Ser o no ser madres…, that is the question

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«Para las triunfadoras es una decisión muy difícil»

“Aún quedan muchos machos que nos quieren para ponernos a parir a sus hijos entre otros menesteres”

                El feminismo, que siempre es de frontera, pelea/ba/rá por conseguir igual consideración legal, material y social para los hombres y para las mujeres, y cuando ya parecía que todo fluía a favor de conseguirlo, llegó la perversión del objetivo. Las mujeres nos incorporamos al trabajo remunerado añadido al de la familia, marido, padres, hijos y amplia parentela, pero nos ha compensado salir del aislamiento y abandonar el sueño culpable de echar un buen polvo con el pescatero como liberación mental y abstracción momentánea en un encuentro solitario con nosotras mismas.

                Otro logro de igual categoría fue la libertad sexual sin temor a derivar en consecuencias no programadas. Pero, que las mujeres, siempre obedientes y subyugadas, pudiéramos disponer del dinero ganado y del propio cuerpo fue el colmo de la confusión para los machos educados en el secular ordeno y mando patriarcal. Carnet de conducir, coche propio, independencia económica, libertad de movimientos y de elección de pareja. El divorcio, ah, el divorcio, vaya puñalada trapera para los irredentos maltratadores, para los dominantes y esclavizadores, se les acabó la fiesta.

                Por fin, el aborto, la libertad para decidir tener o no hijos, cuándo y con quién. Eso ha provocado la más furiosa indignación de los clérigos purpurados, de las monjas, de las viejas, de los meapilas, de los de la adoración nocturna o vespertina en las casas de lenocinio, en fin, de todos aquellos que no podían o no les estaba permitido tenerlos, o bien, de los y las conservadores/as que, en caso de infortunio y embarazo inconveniente, con su dinero llevan a la niña de vacaciones para desembarazarse.

                Pero la cuestión de la responsabilidad de los hijos aún está por resolver. La dedicación material y afectiva cotidiana, las renuncias a la propia vida personal, profesional, de ocio, etc. sigue alojada sobre las mismas espaldas. Para las triunfadoras es una decisión muy difícil. Ellos han ganado con la liberación femenina, pueden decir que no se casan, no adquieren compromisos, o las ponen a la firma una separación de bienes, así van haciendo su patrimonio unipersonal mientras ellas merman su crecimiento profesional pariendo, criando, educando y atendiendo a la prole común. Un pan como unas tortas.

«Diario Palentino, 03/05/2015″01

Las manos quemadas del PP

0F1F-275D-TercerGobiernoVII20022“El PP ha puesto a prueba la capacidad de tolerancia de los españoles”

                Y no se cortan un pelo. Las cabezas más visibles ruedan como pelotas por todos los estamentos judiciales. Cada semana, uno de los bichos grandes del Partido Popular es encausado, investigado, imputado, procesado o encarcelado. Una buena parte de los recursos judiciales están dedicados en exclusiva para ellos, además de la Agencia Tributaria, la policía especializada en delitos económicos y fiscales, y el Tribunal de Cuentas. Once de los catorce ministros que fueron del gobierno de Aznar andan en alguno de los peldaños judiciales, incluido el propio Rajoy.

            Montoro se parte de risa en nuestras narices. La campanita de Bankia suena a cencerro amenazante de ruina para todos los españoles. Rato anda por ahí suelto yendo y viniendo a Suiza -no a comprar queso-, gracias a que la Fiscalía Anticorrupción no pudo encontrar causa para investigarlo y ha tenido que ser la Agencia Tributaria y un tribunal ordinario quienes han actuado, claro que dicha Fiscalía tampoco encontró motivo para mantener encarcelado al insigne Blesa. Cómo sufrirá la inmensa mayoría de honestos jueces que leen, directamente o entre líneas, lo que está pasando por las alturas político-judiciales.

            Y es que en el PP, los voceros no se cortan de poner la mano en fuego por cada compinche que sale a palestra judicial. Cospedal, Floriano, Aznar, y hasta el mismísimo Rajoy, todos las tienen hoy bien chamuscaditas a la plancha. Más, no les importa. Con el mismo cuajo que defendieron a los presuntos ignoran hoy a los delincuentes. Vaya familia, como para fiarse. Ahora son, -ese señor- que al parecer ha dejado de ser un –ser humano normal- para convertirse en apestado inmundo. Los imagino rompiendo a trochemoche fotos de besamanos, de esas que se colocan en los despachos para que el visitante vea cómo se las gastan, la altura de amistades con las que se codean, vamos, igual que el Pequeño Nicolás.

            En el PP no hay un garbanzo negro, es el cocido entero el que está quemado, no hay piso en Génova sin contaminar, hasta con obras pagadas sin IVA. Los hechos de sus dirigentes nos demuestran sus verdaderas intenciones, nada que ver con sus promesas. Y para que no protestemos nos aplican la Ley Mordaza. Todo un lujo de gobierno, todo un lujo de partido. Esta debe ser la Marca España que ofrecieron, estar en la prensa internacional señalados con el dedo de la corrupción.

«Diario Palentino, 19 de abril de 2015»

Sopa de letras

siglas-partidos-politicosHace falta ser joven y valiente para recoger la antorcha agotada y seguir corriendo

             Somos una multitud de ciudadanos descontentos con las políticas que sufrimos durante los últimos años. Cuando vamos en pelotón hacia la única salida que cada cuatro años nos queda en la actual democracia, confluimos en las urnas avocados a elegir una y solo una de las opciones ofrecidas. Hasta ahora el menú ha sido escueto, dos, casi tres partidos nacionales y otros tantos nacionalistas resumían el catálogo que podíamos barajar.

            Ah, pero el panorama ha cambiado, por fortuna. Los sillones se habían hecho pegajosos y las estructuras atacadas de carcoma, no creíamos en ellos porque vivíamos en mundos distanciados. Los viejos corredores maratonianos, distraídos en difundir sus gestas, se olvidaron de repostar las antorchas y nos han dejado a oscuras en caminos por hacer, escarpada tarea para los jóvenes filípides ante el reto de reedificar el hábitat.

            Un reciente estudio del CIS expone los actuales perfiles de los votantes españoles. Entre  los 18 y los 24 años el PP tendría el apoyo del 4% frente al 30% que tuvo en 2011. Está claro que ser joven y de derechas nunca ha estado de moda en democracia. Sin embargo, Podemos se llevaría el 27% del voto primerizo.

          Ciudadanos tendría su grueso de votantes en los alrededores de los 45 años, igual que IU y UPYD, mientras que el PP aglutina a los mayores de 65 años. Los viejos saurios se sienten incomprendidos y recelan de los jóvenes cachorros, no quieren recordar que la inexperiencia se suple con la energía de la ilusión, es el motor que mueve el mundo. El enfrentamiento generacional siempre es más fuerte cuánto más rígidas son las ideologías. PP y PSOE confluyen compartiendo votos en los núcleos demográficos más conservadores que no traicionan lo que han pensado siempre.

          De confianza «baja o nula» entre los más jóvenes gozan, por este orden: los partidos políticos, la Iglesia, los bancos, la Patronal, el Parlamento, y los sindicatos. Barra libre para interpretar el nivel de responsabilidad en el desencanto. Sin embargo, otorgan un nivel de confianza alto o muy alto a las ONG,  la UE,  información por internet y los cuerpos de Policía y Fuerzas Armadas. La confianza se rebaja algo sobre el sistema educativo y los medios de comunicación convencionales. Opinan que si los ciudadanos se organizan pueden cambiar las cosas. En sus manos tienen sus destinos, y los nuestros.

«Diario Palentino, 12 de abril de 2015»

Respeto para todos

religionesPor creencias, sexo, raza o diversidad cultural, para todas y todos

            Somos herederos y descendientes de aquella paternalista cultura grecorromana difundida y alimentada por la Iglesia Católica para bien y para mal. Aquellas civilizaciones, pioneras en su época y germen de nuestras formas de regirnos y relacionarnos, marcaron también los prejuicios que padecemos hoy. Creyentes, ateos y laicos; mujeres y hombres; lesbianas y gays; negros, blancos o amarillos. Al escuchar cualquiera de estos términos vemos imágenes inconscientes desiguales, inevitable, demasiadas películas de esclavos, demasiados chistes de maricas y muchos más chistes machistas.

            Estos días de la Semana Santa para los creyentes católicos paralizan la actividad en un país  donde una mayoría de ciudadanos se confiesa acatólico o no practicante, y sin embargo, todos los rituales discurren sin ninguna contrariedad, con pleno respeto por parte de quienes no encuentran ningún sentido, incluso reniegan de estos macromemes heredados sin consentimiento. Así somos los demócratas, así somos los pacientes españoles.

            Con la misma vara de medir, y aplicando lo que tanto pregonan sus escrituras y mandamientos, se debiera esperar una conducta recíproca para el prójimo que no comulga con sus ideas. Léase, respetar la educación laica en las escuelas públicas, la prohibición de la discriminación por sexos en las aulas de los colegios financiados con fondos públicos, por la libertad de las mujeres sobre su propio cuerpo, por el respeto a las personas cualquiera sea su sexo, raza, religión o ideología, como también dice nuestra Constitución. Respeto para los ciudadanos que queremos manifestarnos y hacer oír la voz de las calles sin miedo a que nos arresten o nos arruinen porque nos han reducido pilares básicos de la democracia, los derechos de opinión, reunión y manifestación.

            El excesivo poder engancha, y corrompe, el terrenal y el espiritual. Se mantienen en activo altos mandos clericales que atacan constantemente a las mujeres y a los homosexuales, incluso a los niños abusados, a su vez acusados de provocadores o mentirosos En la multinacional más antigua y más poderosa del mundo hay que dar gusto a muchos oídos, látigo y bálsamo, azote y beso, la táctica esquizofrénica de dominación. Vive y deja vivir, suena tan fácil.

 «Diario Palentino, 5 de abril de 2015»

Lo que pidamos se nos dará

17D_recortes_UGT1-300x199“Ningún partido nos dará lo que nos ha quitado cuando ha tenido ocasión”

      En la política de los últimos años retumban en nuestros oídos las monsergas repetitivas de viejas voces, o de caras nuevas con los mismos eslóganes que ya no ilusionan a nadie. La forofez incondicional no se mantiene después de tantos desencantos y tantas traiciones. Qué los ciudadanos somos responsables de las consecuencias de nuestro voto, nadie lo duda. Entretenidos que andamos entre el fútbol, las telenovelas y los grandes hermanos se nos echa encima el tiempo de otorgar poderes sobre nuestros destinos y lo hacemos a lo loco, como un trámite más, lo que quieras y después comemos.

     Estar al día de las noticias es de locura, nos acaban atrapando el inconsciente y nos ponen de mal
humor. Mucho mejor conformarnos con insultar al árbitro que pitó erráticamente, al guionista que escribió un final que nos disgusta, al juez que falló en contra de los nuestros. Nos damos un momento de ira espontánea y volvemos a los quehaceres para después echarnos en brazos de los insulsos entretenimientos que nos sirven en bandeja con solo apretar un botón. Pensar duele, ya lo creo, requiere sentarse y analizar, no estamos hechos para elaborar pensamientos propios, mejor seguir bien integrados en el rebaño y que decida el pastor. Acaso somos ingenuos, y como incautos creemos lo que nos cuentan en campañas plagadas de promesas cuyo cumplimiento olvidamos exigir, y dale al botón otra vez. Hay que ver, mi reino por un plato de lentejas

     Pero, cuidado, suenan voces en la Derecha, como la de la periodista Isabel San Sebastián, que lamenta el “dineral” que cuesta que los ciudadanos acudan a votar, y califica los múltiples comicios de 2015 como un costoso “guateque” que paraliza el país. El comentario es terrorífico, espeluznante, nos lleva, como es propio de la derecha, a eliminar todo aquello que no sea crematísticamente rentable de inmediato en los balances contables. Traducido, ni la educación ni la sanidad públicas, ni el subsidio de desempleo, ni la protección a las familias, ni las becas universitarias, ni los derechos de los trabajadores, ni la justicia, ni…, ni…, ni…, nada que huela a Estado social y democrático de Derecho es rentable económica y contablemente para una ideología que busca retornar a la cuasiesclavitud como sistema de organización social.  Mejor pensar antes de votar, el futuro está cerca y en nuestras manos.

«Diario Palentino, 22 de marzo de 2015»