Des/conexión y des/información

Si el gobierno no hace nada malo, no tiene nada que temer“El camino conveniente lo encontraremos en una buena información”

            Desde siempre cada caudillo, o dirigente humano mantuvo a su vera historiadores afectos y pagados para que dejaran escritas sus hazañas al gusto particular. Famosos y documentados son los historiadores que acompañaban en sus batallas a los emperadores romanos, o los evangelistas en el camino de Jesucristo, pero además, han existido otros muchos anónimos que dispersaban noticias de guerras o hechos lejanos en diversos formatos para el pueblo analfabeto que no entendía la letra escrita, ahí estaban los juglares cantando en verso o en prosa las novedades de tierras lejanas.

            Descendientes de aquellos “contadores” e historiadores contemporáneos son los actuales periodistas y reporteros. Unos convertidos en la voz del dueño de sus garbanzos, otros pretenden ejercer por cuenta propia en un esfuerzo personal arduo, plagado de zancadillas y escasez de medios. Entre unos y otros se mueve la pléyade de confusos que nos quieren hacer creer que son independientes con el doble ánimo de no perder su autoestima y ganarse al tiempo los lectores que mantienen su puesto de trabajo. Los menos, ejercen conforme a sus ideas en un medio afín que les paga por hacer lo que les gusta.

            Así, la confusión informativa nos arrastra a posicionamientos radicales. Tanta información contradictoria, tantos puntos de vista que responden a tan variados intereses nos llevan a pertrecharnos, -de aquí no me muevo, con los míos de siempre-. Hasta que llega la duda político-existencial: Y ¿quiénes son ahora los míos? No hay más que hacer zapping por la cadenas televisivas o radiofónicas, tanto más repiten que son independientes y veraces cuanto menos lo son, -miente repetitivamente hasta que parezca verdad-.

            Pero la Red lo cuenta todo, por ella circula lo que no nos meten por los ojos ni por los oídos, está la letra pequeña que siempre esconde la verdad más cercana a la verdad, lo que cuentan los testigos espontáneos, lo que escriben los amantes de la buena comunicación. También hay morralla, y mucha, pero se puede elegir y en poco tiempo la calidad se impone. Las redes sociales son ahora el terror de los malos gobernantes por eso sueñan con recortarlas. Difícil tarea, aparecen los héroes siglo XXI, Edward Snowden, Jullian Assange…, que escenifican la vieja tensión entre el tirano y el libertador. 

«Diario Palentino, 20 de abril de 2014»

* Traducción de la leyenda de la foto: «Si el gobierno no hace nada malo, no tiene nada que temer»

 

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