Buenas intenciones

Alegato enunciado por José Luís Martín Ramos. Catedrático de Historia de la UAB y Director Científico del Máster en Liderazgo para la Gestión Política, que imparte la Escuela de Formación Jaime Vera.

 

El liderazgo y la gestión de nuestro sistema democrático tienen que regirse por la ética y la moral, por la legalidad vigente, por el buen criterio, por la eficacia y por el conocimiento de la realidad, y la máxima sintonía con la sociedad.

Necesitamos responsables políticos cultos, capaces de captar las necesidades de las personas, de comprender la ciudadanía, de diseñar programas políticos realistas y que se anticipen al futuro, de saber comunicar,administrar sensatamente y de conseguir desarrollo sostenible y justicia social.

Capaces también de explicar de forma eficaz las ideas y los proyectos, y de aportar las soluciones necesarias para cada situación.

«El futuro es la cooperación creativa en un objetivo común»

Transcribo estupenda entrevista por su interesante contenido. Nos ayudará a comprender muchas preguntas que suenan en la calle y nadie responde.

La Vanguardia.com Libros ,Martes, 20 de septiembre 2011

Entrevista con Luis de Rivera:

Usted describió por primera vez lo que se conoce por síndrome MIA. ¿La mediocridad puede convertirse en una patología?
Toda función humana puede volverse patológica cuando es insuficiente, excesiva o inadecuada. Las patologías de la excelencia pueden ser por defecto, como la mediocridad, por exceso, como el narcisismo y el stajanovismo o por distorsión, como la pretenciosidad y la impostura

Todos somos, en algún aspecto o en otro, algo mediocres. Su estudio diferencia tres tipologías. ¿Nos las puede explicar brevemente?
El ser humano normal tiene una tendencia natural hacia el progreso y la superación, que intenta realizar en sí mismo y que aprecia y admira en los demás.

La mediocridad es la incapacidad de apreciar, aspirar y admirar la excelencia. El primer grado es el simple, que ni le importa ni la entiende, y es feliz con la satisfacción de sus necesidades básicas. El segundo es el fatuo, que quiere ser excelente, aunque no entiende en qué puede eso consistir, por lo que sólo puede imitar, copiar o fingir. No es dañino, aunque, si tiene un puesto importante, puede agobiar a los demás con exigencias burocráticas que sólo pretenden dar la impresión de que está haciendo algo importante. El verdaderamente peligroso es el mediocre inoperante activo, ser maligno incapaz de crear nada valioso, pero que detesta e intenta destruir a todo aquél que muestre algún rasgo de excelencia.

Algunos de los afectados por MIA tienen puestos de responsabilidad dentro de una empresa.
La gente valiosa está ocupada haciendo lo que sabe hacer bien, mientras que los mediocres dedican su tiempo a maquinar cómo trepar en la estructura. En una organización sana no tienen ninguna posibilidad, pero sí en una organización enferma. Hay otra razón. El economista inglés N. Parkinson formuló así la ley que lleva su nombre: «En una organización, todo el mundo tiende a ascender hasta llegar a su nivel de incompetencia». Cuando llega a este nivel, ya no se le asciende más, lo que explica la gran proporción de jefes incompetentes.

Hay una tercera razón, que elaboro en mi próximo libro Patología de la Excelencia: la mediocridad cumple una función social, porque, al dificultar el cambio, mantiene la estabilidad. Un exceso de líderes excelentes nos llevaría al caos, porque no habría forma de seguir y conjuntar todas sus maravillosas iniciativas. Lo mismo con un exceso de mediocres, por las razones opuestas. En la sociedad actual, la lucha entre mediocridad y excelencia es una dinámica inevitable e inescapable.

Si se trata de un jefe inoperante – o aún peor, que provoca la parálisis funcional de sus compañeros – ¿por qué la empresa suele mantenerle?
Existen empresas sanas, en las que predominan las dinámicas de creatividad, desarrollo y satisfacción personal y potenciación mutua, en las que un MIA nunca llegará a ocupar un cargo relevante, si es que logra entrar. Pero hay otras organizaciones en las que lo importante es el mantenimiento de la tradición y de las normas, la cohesión interna forzada, la impenetrabilidad a las influencias exteriores, el respeto a la autoridad establecida. Esas son caldo de cultivo de MIAs. La empresa los mantiene porque son los MIA los que la dirigen.

En alguno de sus artículos, explica que son las personas del entorno las que más sufren, ya que el enfermo no suele percatarse de que tiene un problema.
Esta es la característica esencial de todos los Trastornos de la Personalidad. El que los padece no es consciente de su anomalía, y está convencido de que son todos los demás los que están en el error. Déjeme que le cuente un chiste. La radio de un coche interrumpe su melodía musical y la voz del locutor anuncia: Atención, les avisamos de un grave peligro, un loco avanza a gran velocidad en dirección contraria por la autopista. El conductor hace un gesto de fastidio y exclama, «un loco, un loco, si fuera uno… Son todos, todos vienen en dirección contraria». Pues eso.

Si el grado de MIA es suficientemente elevado, ¿puede acabar en acoso laboral?
El MIA es un ingrediente necesario para el acoso laboral. Los otros dos son la cultura cerrada y rígida de la organización y la personalidad del acosable, o persona en riesgo de acoso, que suele ser muy apreciado en una organización sana pero totalmente insoportable en un entorno tóxico.

En El maltrato psicológico habla de siete pasos para «minimizar el daño». ¿Lo más importante es mantener la calma?
El primer paso es estar totalmente convencido de que hay que hacer algo. Que la solución empieza por uno mismo. Luego, mantener la calma. El tercer paso consiste en minimizar el daño. No te enfades con tu pareja, no te pelees con los amigos, no te pases la noche despierto maquinando venganzas. El cuarto paso es entender la situación y, el quinto; decidir cómo quieres que sean para ti las cosas. Seguidamente, debes procurar ser proactivo, no reactivo. Cuando insulto a un cliente que me ofende, estoy reaccionando. Cuando le escucho atentamente y le digo que buscaré la manera de ayudarle, estoy proaccionando. Finalmente, el séptimo paso significa convertirse en agente creativo de cambio social. No sólo sobrevivirás a tu situación de acoso y encontrarás la forma de que echen al tóxico de tu jefe, sino que descubrirás en ti un creciente interés por el desarrollo y la felicidad de los demás.

El mediocre inoperante tan sólo se ocupa de tareas repetitivas y huye de cualquier innovación. ¿Es inseguridad o vagancia?
Es necesidad de seguridad. El mediocre es partidario total del «más vale malo conocido que bueno por conocer». El consejo puede ser útil para atenuar el ansia natural de los seres humanos por lo nuevo. Pero es destructivo si se toma totalmente en serio.

Según explica, el afectado también genera grandes cantidades de trabajo innecesario, imponiéndoselo a los demás, para que sólo tengan tiempo para dedicarse a tareas burocráticas. ¿La frustración que produce puede convertirse en problemas de ansiedad y depresión?
Que el trabajo tenga sentido es un motivo de satisfacción para la persona normal. La frustración burocrática viene por tareas repetitivas e innecesarias, que no facilitan el esfuerzo ni el rendimiento, y que se perciben como carentes de utilidad y sentido

Vayamos al otro extremo. ¿Cómo potenciar la creatividad en un entorno laboral? ¿Será un grupo más productivo?
Existe un nuevo concepto de organización laboral basada en la participación y el progreso personal. Los modelos antiguos fueron el autoritario (siervos y esclavos) y el de mercado (compraventa de servicios). El futuro es la cooperación creativa en un objetivo común. Está por desarrollar, pero hay mucha gente en ello.

Doctor en Medicina y Catedrático de Psiquiatría, Luis de Rivera se ha formado, entre otras universidades, en la McGill de Canadá y en la American Academy of Psychoanalysis de Nueva York. Es presidente de la Asociación Española de Psicoterapia, dirige el Instituto de Psicoterapia e Investigación Psicosomática de Madrid y la Escuela de Psicoterapia, y es quien ha puesto nombre a una patología poco conocida: el Trastorno por Mediocridad Inoperante Activa (MIA). Cuando está a punto de publicar Patología de la Excelencia, y después de que haya explicado siete pasos para salir del acoso en El maltrato psicológico (Altaria, 2011)…

Albert Lladó  Barcelona Redactor

Rocío Blanco Castro. Una mujer para la Historia

“Una concejala sola en debate frente a veinticuatro concejales más”

Bajo su discreta sonrisa, llana y espontánea, se esconde una mujer muy inteligente y capaz. La “conozco”, un poquito, a pesar de los muchos años que hace que la conozco, incluso en mi casa familiar, con mis hermanos.

En su faceta política desarrollada durante dos legislaturas como representante de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Palencia, ha sido un modelo de elegancia y pulcritud de modales sin perder de vista un momento cual era la encomienda que sus votantes y conciudadanos habían puesto en sus manos.  De verbo fácil y cargado de razones, se hace con cualquier situación al primer vistazo y nunca habla por hablar. Su palabra es tan fuerte como sus convicciones y sin embargo es maestra en percatarse del momento estratégico en que ya hay que transigir y negociar.

Siempre amable y de humor estable, nunca se la oyó quejarse del intento de dejarla como segunda voz de fondo por parte de los hombres de su partido, tentativa a todas luces observada desde la calle, igual que al resto de las mujeres políticas en los suyos respectivos. Tampoco en su invisibilizado y sin embargo extenso y bien hecho trabajo privado desempeñado como abogada del sindicato es debidamente conmensurada y valorada. Yo lo sé.

Pero no la importa, parece que la satisface su función, su labor. Considera que hacerlo bien es su deber y obligación, no necesita loas para retroalimentarse. Siempre tiene presente que es una persona más con una tarea pendiente. Jamás se la ve mirándose a sí misma o creyéndose todo un personaje. No pierde su norte y cumple su palabra con precisión: “Ocho años es lo justo para ser buen edil”.

Trabajadora incansable que, misteriosamente y sin hacer ningún ruido, se sabía los pormenores y detalles de los expedientes salidos de todos los servicios municipales y que llegaban a las comisiones y al pleno para su discusión y aprobación. Una concejala sola en debate frente a veinticuatro concejales más.

Paciente oidora de los vecinos y de sus necesidades en los barrios de menor nivel de renta, intensamente preocupada por quienes no tienen acceso a una vivienda digna. Enemiga declarada de las privatizaciones de los servicios públicos. Interesada en que se comience ¡ya! a crear empleo juvenil. Comprometida hasta el alma con los derechos de las mujeres, frente a la violencia de género y por la igualdad real. Veladora de un medio ambiente, sin gases contaminantes ni tufos, sin ruidos y vigilante incasable en la defensa de todo lo relativo al bienestar de nuestra ciudad para todos. Rocío, irrepetible.» Diario Palentino, 18 de septiembre de 2011″

Regeneracionismo, una necesidad

“La clase política tiene  un ineludible e inmediato deber: su regeneración”

Es evidente que la crisis financiera global ha traído consigo la económica, la política y la social. A golpe de recibir a macha martillo tantas noticias negativas nos invade una desesperanza alimentada por las cifras del paro, la falta de confianza en nuestros gobernantes y el temor a males mayores, hasta tal punto que miles de ciudadanos españoles salen a diario a las plazas públicas a pedir lo que de razón y por principio debiera ser lo natural. Los políticos desconcertados no respiran, estaban convencidos de tenernos engañados.

            En el marco puramente político las pretensiones del Movimiento 15-M o Democracia Real Ya, son tan sencillas como exigir transparencia y participación democrática, reducción de gastos suntuarios así como puestos de confianza y libre designación, supresión de privilegios fiscales, cotizaciones y pensiones de los servidores públicos, persecución de las corruptelas eliminando las inmunidades asociadas al cargo y la prescripción de los delitos por corrupción. Peticiones tan naturales que debiera darse por hecho no tener que plantearlas, y nos  avergüenza vernos en la necesidad de pedir una eficiente administración de los impuestos, la posibilidad de elegir limpiamente buenos gestores y una participación más presente en las grandes decisiones que ponen en compromiso el futuro de todos para muchos años.

            A nadie se escapa que estamos en una época dura de cambios y amenazada por el riesgo de convertirse en socialmente convulsa, el paro nos desborda y las instituciones regidas por el Partido Popular ya han comenzado a practicar lo que es su política connatural, la tala salvaje de los recursos educativos, sanitarios y de garantías laborales.

            La participación cada cuatro años en las urnas, tal y como están “organizados” internamente los partidos para elegir a los siguiente próceres (democracia interna, cero patatero, manipulación, sobresaliente) no es suficiente para llamarlo “democracia”.

            Nuestro país necesita nuevos rostros, voces garantes, ideas prácticas y discursos coherentes, sin los topicazos habituales con pastoso hedor de antipolilla, necesitamos gestores jóvenes, CAPACES, sociables, inteligentes, dispuestos a trabajar duro en la arena del ruedo durante su mandato temporalmente limitado y con plena fe en que lo único que ha de moverles es el interés general y el bienestar de los ciudadanos.

La enseñanza, el empleo, la sanidad y las libertades públicas serán los pilares a defender a ultranza durante la próxima legislatura, desde el gobierno o desde la oposición. No perdamos el norte. «Diario Palentino, 11 de septiembre de 2011»

Ver también: Los imprescindibles «En los partidos políticos son necesarios los elementos que ganan elecciones, y son absolutamente prescindibles quienes las pierden o no las ganaron nunca»

España en un Mundo roto

“Sin clases medias no hay generación de riqueza ni productividad”

El lenguaje se hace cada vez más complicado en relación con el dinero. Techo de gasto, prima de riesgo, control del déficit y “agencias de calificación”, especie de semidioses que por no se sabe qué extraño subterfugio con un palabra suya pueden hacer, como por arte de magia, que un país entero vaya a la bancarrota o renazca de sus propias cenizas en la próxima jornada bursátil.

Oír hablar de “rescate” nos pone los pelos de punta, antes nos sugería el salvamento de algún ser vivo en apuros, hoy es mejor que no nos perdamos en el mundo de las finanzas porque si nos tienen que rescatar es que hemos bajado de categoría hasta tercera regional, pasaríamos a ser miserables, despreciables, de casta financiera inmunda. Pero no estamos solos, somos como cuentas de cristal colgando de una lámpara veneciana cuyo esqueleto es la economía americana-USA, única por el momento que puede hacer temblar los cimientos de la tierra, aunque en silencio cada día esté más colgada de los bancos chinos.

Para quienes nos esforzamos en entender este juego diabólico acabamos concluyendo intuitivamente que aquí pasó lo de siempre, murieron cuatro romanos y cinco cartagineses, sin eufemismos, que los ricos lo son cada vez más y los pobres más quebrados. El abismo continúa in crescendo, no hay quien controle la hambruna en el cuerno de África pero tampoco las ganancias supermillonarias de algunas entidades financieras, y sin clases medias no hay generación de riqueza ni productividad.

En un segundo término volvemos los ojos al resto del mundo, rostros agonizantes de niños famélicos, incontables seres humanos desplazados y apátridas, sin agua, comida ni sanidad, con sus riquezas explotadas por naciones extranjeras, rebeliones islamistas contra sus autócratas, guerras intestinas sectarias, a lo que se unen las recientes turbas descontroladas de algunas capitales europeas y americanas o el resurgir de viejos conflictos en oriente.

Con esta música de fondo podemos hablar del milagro español. Con casi un cuarto de la población activa en desempleo surge el movimiento del 15-M, pacífico por principio, sosegado y clarividente. La ayuda de los polémicos 400 euros de ayuda familiar garantiza un mínimo de supervivencia y rebaja el riesgo de inseguridad ciudadana. Esperemos que la provocadora visita del Papa no traiga consigo un quebranto de tan cívica estabilidad. «Diario Palentino, 14 de agosto de 2011»