos en el seno de los partidos viene viciada por una carencia total de funcionamiento democrático interno y el despliegue de una serie de artimañas que nos ponen en la bandeja de salida a supervivientes y sobachepas que para llegar a ser candidatos ya dominan las “artes políticas” entendidas de “aquella manera”

La siguiente fase es fácil, dejarse llevar por el voto cautivo y salir corriendo del Colegio Electoral para volver al sofá a seguir haciendo zapping. «Diario Palentino, 28 de marzo de 2010»