Desconcierto ciudadano

5OCObxz6NJVJjhSO5c0Podemos excéntrico, PSOE cainita, C´s voluble y PP corrupto

            En el trayecto de esta nueva transición, de un bipartidismo a otro, los de a pie quedamos como meros espectadores asiduos a tan ajetreados vaivenes. El gremio periodístico no se quejará de sequía informativa, más bien de vértigos; las novedades, sobre todo judiciales, van más deprisa que los teclados en las redacciones. Cada nueva y vieja formación política reclama su feudo y, como en la mesa y en el juego se conoce al caballero (mujeres ni una), cada portavoz que habla añade una distorsión más al ruido de fondo que nos desconcierta.

             Los viejos partidos perdieron a sus votantes fluctuantes y, también, a muchos de los más fieles. El 15M fue una toma de la Bastilla, el pueblo contra la tiranía de un bipartidismo voraz cerrado a cal y canto entre sus contubernios y apaños. Muchos electores hastiados votaron por lo nuevo como pataleta, para que se enteren los de ahí arriba quien manda, y, es que, tanta culpa tiene el que mata como el tira de la pata. Y así nació Podemos, a base de una miscelánea de votos surgidos desde la rabia y el despecho. Pero, sin ideología firme no hay organización humana que perdure, y no se puede aspirar a gobernar un país con declaraciones incendiarias a salto de mata y sobrados egos crecidos a falta de juego diplomático, porque la fortuna de golpe cómo viene se va. Hoy, muchos afincados al voto de castigo vuelven al sueño de la razón, desencantados, por un lado, de las inconsistentes propuestas de los nuevos, y, hasta cierto punto, gozosos de haber dado en el coco a tanto político de farol como anda suelto.

          De los emergentes, Ciudadanos se posiciona mejor, tal vez como heredero de la derecha moderada, racional y razonable que necesita este país para suplir al partido político (PP) promotor, autor y responsable del más grotesco espectáculo de depravación de nuestra democracia. En el PSOE reaparece la vieja fórmula de autodeglución, comerse unos a otros es su mejor especialidad. Ahora toca, todos a por Pedro. Eso sí que es ser socialista hasta la médula. Ambiciosos barones regionales, tramposos secretarios provinciales, candidatos desplazados poniendo palos en las ruedas, vaya fiestorra. Unidad Popular, la izquierda de siempre, recupera parte de su prestigio. Y, el PP…, qué mal se entiende la idiosincrasia de sus votantes, siguen confiando poder a sus propios delincuentes. 

«Diario Palentino, 28/02/2016»

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