¿Cuándo recuperaremos el potencial juvenil que estamos derrochando?
Vuelvo de vacaciones, sin playa, con el mismo ansia que siempre tuve de comenzar el nuevo curso para volver a mi mesa de trabajo, con mis libros y mi rutina cotidiana, la misma que dentro de poco tiempo me producirá tedio hasta llevarme a las páginas de viajes low cost para dar una vuelta más a la espiral que en cada tiempo me devuelve al mismo sitio en un constante devenir de la inquietud a la quietud y viceversa. Pero…, a lo que vamos.
Debajo del brazo se me coló un libro-ensayo, de Antonio Muñoz Molina titulado “Todo lo que era sólido”, cuya lectura encarecidamente recomiendo a toda aquella persona que quiera decir: -esto es justo lo que yo pensaba y no sabía cómo expresar-, con independencia de la ideología de cada cual.
El sueño juvenil sobre aquella democracia conseguida a medias y que se va evaporando antes de concluir su madurez es lo que nuestros hijos no conocieron más que de oírnoslo, también ellos, la generación del bienestar y el tengo de todo, debieran leer y concienciarse de lo que están a punto de perder.
Nos duelen las cifras oficiales sobre jóvenes que no podrán estudiar porque sus padres han perdido los recursos, las becas se reducen hasta casi desaparecer a causa de que muchos, no pocos, señores del PP, de las Cajas de Ahorros, de la Familia Real y empresarios-pirata, esos que abandonan con el botín bajo el brazo cuando el barco se hunde, tienen el dinero en los paraísos fiscales o en el zulo de los billetes de quinientos euros mientras arruinan a gobernados, impositores, ciudadanos y trabajadores.
Cuando oímos hablar de miles de millones de euros desaparecidos en la vorágine mafiosa, consentida, jaleada y hasta defendida por los cómplices, y luego escuchamos que un millón de inmigrantes que trabajaron para nosotros un día ya solo tienen el derecho de morir en la calle, o que las listas de espera para una intervención se alargan hasta la muerte del que espera, que las familias tienen que elegir un hijo para estudiar porque no tienen para comprar libros para todos, que nuestros cerebritos mejor preparados van a dar lo mejor de su potencial a otros países, que los pocos euros que requiere la investigación desaparecen… ¿qué debemos hacer? www.elisadocio.com