Tiempo de comprender

           Tiempo de comprender. Es el lema que nos trasmite nuestra amiga Yoyé, sabia y discreta conocedora de la mente humana. Este covid, y sus limitaciones, nos dan la sensación de estar a tiro de la muerte y, por tanto, a reconsiderar nuestra ubicación. Lo que más se oye: “van a cambiar muchas cosas en mi vida”. Los tacaños se prometen desgastar la tarjeta del banco; los sufridores van a disfrutar a tope, los urbanitas sueñan con un huerto, los solitarios fantasean con salir de caza, y lo peor de todo, los que tienen poco se lo juegan en las máquinas o en la apuestas para acabar quedándose sin nada. Y es que no vale reflexionar en corto. Yuval Noah Harari (Sapiens, de animales a dioses) nos ilustra sobre lo que necesitamos para afrontar los tiempos venideros. Estamos inmersos en una revolución tecnológica desbordante. Cada diez años nuestro mundo será desconocido y debemos estar preparados para no perdernos. Nadie nos enseña los verdaderos recursos para sobrevivir al vértigo de los cambios. Él apunta solo dos: estabilidad mental e inteligencia emocional. De nada van a servir los conocimientos reglados, toda la información está en internet. Pero, las redes sociales nos han permitido crearnos una proyección narcisista que nada tiene que ver con lo que somos. Ahí está el error, nos confundimos con nuestra imagen retocada. Esta fantasía nos impedirá la adaptación. Necesitamos, como nunca antes, flexibilidad mental para reinventarnos al ritmo del avance. Nadie llegará la vejez en la profesión o en la especialidad laboral en que comenzó, desaparecen unos trabajos y nacen otros. Nuestro único equipaje, estabilidad mental e inteligencia emocional, requiere, antes que nada, descubrir nuestra esencia. Y con ello volvemos al Oráculo de Delfos: «nosce te ipsum» (conocete a ti mismo), cuya andadura no es tarea fácil, ni corta ni grata, es un parto con mucho dolor.

Diario Palentino, 4 de octubre de 2020.

 

Igual aprendemos algo

     “La publicidad funciona para hacerte comprar lo que no necesitas, con plata que no tienes y poder impresionar a quienes no conoces”, repetida frase de Max Neef. Pronto hará un año desde el fallecimiento de este pensador visionario que hace décadas advirtió de la tragedia que supone, tanto para el género humano como para el planeta, la economía liberal y su ansia de superproducción puesta al servicio exclusivo de intereses comerciales. Nunca el liberalismo trabajó para el bienestar de las personas, ni tuvo en cuenta que formamos parte de un todo y que si un elemento se deteriora el resto sufre las consecuencias. Si esquilmamos el planeta, matamos a sus seres vivos y esclavizamos a los humanos algo fallará por algún lado, como está ocurriendo. La confusión radica en creer que poseyendo más cosas y más lujos vamos a ser más felices. Durante esta insospechada pandemia hemos ahorrado en ropa y calzado, viajes y otros prescindibles. Nos hemos agazapado, hemos sentido miedo al contagio y hasta desconfianza de nuestros vecinos y familiares. Tres meses dan para mucho. Con Diógenes podíamos pensar: ¡Cuántas cosas hay en el mundo que no necesito para vivir! Y, sin embargo, extrañábamos los abrazos, las caricias, la cercanía. Padecemos un nuevo síndrome neurológico que han denominado Hambre de piel. Pero la organización económica tan antinatural que nos hemos montado volverá a querer producir mucho para vender mucho, muchas industrias con muchos operarios semiesclavizados que gasten sus salarios en comprar lo que producen ellos y otros. Menos mal que algo de razón nos ha entrado cuando se ha aprobado un ingreso mínimo vital para compensar la merma de posibilidades de obtener un trabajo. Además, una nueva reclusión se aproxima, la del teletrabajo, desclasamiento total. Ya veremos que nuevas paranoias aparecen.

Diario Palentino, 27 de junio de 2020

El muy católico pin parental

          Esos católicos que no quieren que sus hijos sepan que hay pobres, que explotamos a gentes en sus países y luego se ahogan en el mar cuando vienen a por las migajas que les podamos dar; no quieren que se enseñe que los cuerpos de las niñas y de las mujeres no están al servicio de la lujuria de los hombres; que no se enteren de que hay gente mayor que ha trabajado decenas de años en trabajos duros con salarios de miseria y que ahora al final de sus días tienen pensiones de la misma dimensión miserable. Los papás y mamás de la derecha de este país no quieren que sus vástagos tengan competencia y degradan la escuela pública para financiar la privada que solo ellos pueden pagar, no sea que los hijos inteligentes de los pobres enmienden la plana a los suyos y los dejen a la altura del betún. Los buenos cristianos de la derecha carca no consideran hijos de su Dios a los que no pueden pagar la renta y son expulsados de sus viviendas. Tampoco lo son los que tienen que acudir a comedores y ayudas para sobrevivir porque no son ladrones de guante blanco de esos que sí son hijos de la Iglesia y ahijados de obispos. Estos belicosos y superpatriotas papás quieren adoctrinar a su prole en casa para que nadie les estorbe cuando les cuenten que la homosexualidad es una perversión y hay que perseguirla y tratarla, que los inmigrantes son gente peligrosa, que quien no tiene dinero es porque administra mal su escasez, que una familia es solo como ellos dicen, que hay que ser competitivo por encima de todo y de todos porque la empatía es muestra de debilidad. Que para falsificar títulos, máster y curriculum ya están ellos que se pueden pagar cursos caros en cuyo precio ya entra el sobresaliente sin acudir a clase ni estudiar. Esto es grosso modo y en sentido amplio lo que busca el famoso pin parental.

Diario Palentino, 19 de enero de 2020

Por qué les molesta tanto…(el feminismo)

          Por qué a la ultraderecha le molesta tanto la libertad y los derechos de las mujeres, si con la igualdad ganamos todas y todos. Parece que les resulta insoportable respetar los límites de otras personas si se trata del sexo femenino. Quieren romper de nuevo las fronteras de la dignidad y volver al viejo patriarcado de ordeno y mando, y tienes los hijos que yo diga cuando yo quiera, y cuando yo hable tú te callas, y yo decido en esta casa lo que hay que hacer, porque yo traigo el dinero, y tú qué has hecho en todo el día. Esas expresiones típicas de machos acomplejados por no estar seguros en su pellejo, volveremos a escucharlas si los ultras siguen en su empeño de mantenerse como viriles cavernarios a caballo (Ian Gibson) y alimentarse de los votos del miedo. Veamos el perfil del elector de VOX: (CIS) hombre de entre 35 y 44 años, residente en núcleos de provincia de menos de 100.000 habitantes, estudios de bachiller y por ocupación autónomos, agricultores y pequeños empresarios. Según Metroscopia el 72% serían hombres y el 28% mujeres, éstas de más de 51 años. El sueldo de este votante estaría alrededor de 2.000 euros mensuales y su ideología muy de derechas, de modo que se nutre de los sectores más conservadores del PP y de Ciudadanos. Se ve que no quieren competencia en el mundo laboral porque siendo menos tocan a más, no quieren que les juzguen por maltratadores, pero sí chacha gratis que les espere para satisfacerlos. Parece que tengan bajo la almohada “La guía de la buena esposa” que entregaba la Sección Femenina a las mujeres cuando hacían el Servicio Social obligatorio. Leed, por favor, ese manual de la esclava perfecta. Es el programa de la derecha para nosotras. Y si os gusta no vayáis a la huelga el 8 de marzo y luego votad a VOX.

«Diario Palentino, 3 de marzo de 2019»

Nos espera un calvario

    Por fin, entre la “derecha trifálica”, magnífica definición dada por la ministra Delgado a los tres divinos de la foto del domingo en Colón, y los irredentos independentistas catalanes han conseguido derribar el gobierno socialista de Pedro Sánchez. Muchos buenos proyectos se quedarán durmiendo el sueño de los justos durante los años venideros: el salario mínimo y el registro horario en las empresas, la pensión de los huérfanos de violencia machista, la ampliación de plazos para juzgar la pederastia, la ley de la muerte digna, asistencia sanitaria para todos, la sustitución de la religión por una asignatura de ética igual para el alumnado, las medidas urgentes sobre vivienda, desmontar la reforma laboral de Rajoy para dar seguridad en el empleo, la ampliación del permiso de paternidad, la tasa Google y  la imposición a las grandes empresas y grandes capitales, la mejora del estatuto de los autónomos, revalorización de las pensiones, salarios de funcionarios, ayudas a la creación artística e investigación, reducción de aforamientos, renta mínima, subsidio para los parados mayores de cincuenta años, medidas climáticas y energéticas… Todo un elenco de progresos sociales basados en la justicia del reparto de las cargas y en fomentar la igualdad en la ciudadanía sin desatender a los miembros que se encuentran en situación de debilidad por sus circunstancias personales o familiares, además de poner la vista en la formación cívica y moral de los futuros adultos para conseguir una convivencia pacífica y solidaria. Pues, todo eso muere, a juzgar por los retrógrados y crueles discursos de las tres derechas que repiten como marionetas las palabras de Trump, ese oscuro personaje que cocea a discreción. Los jueces ya han rechazado 11 denuncias falsas de VOX contra sus adversarios y Casado consumirá la lista de insultos del diccionario a falta de mejores argumentos.

«Diario Palentino, 17 de febrero de 2019»