Drones e inviolabilidad del domicilio

droneEl dominio aéreo y mi derecho constitucional a la intimidad

      Tengo un ignoto intruso de vida aburrida que sobrevuela mi casa y mi jardín con su dron, y para eludir su penosa existencia, el pobrecillo, destina parte de su valioso tiempo vital en fisgarme desde el aire. No tuve a mano una pistolilla de aire comprimido, pero ya me la he agenciado, tal vez su próximo vuelo sobre mi cabeza sea el último. Derribado y destripado veré la información que acumula, y, además de quedarse sin aparato, si descubro al anónimo cobarde que curiosea vidas ajenas lo denunciaré por un delito de violación del derecho a la intimidad protegido por el artículo 18 de la vigente Constitución española. El Tribunal Supremo dice que “el domicilio es el espacio donde el individuo vive ejerciendo su libertad más íntima, al margen de convenciones sociales, así como todo espacio apto para que, eventualmente o de forma permanente, pueda ocurrir lo anterior. En concreto, se consideran domicilio a efectos constitucionales: las segundas viviendas, los vehículos o caravanas, las habitaciones de hotel, etc.”, y añade, “Para la vulneración del derecho no es necesaria la penetración física sino que comprende también las invasiones efectuadas mediante aparatos mecánicos, electrónicos o análogos, visuales o auditivos.”

      El Derecho Romano contemplaba que el dueño del suelo era el dueño del vuelo, todo en altura sobre su cabeza le pertenecía. Con la navegación aérea comenzó la regulación internacional del uso y dominio que pertenece a cada Estado así como las autorizaciones necesarias para surcarlo. La generalización de los drones como instrumento de transporte y como juguete ha creado una situación de descontrol gubernamental, pero eso no es óbice para que su uso ilegal genere las penas que correspondan por atentar contra derechos fundamentales, sobre todo cuando esos aparatejos pueden llevar incorporadas cámaras de emisión directa que toman fotografías o vídeos, violando la intimidad y vida privada de las personas, y creando riesgo en la seguridad del domicilio al grabar desde el aire las circunstancias internas de recintos vallados a los que solamente tienen acceso legal sus propietarios o personas autorizadas o invitadas por éstos. De modo que, aviso a navegantes presuntos delincuentes, no sea que un rato de morboso fisgoneo les depare graves consecuencias.

«Diario Palentino, 25/09/2016»

Mujeres y olimpiadas

descarga“Esforzadas y valerosas luchadoras frente a potentes prejuicios de género”

            La presencia de mujeres no estaba prevista en la mente del barón de Coubertin cuando fundó el COI en 1894, pero tampoco lo estaba la participación de deportistas profesionales ni de otras razas, su visión era la resurrección de las olimpiadas griegas en las que hombres blancos, libres y ricos competían entre sí como diversión.

       Hoy es una competición de profesionales bien preparados para ganar trofeos y poner una bandera de su país en el ámbito mundial del deporte. Desde su primera edición, Atenas 1896, las olimpiadas han reflejado la sociedad multicultural que aglutinan y han viajado en paralelo con sus vicisitudes. De amateur a profesionales, mujeres, otras razas, paraolímpicas, juveniles, de invierno, etc. Pero también víctimas de intereses comerciales e instrumento de presión política; a veces gestoras soterradas del apartheid y el antisemitismo; han padecido el terrorismo pero también abanderan reivindicaciones sociales para los países desfavorecidos cuando las alojan.

            El barón fundador consideró que el campo competitivo de las mujeres era el de su cometido en el hogar y ahí se plantó, fue en París, 1900, cuando se las consiente competir; en 1920, Londres, entran con todos los derechos oficiales pero hasta 2012 no participan en todas las disciplinas y ya todos los países envían mujeres, hasta los más renuentes y bajo presión internacional, Arabia Saudí, Catar y Brunéi. Una conquista más frente a la discriminación de género. No obstante, son más las medallas asignadas a competiciones masculinas.

            Y como fiel reflejo de la sociedad este año la polémica se centró en la vestimenta femenina de pies a cabeza. Atletas cubiertas simbolizan el intenso debate abierto en la sociedad mundial bajo la presión proselitista radical islamismo creciente. Pero al margen de este controvertido tema que trataremos con más extensión otro día, entre las atletas hay verdaderas heroínas de la vida, una refugiada siria que salvó a 19 personas, una madre que enardece la maternidad, una competidora de 41 años, una capitana negra que acaba de terminar con un cáncer de lengua, una treintañera argentina licenciada en medicina, una superviviente nepalí de siete años, una judoca salida de la favela Ciudad de Dios, y tantas historia personales  de mujeres doblemente olímpicas que tampoco desfallecen en sus olimpiadas cotidianas.

«Diario Palentino, 21/08/2016»

 

 

Padres que no aman a sus hijos

3636882023077302«Luego, a la vejez se preguntan el porqué del abandono y la distancia”

             En las culturas donde las mujeres han plantado cara a la desvaloración, la invisibilidad y las exigencias machistas de sumisión, los hombres atiborrados de mensajes de supremacía, dominio y prepotencia no entienden que el funcionamiento de la familia no se basa en el ordeno y mando mientras todos escuchan y obedecen. Cuanto más obtusa es la mente del individuo más problemas tiene para comprender el valor del bienestar afectivo y emocional de su entorno. Lo que hagas hoy gozarás o sufrirás mañana.

            Cada día se ve más en los juzgados el pleito por el reparto de deberes familiares, dinero y bienes materiales. Por desgracia para nosotras y suerte para nuestros hijos, aún las mujeres-madres renunciamos al progreso profesional, laboral y personal para suplir las deficiencias del compañero-marido-padre irresponsable con sus compromisos en el seno familiar y de pareja. Todavía es patente la miseria mental con la que padres de menores, por puro egoísmo materialista, afrontan una separación dejando a su prole en la indigencia, mermando su calidad de vida, llegando incluso a reducir su jornada laboral o a empequeñecer deliberada y fraudulentamente sus ingresos para que el juez no pueda sentenciar una asignación digna en concepto de pensión alimenticia.

           Pasados los años los vemos ya ancianos sobreviviendo afectivamente solos, en residencias o en sus casas, sin apenas comunicación con los hijos que se preocuparían de su bienestar. Y, es entonces cuándo se preguntan qué pasó, qué hicieron mal, o les culpan  por su ingratitud, -con lo que yo hice por ellos- se lamentan, tal vez no darán con la explicación, o sí, pero ya será demasiado tarde para componendas. El cine está plagado de escenas de padres sufrientes y arrepentidos de no haber estado con sus niños, de descuidar el amor de su pareja, de haber vivido solo para sus propios intereses, placeres, proyectos y ambiciones; el jardín se les llenó de cardos porque su agenda secreta no incluía dar para recibir, solo tomar todo a su paso y exigir, huir de las responsabilidades y que la otra parte, la madre, supliera las carencias, las ausencias y la falta de compromiso. ¿Qué habré hecho yo? dicen consternados algunos viejos desde su fría soledad, algunos esposos abandonados cuando el territorio se convirtió en un erial. La goma se soltó de sopetón de tanto estirar.

«Diario Palentino, 03/07/2016»

Cuando mejorar es volver atrás

politica-62Revisar a fondo los chanchullos ocultos sería una buena terapia democrática

     No hace falta campaña ni programa ni promesas vanas, la tarea del próximo gobierno es bien sencilla, nunca una revolución ha sido tan fácil de enunciar, volver atrás. Volver al tiempo en que los derechos cívicos, los individuales y personales, los colectivos y sociales estaban protegidos efectivamente y no cercenados por una ley, cuando la sanidad era de verdad pública, universal y gratuita para todos los habitantes del país, cuando la enseñanza formaba ciudadanos en el respeto a los demás y en la escuelas se enseñaban valores de solidaridad y empatía esenciales para la convivencia entre los futuros adultos, antes de torturar a los escolares con reválidas invalidantes y absurdas que los queman para dejarlos sin esperanza en la cuneta, volver a aquél tiempo de igualdad en que los universitarios no tenían que dejar sus estudios por falta de medios para hacer frente al lucrativo negocio de los másteres. En fin volver a los tiempos en que las familias no se quedaban sin suministro eléctrico, ni un tercio de la población infantil era pobre de solemnidad, aquel entonces en que se desayunaba y había libros del cole. Aquella increíble época en la que cada uno podía vivir honradamente de su trabajo porque la lucha obrera con los sindicatos había conseguido condiciones dignas de trabajo.

     Hasta que llegaron los atracadores del erario público que manejaban el dinero negro que se llevaban a paraísos fiscales mientras vociferaban en contra de los trabajadores que solo tenían sus manos ocupadas en hacerles ganar lo que iban a defraudar. Miembros del arcaísmo monárquico, del empresariado, de lisonjeados políticos, corruptos y piratas de todo tipo que arrasaron con toda una organización social en la que todas las personas podían vivir en niveles aceptables de confort. Y es que el dinero no se pierde, lo que no está en la vida cotidiana de los ciudadanos está en las cuentas ocultas de los sinvergüenzas.

     El PP, máximo exponente de la corrupción española, ha sido el causante material de tanto desmán que no piensa remediar, además pretende desalentar a los votantes porque la abstención le beneficia, él tiene asegurado el voto de la gente mayor, del campo, de algunos ingenuos, de los herederos del franquismo y de los aspirantes a triunfar, no con su lema del esfuerzo, sino por los atajos del amiguismo y la corrupción.

«Diario Palentino, 19/07/2016»

Es que son putas…

codigobarras--644x362“Un causa penal contra proxenetas vegeta seis años en la mesa del juez”

            En 2010 dos registros realizados en un club de alterne de Cabezón de la Sal la policía topa con una red de traficantes de mujeres procedentes del Este europeo para ser destinadas a la prostitución. Una de ellas, rusa, presenta denuncia y se abre un proceso penal contra los responsables. Acreditados los hechos y realizadas las pruebas el fiscal califica y pide penas que suman 81 años de prisión y una indemnización de 20.000 euros para la víctima denunciante.

            No se sabe qué pasa pero el procedimiento permanece paralizado durante seis años en un ignoto agujero negro sobre las mesas del juzgado. Cuando se decide terminar la causa los delincuentes apelan a la atenuante de dilaciones indebidas acogiéndose al derecho a que los órganos judiciales resuelvan y hagan ejecutar lo resuelto en un plazo razonable. Controvertida atenuante que pretende proteger a los órganos judiciales de las irresponsabilidades de sus desidias y negligencias y proteger al reo de la llamada pena de banquillo, por el sufrimiento que padece ante la incertidumbre de lo que será de su vida cuando se dicte sentencia. Pero lo que puede ser razonable para el acusado de robo o el simple homicida no debiera aplicarse al terrorismo machista del indolente proxeneta que mientras espera la sentencia se ríe, se burla y sigue ejerciendo.

          Argumentar como justificación del retraso el atasco en los juzgados por la falta de medios, cuándo estamos hablando de sufrimiento humano, no deja ser una simplificación patética e inadmisible. El artículo 24 de la Constitución, que consagra el derecho a un proceso público sin dilaciones indebidas, también es para la víctima, pero ésta tendrá que presentar una compleja reclamación reducida a dinero ante el Estado, mientras los funcionarios causantes de los retrasos se van de rositas y duermen plácidamente sin afectarse por los dolores que causan su dejadez y la falta de diligencia debida de todo servidor público.

        La denunciante era mujer, puta y rusa, parece decir la negociación del fiscal con los seis proxenetas, les rebaja la pena inicial de 81 a 10 años de prisión entre todos y la indemnización a la víctima de 20.000 a 6.000 euros por daños morales. Han ganado la negligencia judicial y la perversión del sistema. Ha perdido la víctima, como siempre, mujer, aislada, sin idioma de comunicación, intimidada, sometida a la prostitución y ahora perseguida por chivata.

«Diario Palentino, 15/05/2016»