Todo importa en el dolor

       En el trato humano cualquier gesto importa. La xenofobia, la desigualdad, el desprecio y la desvalorización comienzan por pequeños gestos no corregidos que con el paso del tiempo quedan integrados en las sociedades que los asimilan y consideran tradiciones a proteger. Auténticas aberraciones lesivas hasta de la integridad física de seres vulnerables. Léase la circuncisión ritual de los prepúberes en la religión judía, cuya responsabilidad es del padre y de la comunidad, como señal de pacto con Dios y perfección final de la creación divina con un acto humano. La prueba de virginidad en las bodas gitanas, una experta desvirga con los dedos a la novia en la casa de la familia del novio y muestra al público el pañuelo con la sangre. Lo más cruel es la ablación de los genitales en las niñas, a veces tan salvaje que parece una sádica venganza. Por qué los hombres tienen que cebarse en los centros de reproducción y placer de los seres humanos indefensos, niños, niñas y mujeres, Por qué ese atavismo inexplicable. La inmigración africana nos lo pone más cerca. En España hay unas 18.000 niñas en riesgo, de ellas un tercio viven en Cataluña, donde solo en el año 2017 se intervinieron 132 casos en aplicación de protocolo de detección creado por la Generalitat y que viene funcionando desde hace diez años mediante los servicios sociales, educativos y sanitarios con la ayuda de los Mossos. Formación e información a las familias, retirada del pasaporte en caso de indicios, revisiones pediátricas antes y después del viaje familiar al país de origen, pero a pesar de ello la tradición se cuela como el agua en una cesta. Niñas nacidas en España obligadas a casarse a los diez años y traspasadas a la familia del novio. La lucha de las mujeres es de frontera.

Diario Palentino, 8 de septiembre de 2018

#MejorSolaQueConMaluma

#MejorSolaQueConMaluma
Es el lema adoptado por las defensoras de la imagen de las mujeres como personas en vez de convertidas en objetos sexuales para utilizar a capricho, que es lo que hace con sus canciones y gestos el colombiano Juan Luis Londoño, de nombre artístico Maluma. Provocador, machista, violento y ególatra se ha convertido en un fenómeno social que, mientras despierta ovaciones y rechazos en la misma proporción, se llena los bolsillos de plata vendiendo discos y dando espectáculos. No es buena lección para ofrecer a jóvenes y adolescentes, muchos de ellos ya sueñan con convertirse en manadas atacando a mujeres sometidas por cualquier medio si no las pueden convencer en solitario. Además de la ilustrativa puesta en escena, la incitación ya está en las letras: La primera se desespera. Se encojona si se lo echo afuera. La segunda tiene la funda. Y me paga pa’ que se lo hunda. La tercera me quita el estrés. Polvos corridos siempre echamos tres. Y es que todas maman bien. Todas me lo hacen bien. Todas quieren chingarme encima de billetes de cien. Si todos los hombres tienen esos deseos hacia las mujeres qué pena de masculinidad, que miseria mental el tener que degradar a otro ser humano para recrecer la estima propia. Atención, el martes nos visitará en la ciudad dónde nuestro alcalde, del Partido Popular, como no podía ser de otra manera, ha invertido más de trescientos mil euros nuestros y le recibirá con los brazos abiertos “encantado de haberlo contratado”, dicho por él. Será que comulga con el estilo Maluma o que no se le ocurre otra manera más digna de promocionar la ciudad sin alentar la degradación de las mujeres. Y las de su equipo de gobierno municipal y las de su Partido Popular, y el concejal de festejos. ¿Todos encantados también?

Diario Palentino, 1 de septiembre de 2018

Ni burkas ni burkinis

         En un alarde de postureo progresista el ayuntamiento de Zaragoza (Podemos), acuerda admitir el burkini como prenda de baño en las piscinas públicas, así nadan a contracorriente frente a la tónica general de los países europeos. Francia lo prohíbe rotundamente en piscinas y en playas. Por dos razones: una, porque es un país laico y el burkini manifiesta de forma ostentosa una pertenencia religiosa, sobre todo cuando el yihadismo es la mayor amenaza terrorista que se vive en la Europa actual. La segunda apela a razones de higiene y seguridad para el resto de los bañistas. Lo preocupante es que la opinión pública se divida sobre los límites del respeto en los lugares públicos. Ningún símbolo llamativo sobre una religión o una reivindicación política debiera entrometerse en el libre disfrute de espacios destinados a todos los públicos ni crear inseguridad en ellos. Admitir el burkini equivale a permitir bañarse vestido, con lo que parece más bien que se va a lavar la ropa puesta donde niños y adultos bucean, tragan agua y disfrutan de una cara sanidad que no puede garantizarse si no se ve lo que hay debajo del disfraz a dónde no llega la ducha previa obligatoria. El respeto por las normas básicas de la sociedad es la primera exigencia para todo individuo que viva en ella, sobre todo teniendo en cuenta la acérrima intolerancia de quien exige privilegios que no facilita a otros. Dinamarca impone multas por el uso del burka en público y un millonario argelino se ofrece a pagarlas todas. Hasta ese punto se burlan de las leyes en el espacio europeo que están colonizando con su agresivo proselitismo, su alta natalidad y sus exigencias camufladas bajo el victimismo. ¡Ojo! las libertades de las europeas no musulmanas están en riesgo.

Diario Palentino, 11 de agosto de 2018

Jueces misóginos

La justicia debe ganarse el respeto

           Cada vez que se publica una sentencia controvertida, en la que hay por el medio una mujer, arden las redes. Los machirulos sacan las peores sombras de sus esencias. Hace falta buena educación desde la infancia para aminorar la concepción patriarcal de nuestra sociedad en la que todo el mundo tiene derecho a juzgar públicamente a la mujer de las peores formas imaginables. Y a esto le da pie la existencia de jueces misóginos, como el que dirigió la condena y posterior puesta en libertad de los miembros de La Manada o, recientemente, el que se ceba con una madre maltratada que solo quiere proteger a sus hijos. Hay párrafos en ambas sentencias en los que en vez de juzgar al malhechor se juzga a la víctima por ser mujer. Ante la desairada reacción popular salen en tromba miembros de la judicatura y de la fiscalía reclamando un respeto para la justicia, pero el respeto hay que ganárselo y denigrando a la mujer no se gana. Tendría que ser el propio poder judicial quien tuviera bajo control a estos especímenes y no les dejara intervenir en especialidades del derecho que impliquen directamente sentimientos, emociones y humanidad. Que los envíen a juzgados de lo mercantil o de lo contencioso-administrativo donde no puedan victimizar aún más a las víctimas. En Alicante el abusador sexual de un menor es absuelto porque incurrió en error sobre la edad del abusado. En Molins del Rey, seis detenidos por la violación y abandono de una mujer son puestos en libertad. En Cantabria los jueces no ven «uso de violencia» en el abuso sexual continuado a una niña de cinco años porque no lloró ni gritó pidiendo auxilio y aceptó regalos. En Las Palmas se despacha con dos años de cárcel un profesor universitario que abusó de una niña de cinco años hasta que cumplió diez. Con estas consideraciones cómo vamos a creer las mujeres en la justicia.

«Diario Palentino, 29/07/2018»

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No es no y sí es sí, ¿entendéis?

     Menos mal que han llegado unas ministras con ganas de trabajar por la igualdad y el bienestar de toda la población y no solo de unas pocas clases sociales y empresariales. Buena suerte para las mujeres. Pero los depredadores no dan tregua, ya han sacado la artillería pesada contra la ministra de Igualdad, Carmen Calvo, cuando ha anunciado que solo “sí es sí” a la hora de valorar los delitos sexuales. En avalancha se han destapado todos los aspirantes a violadores, merodeadores narcisistas y aviesos seductores carroñeros y pacienzudos de los que acechan hasta que la víctima elegida beba un poco de más o se distraiga al volver a casa por una zona oscura para forzar su resistencia entre el engaño y el miedo. Los foros de los machos salidos han ardido haciendo chanza con formularios de contratos escritos para tener sexo. Solo los hombres respetuosos que tratan a las mujeres de igual a igual, que respetan sus cuerpos y su voluntad, no han temido la nueva regulación con la que se pretende aclarar las zonas confusas del actual Código penal. Si no eres terrorista no te fijas en las penas previstas para quienes lo son. También preocupantes son los deslices que escuchamos en discursos del PP, ahora en plena guerra fratricida. Pablo Casado ha dicho que «La ideología de género es un colectivismo social que el centro derecha tiene que combatir». Porque en el PP preocupa poco que en menos de cuatro días hayan sido asesinadas cuatro mujeres por serlo. De hecho eliminaron en educación las materias sobre respeto e igualdad y separan a niños y niñas en las aulas. Están a un paso de las brigadas pro virginidad y los Sexólicos anónimos del obispo de Alcalá. El patriarcado inquisitorial y obsoleto nunca se rinde.

«Diario Palentino, 15/07/2018»