“Que los psoístas se organicen para que los socialistas recobremos la ilusión”

            Lo que más cuenta es sumar años. En una larga vida se pueden experimentar muchas circunstancias buenas o regulares, vivir momentazos y momentuchos, con más o menos salud,  más o menos recursos, ilusiones o contratiempos, pero esa parte que corresponde a la involución del bienestar, de la democracia y de las libertades, es muy dura de pelar.

            Nos gustaría decir al acabar este año, que el próximo será mejor porque ese es el deseo de todos los conciudadanos que confiábamos plenamente en que los logros conseguidos no tenían marcha atrás, que las generaciones venideras superarían incluso los avances en democracia, libertades y recursos. No va a ser así.

            Un gobierno ideológicamente retrógrado nos destripa hasta el ánimo. Miente con un cuajo increíble a la vez que expulsa a nuestros hijos, corta la investigación en la que somos punteros, deja bajo el cielo raso y en las colas de la caridad a muchos laboriosos conciudadanos. Y ya en el colmo de la desvergüenzas, se emplea a fondo en traer a uno de sus cachorros de Nuevas Generaciones, un camorrero, digo Carromero, delincuente condenado y con un historial de libro de miedo, para soltarlo por las calles de nuestra ciudad.

Mientras tanto, y en sospechosa oscuridad, se condena a un régimen de internamiento para terroristas a un chaval, Alfon, pulcro en su trabajo, en el trato con sus vecinos y querido por su comunidad hasta el punto de congregar protestas y concentraciones en toda España y parte de América latina.  La democracia que nos están desmontando ya tiene su héroe, su víctima inocente inculpada por una juez sustituta ¡Qué casualidad! La que nos espera, próxima estación, Guantánamo.

            Me gustaría transmitir un pensamiento de aliento  pero solo se me ocurre decir que no hay mal que cien años dure, que los psoístas se organicen para que los socialistas, muchos en España, recobremos la ilusión de salir pronto de esta pesadilla de padecimiento bajo el yugo de un traidor poder autocrático, porque esta orfandad nos desmotiva, más aún si cabe, que los propios ataques de la derecha de los que somos víctimas indefensas.

               En fin… sumemos energías positivas, y como en los viejos tiempos, “A la calle que ya es hora de pasearnos a cuerpo y decir que pues vivimos anunciamos algo nuevo…” Felices días y buen año. «Diario Palentino, 30 de diciembre de 2012»