«El voto en blanco perjudica a los partidos pequeños»

Del blog Pensamientos en Libertad. Dolores Amorós.

 

¿ABSTENCIÓN, VOTO NULO O VOTO EN BLANCO?

 

 

Apenas quedan quince días para el 20-N, día de las Elecciones Generales que determinarán la nueva composición de las Cortes españolas. En las conversaciones diarias se oye constantemente el descontento de mucha gente hasta el punto de algunos afirman ya que no van a ir a votar, otros dicen que votarán en blanco y algunos que su voto en las urnas será el pintarrajeo de alguna papeleta; o sea, nulo.

Sin entrar en los motivos de cada cual, cierto es que hay una clara diferencia entre una opción u otra.
Los que todavía hemos vivido bajo la dictadura de Franco, la hemos padecido y hemos entregado ilusión y tiempo por conseguir la DEMOCRACIA pienso que una gran mayoría de nosotros pensamos que ir a votar es absolutamente necesario y coherente con nuestro compromiso democrático. Por ello, desde este lugar instamos a que acudan a depositar en las urnas su opción por cualquiera de los partidos que optan legítimamente a representarnos en el Parlamento.

Pero cabe la posibilidad de que ninguna de las alternativas cumple con nuestros deseos. Bien porque no nos gusta esta Ley Electoral. Bien porque no existen listas abiertas, bien porque nadie despierta nuestro entusiasmo, bien porque de antemano se sabe ya quién es el ganador, etc.

En este caso, ¿votamos en blanco o convertimos nuestro voto en nulo? Para contabilizar los votos que cada opción política ha conseguido y que se traducen en parlamentarios, se contabilizan la totalidad de votos emitidos excepto los nulos. Es decir, los votos en blanco forman parte del cómputo total, mientras que los nulos No.

Siguiendo la Ley d’Hont, un partido debe obtener el 3% del total de los votos computados para que se le asigne un representante. De no alcanzar este 3%, no obtendrá ninguna representación parlamentaria. Por lo tanto, los partidos mayoritarios tienen siempre las de ganar con los votos en blanco. Mientras que es más difícil para un partido pequeño obtener un parlamentario, pues debe conseguir que sus votos alcancen este 3% de la totalidad de los votos emitidos. Y los votos en blanco cuentan para el cómputo total.

Si se está en contra del bipartidismo y se desea que partidos más pequeños puedan llegar al Congreso no debemos votar en blanco. Es un gravísimo perjuicio para la pluralidad representativa.

Reitero: el voto nulo no se cuenta en el cómputo total de votos emitidos. Este tipo de voto se desecha, no sirve para nada. Pero con el voto en blanco podemos perjudicar y muy seriamente a los partidos pequeños y que tienen todo el derecho a estar representados y defender las ideas de sus votantes.

¡Y ahora llega Mariano con las Rebajas!

La senectud de los políticos españoles para una joven democracia que apenas llega a cumplir 34 años

           El poder desgasta, indiscutible, también ejercer de madre, de padre, de jefe o de “cofrade mayor”, pero lo más importante es saber dejarse llevar por la intuición del momento de dejar de “ejercer” para ir retirándose a tiempo antes de hacer el ridículo y estrellar la tarta después de cocinada.

            Interesante reflexión encontramos en el New York Time, sobre la senectud de los políticos españoles para una joven democracia que apenas llega a cumplir 34 años. Recuerda el rotativo que Adolfo Suarez lo dejó a los 48 años, Felipe González a los 40, José María Aznar a los 43 y José Luis Rodríguez Zapatero a los 51, y ahora nos vemos en la tesitura de tener que votar entre alrededor de sesentones. Concluye, pues, el mencionado analista que la edad de los candidatos es un síntoma de que nuestros partidos no han sabido envejecer bien.

            Al aspecto de abuelo gallego de D. Mariano se le suma una larga trayectoria política resumida en el eslogan: “Donde digo: Digo, quiero decir: Diego”, un conservadurismo presente en su elegancia y comedimiento de antiguo patriarca, pero la excesiva experiencia suele atraer la suerte del trineo, que a base de repetir camino sobre la nieve ya no puede desviarse para conocer otros mundos. Y el mundo se mueve muy deprisa, los trenes, los aviones, las nanotecnologías, el pensamiento y la juventud, no tenemos tiempo para tanta parsimonia ni tanto mirar atrás a riesgo de convertirnos en estatuas de sal.

          Mientras D. Mariano compone una frase, mientras su pensamiento corre prudente de dendrita en dendrita en la sinapsis de sus neuronas hasta que su lengua pronuncia el vocablo adecuado, han recorrido la red en inconmensurables millones de yottabites en forma de mensajes juveniles, operaciones financieras, avances en investigación, etc..

                 Y nosotros sentados contemplando como reflexiona un Sr. antiguo acosado por sus más que antiguos, atrasados compadres amenazándole con que si llega al poder le dan 100 días para derogar las leyes del aborto y de los matrimonios gay (Vidal-Cuadras) o “imprescindibles recortes sociales, un adelgazamiento de la Administración pública, una racionalización del gasto sanitario, educativo y del transporte público, “que es muy barato”, así como impulsar la colaboración de lo público privado.” , según anuncia la CEOE, por poner algunos ejemplos.

La rebaja está servida. Las colas en los servicios a la sociedad serán más largas que las históricas de Harrod´s.

«Diario Palentino, 6 de noviembre de 2011.»

Y… detrás de mí, El Diluvio.

«La cara de los Diputados en alta definición

La Mesa de la Diputación Permanente del Congreso de los Diputados ha aceptado hoy por unanimidad que sus señorías, en la próxima legislatura, dispongan de un iPad, de un iPhone 4 y de una línea de ADSL en sus casas.

…Con esta decisión de hoy, han quedado fielmente retratados.

¿No hay ni un solo diputado de los que nos representan que haya tenido ese mínimo de dignidad y ética para denunciar públicamente esta decisión?

alfonsocortes.com«

Para completar, un poco de humor con Los Calvitos en «El morro de los diputados»

¿Qué fue del voto joven y del voto femenino al PSOE?

metroscopia, 24 oct 2011

Por: José Pablo Ferrándiz

Hasta noviembre de 2009, los jóvenes manifestaban una mayor intención de voto al PSOE que al PP —si bien con una tendencia decreciente—. En diciembre de ese año, sin embargo, se produce un vuelco. El mayor apoyo de las mujeres al PSOE que al PP ha sido algo más duradero: no fue hasta marzo de 2010 que los populares lograron situarse por encima de los socialistas en la intención de voto de las electoras.

              Un mes antes de las elecciones generales de 2008, la ventaja del PSOE sobre el PP era casi 10 puntos en intención directa de voto entre el conjunto de los españoles: 34.5% frente a 24.7%(1) . En ese momento, los socialistas gozaban de mayor apoyo que los populares en todos los grupos de edad y tanto entre hombres como entre mujeres. Pero era entre estas y entre los más jóvenes —los menores de 35 años— entre quienes el PSOE conseguía una mayor distancia frente al PP: 11.4 y 13.6 puntos, respectivamente.

Ahora, casi cuatro años después, la situación es radicalmente distinta. La oleada del Barómetro de Clima Social de Metroscopia correspondiente a este mes de octubre arroja una distancia en intención directa de voto de casi 14 puntos, pero, en esta ocasión, favorable a los populares: 30.9% frente a 17.7%. El desplome de los socialistas se produce en todos los frentes: también entre las mujeres —entre quienes la intención de voto al PP supera en 12.4 puntos a la intención de voto al PSOE— y entre los jóvenes —la distancia favorable al PP es, en este caso, de 10.8 puntos. Quienes se han bajado del tren socialista no parecen dudar de su decisión: los porcentajes de mujeres y jóvenes que ahora se muestran indecisos apenas han aumentado con respecto a febrero de 2008. Los beneficiados de esta huida de votos no son ni la abstención —que, de hecho, desciende en los dos grupos analizados— ni el voto en blanco —que desciende entre las mujeres y apenas crece entre los jóvenes—, sino el resto de fuerzas políticas: principalmente el PP, pero también —y sobre todo entre los jóvenes— UPyD e IU.

 

Los jóvenes se apearon antes que las mujeres

Hasta noviembre de 2009, los jóvenes manifestaban una mayor intención de voto al PSOE que al PP —si bien con una tendencia decreciente—. En diciembre de ese año, sin embargo, se produce un vuelco y, por primera vez en las seis oleadas del Barómetro de Clima Social que se llevaban realizadas hasta ese momento, el PP aventaja al PSOE en la intención de voto de los menores de 35 años. En esa oleada —algo que probablemente ayudó a ese alejamiento de los socialistas— lo que hasta ese momento era una percepción negativa de la economía circunscrita al ámbito nacional, sin un reflejo directo en la economía familiar, comenzaba a ser una realidad directa: el porcentaje de jóvenes que consideraba positiva su situación económica descendió 11 puntos con respecto al mes anterior, a la vez que aumentó 11 puntos el de quienes la calificaban negativamente. Solo en la oleada de noviembre de 2010 el PSOE logró atraer de nuevo al electorado joven gracias —con toda probabilidad— a la inyección de aire nuevo que supuso electoralmente para los socialistas la remodelación del Gabinete ministerial llevada a cabo por el Presidente Zapatero el 20 de octubre de ese año. La ilusión que transmitía la nueva etapa fue efímera, y en la siguiente oleada de diciembre de 2010 los jóvenes se inclinaron nuevamente por apoyar en mayor medida al PP que al PSOE. Y así ha seguido ocurriendo —con mayor o menor intensidad— hasta este momento. 


El mayor apoyo de las mujeres al PSOE que al PP ha sido algo más duradero: no fue hasta marzo de 2010 que los populares lograron situarse por encima de los socialistas en la intención de voto de las electoras. En esa fecha, Rodríguez Zapatero avanzó algunas de las medidas que tenía pensado adoptar para luchar contra la crisis económica: iniciativas que la mayoría de españoles —y de las mujeres— consideraban que llegaban tarde, que no resultaban creíbles y que eran inadecuadas. A partir de ese momento, la intención de las mujeres de votar al PSOE inicia una tendencia decreciente, pasando en cambio a ser ascendente la de votar al PP. Desde entonces y hasta ahora —con la excepción de las oleadas de abril y agosto de 2010—, los populares siempre han superado al PSOE entre este grupo de votantes.

Quedan lejos aquellos días anteriores a la elecciones de 2004 en que el, en ese momento, candidato socialista, Zapatero, le pedía a los jóvenes que se convirtieran en los “voluntarios del cambio”. O cuando antes de ser reelegido presidente en 2008 pedía el voto masivo de los jóvenes para que nadie pudiera ganar con su abstención. El PSOE de Rubalcaba ha heredado una losa demasiado pesada para ser levantada a solo un mes de las elecciones. Los jóvenes y las mujeres —a quien Zapatero debió en gran parte su última victoria, según reconocieron algunos dirigentes socialistas— parecen haberles dado la espalda.

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(1) La intención directa de voto (que es la que aquí se analiza) es la respuesta que espontáneamente dan las personas entrevistadas a la pregunta sobre el partido al que votarían en el caso de tener lugar unas elecciones generales en ese momento. No ha de ser confundida, por tanto, con la estimación electoral, que se obtiene aplicando a aquella una serie de técnicas correctoras (lo que habitualmente se conoce como “cocina electoral”).

¿Volverán las oscuras…?

            ¿Qué ha hecho en el pasado cuando ha tenido en su mano la vara de mando?

La bipolaridad a escala mundial marca nuestro tiempo contemporáneo. En unos instantes pasamos de la euforia a la congoja y viceversa. Al pánico ante las noticias sobre la crisis, el desempleo o el déficit, se superpone la satisfacción por el comienzo del fin del terrorismo etarra, la desaparición de históricos dictadores y terroristas en países musulmanes, la concienciación ciudadana a escala planetaria denunciando en los Movimientos del 15-M el déficit participativo y las corrupciones que ocultan las deterioradas democracias occidentales y made in USA.

Un mundo que despierta, otra vez, a la creación de un nuevo orden internacional en el que los seres humanos volvamos a ser personas con todo el paquete de derechos y deberes inherente al nacimiento como tales. El objetivo es siempre el mismo, en todas las revoluciones violentas o pacíficas que nos han precedido.

Ahora en nuestro país, inmersos en pleno proceso electoral para colocar en el gobierno a quienes serán los dueños de nuestros destinos durante los próximos cuatro años, debemos ser muy cuidadosos y recelar de las puestas en escena de campaña, de los llamativos alegatos de los “vendedores de votos” candidatos al escaño y mirar en conjunto, mirar hacia atrás y ver la historia reciente de nuestro país, entrar a conocer lo que esconde cada discurso, por quién velará y qué ha hecho en el pasado cuando ha tenido en su mano la vara de mando de gobernar.

¿Nos sacará el Partido Popular de la crisis? No deja de ser una fantasía su pretensión de hacernos creer en ese poder sobrenatural que dictará a Rajoy como se deben hacer las cosas. Saquemos la cabeza del pesebre y veamos que esta Crisis es una medicina para una forma de organización social enferma en la que unos países andan sobrados y otros carentes, que castiga a los países derrochadores y va premiando a los “emergentes” (China, India, Rusia, etc.) cuyo crecimiento anual se presume espectacular.

Pero ante todo tengamos en cuenta la perspectiva histórica y analicemos lo que ha dado la Derecha a España (una interminable Dictadura, financiar colegios elitistas privados, privatizar servicios públicos esenciales (Telefónica, etc.), corrupciones masivas en las Comunidades Autónomas, causantes del montante total de la deuda pública nacional, la promoción descarada de aseguradoras de salud privadas a costa de la pública, recovecos administrativos exigiendo trámites que pasen por empresas amigas como en la Junta de Castilla y León, etc. «Diario Palentino, 23 de octubre de 2011»