No es “crisis”, es “contra-revolución”

tumblr_m1oidgECwD1qb7qg2o1_500“Nuestro futuro: multinacionales, mano de obra esclava y ricachones indolentes”

            Después de cuatro largos años de “crisis” mantenida y sin viso alguno de solución en el horizonte, podemos aventurar que asistimos a una “revolución”. Cuando decimos “revolución” aún hay quien se espanta imaginando violencia y tropelías, sin embargo una revolución es un cambio rápido y radical en el estado actual de las cosas. Hablamos de revolución tecnológica o científica sin que nos sugiera derramamiento de sangre.

            Lo que vivimos hoy comenzó con una crisis financiera que derivó en económica para continuar abarcando lo político y lo social. Como la historia demuestra, las crisis económicas son periódicas y más o menos agudas, pero si sus consecuencias afectan a toda una organización social, entonces se trata de una “revolución”.

            Es difícil aventurar como quedará nuestra sociedad, la española, la europea, cuando finalice este proceso destructor del Estado de Bienestar, de las laboriosas clases medias, pequeñas, medianas empresas y autónomos, verdaderos agentes movilizadores de la economía, creadores de empleo masivo y arriesgadas aventuras de crecimiento con pocos medios y muchísimo entusiasmo.

            Auguramos un futuro basado en una economía de papel, en el que nuestra vida cotidiana estará dictada por las incomprensibles cifras derivadas de la circulación de acciones, bonos, efectos bursátiles y operaciones financieras solo para expertos muy cualificados. Pero como seguimos necesitando comer y vestirnos, serán grandes corporaciones multinacionales a nivel mundial las que se ocupen de producir, con mano de obra cuasi-esclava, los bienes de consumo necesarios para la supervivencia de esa mayoría domesticada y adocenada en que nos quieren convertir, esa masa que se peleará por el chusco y gritará enfervorizada con el circo virtual que nos pongan en los estadios.

Lo más grave, si cabe, es que se trata de una revolución reaccionaria, mejor dicho, es una contrarrevolución. La revolución fue la que consiguió salarios dignos, igualdad de oportunidades, educación y cultura de calidad, justicia distributiva,  sanidad pública universal, respeto por las libertades personales y ciudadanas, la que fomentó trabajo y vivienda para las familias, la que respetaba en igualdad a las mujeres,  educaba a los niños en la solidaridad, a las personas con discapacidad en sus necesidades especiales. Contrarrevolución es lo que estamos viviendo. Si no lo remediamos el futuro a la vista son multinacionales, trabajadores-esclavos, e indolentes ricachones avaros sin límite.

«Diario Palentino, 09/06/2013»

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