El poder de un “maquinista”

imagesx“Los ciudadanos queremos ver también en el banquillo los rostros de los verdaderos responsables”

No puede ser verdad que el más débil purgue la culpabilidad de un desastre similar a un ataque terrorista pulcramente pensado y tácticamente preparado. ¡Increíble!

                El banquillo de los acusados debe ser extensible para alojar las posaderas de quienes en realidad son los auténticos responsables de la tragedia.

           Una obra de tales características comienza por una propuesta política y termina cortando la cinta roja frente a las cámaras y degustando el ágape posterior. Pero entre la “idea” y la cinta hay mucho trecho por recorrer. Vienen una serie de estudios previos muy caros realizados por gabinetes de expertos ingenieros, geólogos, geógrafos y otros asesores que presentan un anteproyecto técnico, un proyecto definitivo y otro de ejecución, además de cientos de trámites intermedios sobre trazados, expropiaciones, evacuaciones, electricidad, etc.

Más tarde se suman los directores de obra, capataces, supervisores y supervisores de los supervisores hasta que por fin se termina la obra y llegan las inspecciones de seguridad, instalaciones, funcionamiento y cumplimiento de todos los requisitos para su utilidad.

Unas balizas de coste 6.000 euros, sí, he dicho bien 6.000 euros, según el sindicato de maquinistas, hubieran evitado tanto sufrimiento. Pero ¿Dónde han estado los supervisores de seguridad de Renfe o de Adif, los del Ministerio del Fomento? Los ciudadanos queremos ver también en el banquillo los rostros de los que cobran sueldos por diseñar “puntos conflictivos” y no los señalizan correctamente, los que cierran una curva inviable para un tren de alta velocidad con tal de que pase por tal sitio, los bien pagados supervisores que no tuvieron tiempo de velar por la seguridad del trazado ni de darse cuenta de que faltaban unas balizas esenciales y una miserables señales, el superjefe que decide poner en manos de una sola persona una máquina terrorífica circulando por un trazado perverso.

          Sea por negligencia, desidia, impericia, abandono de funciones o imprudencia temeraria, culpa in eligendo o in vigilando, hay muchas cabezas que deben responder. Un solo hombre con dos manos ganando el pan de su casa es solo una víctima más, una vida destrozada hasta el fin de sus días, una cabeza de turco.

«Diario Palentino, 11 de agosto de 2013»

Noticia posterior: El juez imputa al personal de Adif responsable de la seguridad del tramo

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