Un PP acosado y acosador

         La movida independentista catalana fue alentada por Artur Mas y los Puyol para ensombrecer los graves casos de corrupción que habían expoliando los bolsillos de sus ciudadanos. Artur Mas fue quien puso al radical Puigdemon. Al PP de Rajoy le vino al pelo, porque estaban comenzando a juzgar los interminables casos de corrupción de su “organización criminal”, según definición propia del juez instructor. Así que todos a echar leña al fuego como auténticos bomberos pirómanos. Pero ninguno ha salido bien parado. Los separatistas presos, las familias divididas y Barcelona desprestigiada. Al PP no le ha ido mejor, los incontables asuntos judiciales en trámite dan para muchos años de noticias vergonzantes, de modo que hay que alzar la voz y meter mucho ruido. Y quién mejor que un joven ambicioso sin escrúpulos, que idolatra el caudillaje y el patrioterismo, para convertirse en la longa manu de José María Aznar, aquel hombre sin conciencia que nunca pidió perdón por tantas muertes inocentes justificadas con enormes mentiras en sede parlamentaria, aquel gobernante que tiene 12 de sus 14 de sus ministros implicados en corrupción, algunos ya en prisión. El PP está en la cuerda floja porque además le sale Ciudadanos a la par en derechura y Vox más extrema aún, lo que en términos de reparto de votos no le da para gobernar. Qué hacer, lo que hacen los perversos narcisistas, si no ganan rompen la baraja. Es lo que pretende, o las instrucciones que recibe, el hiperactivo Pablo Casado, distorsionar la realidad, atacar al gobierno con discursos barriobajeros que nadie cree y ofender a los españoles mancillando el órgano de representación por excelencia del pueblo con tantas mentiras, y es que quien hace un cesto hace ciento, y mentir a lo grande es su especialidad.

Diario Palentino, 27 de noviembre de 2018

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