Encuesta CIS: PSOE, del 17 al 25%

          Por fin parece que el PSOE saca la cabeza del agua y respira con buenos ánimos el pronóstico de estimación de voto del último análisis del CIS. Liquidada, al menos de cara al público, la guerra interna, el PSOE vuelve a ofrecer credibilidad y avanza para recuperarse como alternancia en el poder. Desde 17% hace diez meses, hasta casi 25% del mes de julio es mérito de Pedro Sánchez pero sin obviar que Susana Díaz tiene su importante papel aportando el prestigio y peso electoral del PSOE andaluz. Aunque conseguir la cohesión interna dentro del partido llevará su tiempo y su trabajo, lo que interesa a los españoles es tener una opción política en quien confiar, el nuevo PSOE llega con renovado discurso y propuestas adaptadas a las necesidades que no han encontrado respuesta válida en el actual gobierno del Partido Popular.

            La ciénaga de corrupción en el PP que ocupa cada día los titulares se ha convertido en preocupación de primer orden para los españoles, de modo que el PSOE nutre su crecimiento de ex votantes no fidelizados del PP, de la recuperación de propios votantes que ante la bronca se habían pasado a la abstención, y de algunos de Unidos-Podemos, que no obstante crece levemente. Ciudadanos cede décimas y no consigue captar a los desencantados con el PP. En cualquier caso el bloque de centro izquierda (45%) ganaría al de centro derecha (43%) bajo una primera consigna guía, la de desalojar a Rajoy y su partido corrupto de la Moncloa. Una gran responsabilidad se cierne ahora para lograr la posible confluencia entre PSOE y Unidos-Podemos, tendrán que presentarnos propuestas claras sobre políticas económicas, sociales y territoriales. La cuestión catalana y el nuevo enunciado de la plurinacionalidad llevarán a una reforma constitucional de difícil consenso. Los próximos meses y años se aventuran de mucho y concienzudo trabajo de negociación. Quizás al PP convendría ir pensando en su refundación.

«Diario Palentino, 6 de agosto de 2017»

Madres de alquiler

        Es la expresión exacta que hay que emplear. Lo de “maternidad subrogada”, “vientres de alquiler”, y no digamos el calificativo de “altruista”, son puras perversiones del lenguaje para crear una dualidad imposible, para deshumanizar y desnaturalizar la gestación y despojar al hijo de la madre que lo llevó en su seno y lo parió, mal que les pese a los compradores de cuerpos de mujeres y por mucho que inscriban en los registros civiles otras filiaciones. El aparato reproductor femenino no es una probeta de laboratorio, el embarazo conlleva una psique emocional, el desarrollo del espíritu maternal, de crianza y el vínculo irrompible con el nuevo ser, además de la inseminación intrusiva de semen desconocido, limitaciones, dolores, incomodidades, puntos quirúrgicos y un parto con el consiguiente riesgo. Todo esto aceptamos nosotras por el beneficio de ser madres de nuestros hijos. La utilización falaz del lenguaje intenta crear un imaginario interesado para esconder que lo que se busca es deshacerse la madre. Las candidatas son las débiles, que aceptarán venderse por presiones familiares interesadas.

            El macho humano encuentra en la ciencia un nuevo camino para demostrar que es machote y de paso enardecerse con otro acto de dominación y colonización del cuerpo de la mujer. Este mercadeo con el cuerpo de las mujeres tiene nombre desde siempre, se llama prostitución. Y hay que ver quien promueve este desatino, padres resentidos de matrimonios frustrados, hombres inseguros y narcisistas, gais que quieren lo que la naturaleza no les ha dado pero sacan su parte macho para perpetuar sus magníficos e inigualables genes. Habiendo tantos huérfanos en desamparo, si de verdad quieren criar un hijo pueden adoptar, así integran su amor en el mundo y resuelven sus ansiedades sin traficar con la vida de las mujeres.  Se debe abogar por declarar la maternidad como un bien inalienable, fuera del comercio de los hombres, como lo es el resto del tráfico de órganos humanos.

«Diario Palentino, 9 de julio de 2017»

Quiero mi casa

            Es la petición habitual en las conversaciones entre jóvenes. No pueden permitirse un alquiler porque sus trabajos están mal pagados y son inseguros. De comprar casa ni hablan. Independizarse en solitario se ha convertido en una idea con la categoría de sueño, como un premio de la lotería, lo habitual es que tengan que compartir vivienda sí o sí, en pareja o con compañeros de piso. Es incomprensible cómo el gobierno no toma medidas ante las cifras del envejecimiento de la población y la falta de relevo generacional, sin nido no hay polluelos y la economía no está para asumir riesgos. En los centros y zonas atractivas de las grandes ciudades el problema es alarmante, para recuperar la vivienda y destinarla al boyante negocio de los alquileres turísticos los propietarios no renuevan el contrato a familias asentadas desde hace años. Hace pocos días el debate se centraba en la propietaria de Barcelona que alquiló, mediante una agencia turística, su propio piso para recuperarlo de un inquilino quién lo realquilaba y quintuplicaba los ingresos en relación con lo que pagaba de renta, si bien es cierto que la tal casera le cobraba novecientos cincuenta euros al mes por treinta metros cuadrados. La misma superficie que ofreció en su día para viviendas juveniles la ministra de vivienda socialista, María Antonia Trujillo, despertando las iras de las Nuevas Generaciones del Partido Popular, ahora tan calladitas a pesar de la precariedad  laboral a que les someten las normas impuestas por sus mayores en el gobierno. En la comunidad de Madrid una nueva regulación espera poner coto a los alquileres turísticos exigiendo que la comunidad de propietarios, por mayoría, otorgue permiso para este tipo de negocios en su inmueble, es un paso, pero añadirá  fricciones en las ya conflictivas relaciones de estas comunidades. Sería precisa una política integral de alquileres adecuada a las necesidades de la población.

«Diario Palentino, 2 de julio de 2017»

La religión y sus sombras

C2017G“Culpa, sangre, sufrimiento, llagas, muerte, Eva pecadora y… el hombre redentor”

             Los mercaderes en el templo exhiben sus productos aliñados con un tétrico teatro representando al completo el mundo de las sombras que habita la mente de los hombres: tortura, sadismo, dolor, violencia, humillación del inocente, condena para las almas buenas y culpa, mucha culpa. Los desfiles de dolor acompañan durante noches y días el trayecto procesional hasta amanecer en un imperceptible resurrección, que es en realidad lo que de verdad cuenta, la vuelta a la vida, al reencuentro con la luz después de purgar las tentaciones del averno, lo que propiamente es redención, redimir el tiempo perdido entre iniquidades. Pero ni la propia Iglesia Católica se emplea ya en darle ese significado. Aposentada en sus mantras recita sus letanías y vía crucis de manera tan mecánica que daría lo mismo dárselo a un lector de voz virtual. Los mensajes integrados a base de repetición han perdido significado para el que lo enuncia y para quienes los reciben. Una rutina que ha encontrado su utilidad crematística, su mina de oro en el turismo, ese oscuro objeto del deseo de todo político y hostelero que se precie. El turismo, última divinidad creada por el dinero, ídolo mágico que enriquece por donde pasa y para el que se crean normas de adoración aún a costa del bienestar de los ciudadanos oriundos obligados a plegarse ante supremo repartidor de euros.

            De Interés Turístico Internacional, título de la Semana Santa palentina lo resume todo y lo invade todo, también. El uso y disfrute de la Plaza Mayor de la ciudad, sede de la municipalidad que representa a todos los palentinos queda minimizado durante días, reservado para actos que solo atañen a una parte de la ciudadanía. Mientras tanto, permanece desierta la Plaza de la Catedral, estupenda ocasión para fomentar entre los visitantes esa Bella Desconocida cuyo sino parece seguir siendo desconocida y ninguneada por los propios gobernantes locales. Las colgaduras, pendones y enseñas de las cofradías en la fachada del Ayuntamiento son, además de una provocación, una intrusión inadmisible del espacio democrático ciudadano en un estado laico, en una sede que representa a todos sin distinción de creencias, como manda nuestra Constitución. Es un consuelo ver que muchos cofrades son también peñistas y viceversa. El gregarismo nos une con diferentes disfraces para la ocasión. 

«Diario Palentino, 16/04/2017»

Va de padres 

sufren-cambios-hormonales-futuros-papas“Criar un hijo es una ocasión de gozo y creatividad”

             Curiosa paradoja celebrando el Día del Padre en honor a San José que no lo fue; otra consigna práctica de las religiones, si te tragas esta bola tan gorda es que tienes fe y las tragaderas estarán abiertas para todo lo que te echen por el mismo conducto. Pero no venía yo a hablar de credos sino de los padres que ponen su parte para darnos vida. La figura del padre varía en el imaginario familiar con los cambios de la sociedad. El temible patriarca bíblico, jefe supremo del clan, proveedor del sustento material y que, por ello, exige pleitesía, desapareció con la llegada de la democracia, las leyes igualitarias y los estudios pedagógicos, aunque hoy persiste en el involucionado mundo islámico con su extremo en el talibanismo. El entorno social facilita una forma de ser padre, pero existe el ingrediente personal que pone cada cual, la sensibilidad para los afectos, para valorar y disfrutar del calor humano por encima de otros intereses, la búsqueda de la armonía familiar como base del crecimiento humano, y la capacidad del propio hombre-padre para reflexionar cuál es y cómo debe ser su rol para estar a la altura del compromiso adquirido. Aquí es donde suelen patinar los hombres-padre, en asumir el compromiso. Demasiados padres satélite rutilan en torno a la familia como huéspedes, delegando su función y exigiendo después, incluso entorpeciendo el buen desarrollo afectivo.

            La psicología y pedagogía insisten en la importancia de la presencia activa del padre desde los primeros meses de la gestación compartiendo ilusiones y contratiempos con la madre gestante, involucrándose ya en el compromiso adquirido con el hijo que viene. Nuestra personalidad, valores, miedos y demás condicionantes que nos acompañarán durante la vida se forman durante los primeros años y tendemos a repetir lo que hemos visto en casa, lo que con tan buena intención o por rutina del clan nos enseñaron machaconamente, lo que a veces nos ha ayudado y otras tantas nos ha intoxicado. Y si este legado familiar que recibimos no lo filtramos de impurezas lo transmitiremos a nuestros hijos añadiendo la propia aportación que puede ser nutritiva o intoxicante. Queremos a nuestros padres, por supuesto, les agradecemos la vida y sus cuidados, sabemos que hicieron lo que sabían y podían, pero sus defectos no tienen por qué entrar en el pack.

«Diario Palentino,  19/05/2017»