¡Tas! ¡Qué susto!

               Susto el que se han llevado el PP y su homólogo Ciudadanos. No se podían creer las imágenes que estaban viendo de las plazas y avenidas repletas con millones de mujeres desfilando por las calles principales de las ciudades españolas. Atuendos morados, pancartas y energía, sobre todo mucha energía, a pesar de que las consignas, algunas humorísticas,  denotaban ser el eco de mucho sufrimiento acumulado durante siglos por ancestrales generaciones de mujeres esclavizadas. En vísperas del día señalado hemos tenido que soportar las banalidades vertidas por sonrientes ministras y otras hierbas con su huelga a la japonesa, merecedora de un sonoro capón que les propinó el jefe, convertido asimismo a la causa violeta y lazo en la solapa. Los PPenosos no paran de sorprender. Tan egoicos ellos y ellas en su poderío olvidaron la máxima más elemental en política, y en la vida, “no hay enemigo pequeño” .Se durmieron en los laureles pensando que el feminismo era ya el canto del cisne de un movimiento moribundo y se levantaron con las calles inundadas de mujeres indignadas, mujeres de todas las edades, pero sobre todo jóvenes, ahí les duele, especialmente al macho alpha de Ciudadanos que tuvo que recoger velas como pudo mientras su portavoz de oposición en el Ayuntamiento de Carmena, Begoña Villacís, desfilaba con las demás mujeres ignorando su propio discurso y la disciplina de partido, pero es que ser mujer tira mucho. Ahora les hemos dado trabajo extra. La derecha tiene que arbitrar un discurso para ganar el voto de mujeres, de jóvenes y de pensionistas, entre otros colectivos. Ardua tarea en una ideología basada en el sálvese quien pueda y que administren sus salarios y pensiones de miseria para acabar el mes.

«Diario Palentino, 11 de marzo de 2018»

 

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