La encrucijada del socialismo palentino, por Tomás Martín

 

TRIBUNA LIBRE 05/07/2011 Opinión


Tomás Martín

La encrucijada del socialismo palentino

Hay una máxima en política que reza así: «No hagas lo que no puedes explicar» Pues bien, el Partido Socialista Obrero Español de Palencia hizo lo que no puede explicar y por eso, más allá del impacto de la crisis, perdió las elecciones en la capital el pasado 22 de mayo. Y de qué forma las perdió.
Traer aquí el por qué de la derrota, hablar del pasado, aportaría muy poco al debate, que está en el presente y en el futuro, en los cuatro años que tienen por delante los socialistas palentinos para ejercer una oposición rigurosa, acercarse a la ciudadanía e ilusionarla con un nuevo proyecto de ciudad, creíble y cumplible en tiempo y forma. Además, en la sede de la Calle Jacinto Benavente conocen sobradamente las causas del cataclismo, más allá del disfraz tras el que quieran esconderlo.
Las derrotas y las victorias no se producen por generación espontánea, y aunque éstas tengan mil padres y aquellas parezcan huérfanas, alguien debe atribuirse la paternidad y asumir la responsabilidad, y ese alguien no debe ser solamente el que hasta ahora ha sido faro y guía del socialismo palentino, Heliodoro Gallego, que no puede seguir siendo el Cid Campeador que aupado en el Babieca de la cercanía y la cordialidad arrastre a los ciudadanos a las urnas. Merece todo el reconocimiento, incluso el homenaje de los socialistas y de cuantos ciudadanos quieran adherirse por todo lo que ha hecho por Palencia, pero detrás tiene que existir un partido cohesionado, con una idea clara de lo que quiere y con nuevas personas que la hagan creíble.
Amortizado Heliodoro, a quien se exprimió al máximo, la necesidad de nuevos rostros es clamorosa. Y en política, los nuevos rostros, los nuevos retos y las nuevas ideas, de las que por lo que se ve está ayuna hoy la ejecutiva del PSOE palentino, son imprescindibles. Con este panorama afrontan los socialistas la dura y larga travesía del desierto. Larga y dura por lo que se vio en la reciente reunión del Comité Provincial y en la Asamblea Local de Palencia, donde el desencuentro habido entre el llamado sector oficialista y los críticos dejó en evidencia a más de uno y, lo que es peor, puso de manifiesto la falta de un discurso coherente y de propuestas serias para afrontar la nueva etapa que, a mi modo de ver, debería comenzar con la dimisión en pleno de la ejecutiva, con el Secretario General al frente. Así se asumen las derrotas, así se entonan los mea culpa cuando el fracaso viene dado por una gestión cuestionada y por un alarmante distanciamiento de la ciudadanía.
Más allá de lo que digan en Valladolid y Madrid, es necesaria con urgencia la celebración de una Conferencia Política, sosegada y con calado, donde la militancia exponga abiertamente sus propuestas, donde se analicen sin tapujos las causas de la derrota y se geste un proyecto renovador que ponga en marcha la nueva ejecutiva salida de un Congreso Extraordinario a celebrar inmediatamente después.

Mimbres hay en las filas socialistas para tejer el cesto, y tejedores capaces de asumir la difícil tarea que por delante tiene en Palencia el partido del puño y la rosa. Ilusión y ganas también me consta que existen. La última palabra deben tenerla los militantes. Otra cosa es que alguien pretenda, en aras de no sé qué intereses, torpedear desde el poder las posibles candidaturas que surjan y dar al traste con lo que debería ser un tiempo nuevo.
Luego está el problema del partido a nivel nacional a causa de la errática gestión de la crisis, el dubitativo transitar por la socialdemocracia, el distanciamiento de las clases medias bajas, la decepción de la juventud, el desconcierto de la militancia y unas perspectivas electorales nada halagüeñas para la próxima primavera, si no se celebran antes las elecciones generales.

Pero hoy tocaba hablar de Palencia y de esa nueva etapa que deben afrontar los socialistas palentinos tras el desastre electoral de mayo. Habrán de hacerlo cuanto antes. El tiempo apremia y su electorado lo demanda. «Diario Palentino, 5 de julio de 2011»

Inversiones/Malversaciones

“Algunas Inversiones acaban

pareciendo Malversaciones”

“No perdamos de vista que la Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre Régimen del Suelo y Valoraciones promovida por el gobierno de Aznar, convirtió España entera en un solar edificable El Gobierno espera conseguir, con ello, un drástico aumento de la oferta de suelo, lo que, según aseguró el ministro Arias-Salgado, se debería traducir a medio plazo en una reducción del precio del suelo y, por tanto, de la vivienda”. He aquí el comienzo de la burbuja inmobiliaria, promociones disparatadas, la fiebre del ladrillo, agresiones medioambientales, la especulación y la oferta de empleo superlativa para mano de obra no cualificada o especializada en construcción y accesorios. Lo que hoy se traduce en la mayor parte de los millones de parados.

Si al pinchazo de la burbuja añadimos la pésima administración y el derroche de los recursos practicada sistemáticamente por algunos gobernantes en lo que pomposamente denominan –inversiones- nos encontramos… como ahora estamos.

Aeropuerto de Castellón, 151 millones de euros, sin aviones ni viajeros y un coste de mantenimiento de unos 6 millones de euros anuales, adornado con una escultura en bronce de 24 metros y 300.000 euros de coste del ególatra Carlos Fabra.

En medio de la encrucijada económica en que nos encontramos sale a la luz que Renfe suprime el AVE manchego (Toledo-Albacete y Toledo-Cuenca), porque entre los dos transportan 16 (9+7) viajeros de media diaria y tiene un coste de mantenimiento de 18.000 euros al día.

En Castilla y León, ya tenemos aeropuerto en Burgos, León, Salamanca y Valladolid, entre todos suman vuelos a 15 destinos y un total de 138.000 pasajeros entre julio y agosto del pasado año. A esto lo llaman desarrollo de infraestructuras en la Comunidad ¿Cómo salen las cuentas?

Ningún político quiere perder baza ni votos, y bajo la pretensión de lograr lo mejor para sus conciudadanos ignora el interés general, encarga un estudio económico favorable y presiona a quien competa para salirse por la tangente con alguna macroinversión que a la larga resulta tomar el aspecto de malversación. Es decir, destinar fondos públicos a fines ajenos a su función, lo que se encuentra contemplado y penado como delito en el Código Penal español.

Pero… volvemos de nuevo a la capacidad de fiscalización, ¿Quién valora si una inversión es oportuna? Tan solo la decencia, la ética y el buen hacer de un político-gestor íntegro y la inteligencia crítica de un ciudadano informado. «Diario Palentino, 3 de julio de 2011»

Spanish Revolution ¿Y después qué?

“Tanto silencio, tanta pasividad tenía que saltar por algún lado”

Como si Stéphane Hessel nos hubiera dado la clave para descubrir dentro de cada uno de nosotros lo que de verdad sentíamos y queríamos. Apareció de pronto esta especie de anciano Sócrates haciendo renacer la verdad de nuestro interior. ¡Indignaos! dijo en concluyente imperativo y nos explicó los motivos que todos sabíamos pero no éramos capaces de sumar en un solo término contenedor.

Casi al pie de la letra corrió por la red como agua de manantial que busca su cauce, la consigna de protesta pacífica del 15-M. El descontento con el funcionamiento al que ha llegado nuestro actual régimen democrático no ha surgido de una propaganda dirigida, ni tampoco de ningún manipulador oculto que mueva los hilos como interesa hacer creer a algunos para desviar la atención del verdadero problema, sino del puro sentir del pueblo, mujeres y hombres al unísono reclamando que se hagan realidad la promesas con olor a rancio que largan los políticos sin tan siquiera sonrojarse.

Dada la diversidad de edades y condición de los concentrados que abarca todos los campos sociales, y con independencia de que cada cual acuda movido por su “rabia” particular, se intuye un sincretismo subyacente, un descontento generalizado que olvidando reivindicaciones particulares ha intuido, como todo grupo humano sabe intuir, que la unión de intereses es lo único que puede conseguir los objetivos que interesa a la grey.

Decíamos y escuchábamos que la juventud actual (llamada, no sé por qué razón “Generación perdida”) estaba adormecida, que los ciudadanos de cualquier edad también dormitábamos cual ancianos desencantados en confortable sillón haciendo zapping entre series y deportes. Pero tanto silencio, tanto consenso, tanta pasividad tenía que saltar por algún lado, había que hacerlo saber a quienes dirigen el cotarro y a quienes pretenden dirigirlo.

-¿De qué os quejáis?- dicen algunos endurecidos conservadores redomados, -¡Ya quisieran los pueblos árabes nuestra democracia!- insisten. Visto así y si nos remontamos a los tiempos cavernícolas donde el poder provenía de alguna divinidad o se resolvía a base de hachazos, tienen razón, pero la conciencia ha de avanzar en igualdad social, racial y de género al ritmo del saber y de la ciencia, eso es civilización.

Los ciudadanos, estamos demostrando con un civismo y una concienzuda voluntad que no creemos lo que nos cuentan, que la foto del menú que nos muestran en la carta no tiene nada que ver con el plato que después nos ponen en la mesa y estas son lentejas…, que en puridad no elegimos a nuestros representantes y por eso padecemos esta profunda crisis de liderazgo. A quienes nos dirigen los elige el dinero de los financieros y la corrupción interna de las formaciones políticas. El día después cada partido convierte sus resultados en virtud y echa la culpa al maestro armero de las pérdidas. Pero… ¿Cómo interpretará la historia la ejemplar y silenciosa movilización ciudadana que se ha convertido ya en movimiento internacional?

En la ciénaga

“Solo una chilaba distingue a Bin Laden de George W. Bush”

Tiempos difíciles y de pesimismo generalizado parecen respirarse en la humanidad. La primera década del nuevo milenio se muestra agitada y tumultuosa, sobre todo en dos aspectos de vital importancia para el ser humano, la marginación de la VERDAD y la AUSENCIA DE VALORES morales. Hemos elegido un camino escabroso y andamos despistados sin saber el destino ni divisar el horizonte. Con diferente lente miramos el mismo objeto e iguales hechos, y juzgamos según nos arrastre la marea reinante.

Solo una chilaba distingue a Bin Laden de George W. Bush. El primero, disfrazado de visionario defensor del pueblo musulmán no era más que un terrorista despiadado bajo cuyas órdenes y a sangre fría han muerto miles de personas y sembrado el pánico y la inseguridad en los lugares más poblados del planeta. Pero el segundo, bajo el disfraz de defensor de la humanidad y con la colaboración necesaria y cómplice de José María Aznar y Tony Blair, es un terrorista de Estado, tal cruel y despiadado como el otro, que cuenta en su haber con tantos  miles de víctimas inocentes asesinadas en su humilde vivienda familiar bajo pretextos inventados y simulada legalidad, tan causante del 11-M y atentados de Londres como los propios terroristas. ¿Por qué aplaudimos la ejecución de Bin Laden y no juzgamos, al menos, al genocida George W. Bush y sus secuaces cómplices?

Tenemos dos varas de medir según convenga o según nos lo vendan. El ex presidente Aznar, en su línea made in USA,  defiende a ultranza la tortura como medio policial de obtener la verdad de los “presuntos” terroristas, es decir que se come la presunción de inocencia y antes de que una persona sea juzgada y condenada o absuelta o ni siquiera encausada por ser totalmente inocente, ya es castigada con la tortura previa al modo de la Santa Inquisición para la que la prueba madre de culpabilidad era la confesión.

Olvida esta figura destacada del Partido Popular sus negociaciones con la banda terrorista ETA, la excarcelación concedida bajo su mandato a decenas de terroristas, juega descaradamente con la falta de memoria de los ciudadanos y se erige en una especie de ideólogo parafascista que, sin embargo y sorprendentemente, es escuchado y su discurso difundido.

En circunstancias moralmente aceptables la corrupción de la trama Gürtel sería suficiente para tapar la boca del Partido Popular en su totalidad, sin embargo parece que los electores, según encuestas, van a premiar a los corruptos castigando a un gobierno víctima como los de todos los países, de una crisis mundial. Si alguien lo entiende que me lo explique. «Diario Palentino, 8 de mayo de 2011»