Mujeres y olimpiadas

descarga“Esforzadas y valerosas luchadoras frente a potentes prejuicios de género”

            La presencia de mujeres no estaba prevista en la mente del barón de Coubertin cuando fundó el COI en 1894, pero tampoco lo estaba la participación de deportistas profesionales ni de otras razas, su visión era la resurrección de las olimpiadas griegas en las que hombres blancos, libres y ricos competían entre sí como diversión.

       Hoy es una competición de profesionales bien preparados para ganar trofeos y poner una bandera de su país en el ámbito mundial del deporte. Desde su primera edición, Atenas 1896, las olimpiadas han reflejado la sociedad multicultural que aglutinan y han viajado en paralelo con sus vicisitudes. De amateur a profesionales, mujeres, otras razas, paraolímpicas, juveniles, de invierno, etc. Pero también víctimas de intereses comerciales e instrumento de presión política; a veces gestoras soterradas del apartheid y el antisemitismo; han padecido el terrorismo pero también abanderan reivindicaciones sociales para los países desfavorecidos cuando las alojan.

            El barón fundador consideró que el campo competitivo de las mujeres era el de su cometido en el hogar y ahí se plantó, fue en París, 1900, cuando se las consiente competir; en 1920, Londres, entran con todos los derechos oficiales pero hasta 2012 no participan en todas las disciplinas y ya todos los países envían mujeres, hasta los más renuentes y bajo presión internacional, Arabia Saudí, Catar y Brunéi. Una conquista más frente a la discriminación de género. No obstante, son más las medallas asignadas a competiciones masculinas.

            Y como fiel reflejo de la sociedad este año la polémica se centró en la vestimenta femenina de pies a cabeza. Atletas cubiertas simbolizan el intenso debate abierto en la sociedad mundial bajo la presión proselitista radical islamismo creciente. Pero al margen de este controvertido tema que trataremos con más extensión otro día, entre las atletas hay verdaderas heroínas de la vida, una refugiada siria que salvó a 19 personas, una madre que enardece la maternidad, una competidora de 41 años, una capitana negra que acaba de terminar con un cáncer de lengua, una treintañera argentina licenciada en medicina, una superviviente nepalí de siete años, una judoca salida de la favela Ciudad de Dios, y tantas historia personales  de mujeres doblemente olímpicas que tampoco desfallecen en sus olimpiadas cotidianas.

«Diario Palentino, 21/08/2016»

 

 

Más vale hacerlo…

img150Escasea el goce de la perfección conseguida con esmero

            Hubo un tiempo no muy lejano, en que lo que se valoraba no era la cantidad si no la calidad, las cosas bien hechas, bien rematadas. Lo más próximo a la perfección tenía un valor inestimable, se aplaudía a la persona mañosa, al creador y creadora virtuosos que se enorgullecían de la obra conseguida a base de pasión, concentración, habilidad y un incalculable número de horas invertidas. Artistas en lo suyo, artesanos, buenos profesionales valorados y buscados pero también madres y padres de familia u operarios de toda índole cada uno en su función. Era la cultura de bien hacer. El tiempo de goce era el de la ejecución, mientras se estaba bordando, forjando, tallando o construyendo se vivía el momento del disfrute. Pero llegó la invasión de los dogmas economicistas y comenzó a ser indiferente que las cosas tuvieran más parte humana o más exclusividad o que estuvieran cargadas de las emociones de quien las creó, se trataba de hacer muchas, muchas cosas iguales, venderlas pronto y obtener beneficios rápidos. Los objetos singulares quedaron para los pudientes como símbolo externo de riqueza o autosatisfacción de poseer algo especial, porque lo bien hecho quedó relegado al ámbito de los especialistas en eso, en hacerlo bien.

            Precisamente, sobre el valor de poner amor en las cosas que hacemos a diario, especialmente las mujeres, trata un interesante libro de  Katrine Marçal titulado ¿Quién le hacía la cena a Adam Smith? En su reflexión la autora analiza la invasión que hemos sufrido por parte del Homo economicus.  Adam Smith, padre de la moderna economía decía que ni el carnicero ni el panadero miraban por nuestro bienestar si no por su negocio, por supuesto que hoy parece una verdad de Perogrullo pero entonces era un enunciado novedoso, así Kastrine le apostilla y añade que Adam Smith cenaba cada noche gracias a que su madre le preparaba la cena, y no lo hacía por egoísmo, sino por amor.

            Expresiones populares como coge el dinero y corre, llámame perro y tírame pan, o más vale hacerlo que mandarlo hacer, dejan muy claro que lo que cuenta es tener cosas y dinero, tenerlo pronto y tener mucho, da igual cómo, o trabajar deprisa para salir corriendo. El placer ya no está en nosotros, sino fuera. Todo lo etéreo del ser afectivo y emocional sucumbe a lo que se puede tocar ¡Tan pobres somos!.

«Diario Palentino, 07/08/2016»

 

Religiones y guerras santas

jihad-suriah“El control de la mente por las normas moralizantes nos convierte en monigotes”

            Cada día la prensa se llena de noticias que de alguna manera tocan aspectos de las religiones. Las doctrinas morales impuestas sobre deberes y exigencias limitantes para con uno mismo y con el prójimo siempre fueron un pegamento de alta consistencia muy útil para conseguir controlar sin cadenas reales ni alambre de espino a ingentes masas humanas. “No hay peor cárcel que la del alma”. Cierto es que las religiones imponían cierto orden de convivencia en los grupos humanos con normas que abarcaban todos los aspectos de la vida cuando aún el derecho, las leyes propiamente civiles, no había nacido. Daban instrucciones para la familia, cómo llevarse con los vecinos y hacer frente a los enemigos, hasta para la higiene y la salud. Algunas religiones han evolucionado y otras se quedaron en la noche de los tiempos como si no hubiéramos pisado la luna ni superado la velocidad de la luz con la ciencia cuántica.

            La Guerra Santa ha sido y es el indiscutido instrumento de expansión y dominación. En principio se justifica en los dogmas como legítima defensa y deber moral, es decir, espada y conversión o guerra del alma, hay que defenderse del enemigo, llamado infiel, y convertirlo a la verdad más absoluta, que es la mía, por supuesto. Detrás de esas premisas se esconden, como siempre en la condición humana, intereses estratégicos, de dominación, de poder o crematísticos.

           En el catolicismo la cruzada terminó con la revisión hecha por el Concilio Vaticano II: “La Guerra Santa es santa si deja de ser guerra”. En el Judaísmo, los sionistas aún proclaman el derecho de todo judío de entrar en Palestina. En cuanto al Islam, su yihad está en fase de mayor virulencia. El Estado Islámico, el Daesh, Al Qaeda…, utilizan el Corán como veneno activo para conseguir terroristas aspirantes a mártires del paraíso. Cuánta sangre derramada en nombre de la cualquier fe, de cualquier radicalismo alienante y manipulador. No salimos del círculo maligno, la xenofobia crece con el miedo y la incomprensión. Un grupo de curas jesuitas imparte un curso para explicar que el Islam no es el salafismo y que tiene su interpretación positiva, seguro que en algunos aspectos sí, pero que nos lo expliquen despacio a las mujeres sufridoras de los efectos del patriarcado. Todas las religiones son discriminatorias, nosotras no ganamos nada con ninguna.

«Diario Palentino, 31/07/2016»

 

De salud y enfermedad

psique-cerebro-organoMédicos y bibliotecarios  ingleses prescriben lectura como terapia

            Buscar la inmortalidad, la eterna juventud  o la permanencia en la salud, forma parte del elenco de ambiciones humanas que propulsan el avance científico. Pero hasta que la comunidad científica internacional decide dar por bueno un resultado experimental pasan décadas en las que la humanidad se pierde los beneficios, incluso a veces lo que se concluyó como buenísimo se revisa como malísimo. Mientras tanto, creadores marginales experimentan polémicos métodos alternativos calificados como pseudociencia, que son más bien paraciencia.

            A pesar de las críticas de los inmovilistas, dieciocho universidades españolas ofrecen este verano cursos sobre estas nuevas expectativas que, como toda utopía, requieren un largo camino de verificación para ser admitidas en la ciencia reconocida. Se habla de programación neurolingüística, bioconstrucción, bioneuroemoción, biodescodificación, mindfulness y compasión, holística, bioarquitectura, bioelectromagnetismo, reflexología, etc…, todas bordeando la ciencia como un día lo fueran los estudios sobre inteligencia emocional, efectos psicosomáticos del estrés o cualquier avance en el funcionamiento del cerebro humano. A instancia de la Sociedad Española de Neurociencia, el año 2012 fue declarado como Año de la Neurociencia y en su texto decía: La Neurociencia nos informa sobre el fundamento de nuestras sensaciones, pensamientos y emociones, sobre nuestra conducta social, nuestra creatividad e inteligencia. Por tanto, la Neurociencia es fundamental para comprendernos como seres humanos”. La Optogenética, galardonada en la VIII edición de los Premios Fronteras del Conocimiento en Biomedicina de la Fundación BBVA, se basa en introducir luz en el cerebro vivo e intacto para ver la actividad neuronal, sus autores afirman que se podría intervenir en  “la codificación de los recuerdos, del control del sueño y de la vigilia o de cómo se regula la conducta sexual, entre otras”, toda terapia sería más efectiva actuando desde el lenguaje natural del cerebro. 

          Durante algunos años la praxis médica ha olvidado de que no solo tenemos cuerpo, ha ignorado que la enfermedad es el síntoma y ha obviado buscar directamente la causa en ese otro componente etéreo e invisible compuesto por el mundo de la mente, que somos todo uno y que los fármacos son solo la parte material de la terapia precisa.

«Diario Palentino, 24/072016»

 

Machos irredentos

SAPMachos irredentos

“SAP, invento del neomachismo para perseguir a las mujeres después de la separación”

      La Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (AHIGE), en su sitio http://www.hombresigualitarios.ahige.org/, denuncia el apoyo institucional prestado por León y la Junta de Castilla y León para la celebración del V Congreso sobre SAP y custodia compartida promovido por la neomachista asociación SOSpapá. Asimismo la AHIGE dedica varios espacios a un pormenorizado estudio, de recomendada lectura, sobre la utilización del presunto Síndrome de Alienación Parental (SAP) cuya existencia rechaza rotundamente la comunidad científica internacional, incluida la OMS y la comunidad jurídica. El término síndrome es utilizado maliciosamente para dar credibilidad a un problema inexistente en la ciencia médica.

            Dicho invento lo aducen en los juzgados maltratadores de matrimonios disueltos que denuncian y culpan a las madres de que sus hijos menores no quieran verlos, así se colocan en el papel de víctimas y evitan que se estudie el porqué sus niños y niñas no se sienten seguros y protegidos con sus papás. El divorcio en manos de las mujeres fue el primer sopapo con la mano abierta al patriarcado, rabia y crujir de dientes, pero nada más, los jueces entregaban por sistema los hijos menores a  las madres mientras los padres sueltos enseguida se organizaban, pero llega el momento de imponer obligaciones de pensión de alimentos y tocados en el monedero los machos estallan y vuelven a encontrar su vieja arma de dominación -el que paga manda-, aunque sea una mierda lo que paga. Sacan las hachas de guerra contra las madres de sus hijos, acuden con denuncias a los juzgados y someten a sus niños al estudio psicosocial judicial, porque dicen que los quieren.

                  Richard A. Gardner, ideólogo del invento, propuso la coacción, la amenaza y el castigo, para los menores desobedientes. Entre otras perlas de su legado consta que: Las hembras humanas son naturalmente pasivas, y su pasividad las lleva a volverse masoquistas víctimas de la violación, obtienen placer al ser golpeadas, forzadas y hechas sufrir de otras formas como el precio que tienen que pagar para conseguir el premio del esperma”. Abierto promotor de la pedofilia, añadió: las actividades sexuales entre adultos y niños son parte del repertorio natural de la actividad humana que redundarán en una procreación aumentada. Quien no pueda contenerse que vomite.

«Diario Palentino, 10/07/2016»