El arte del camuflaje/ Huebras o boicot al empleo

  ¡Qué bonito sería recuperar las viejas tradiciones (las de la escasez) y volver a las “huebras”!

   Cumpliendo el programa electoral del Partido Popular, el número de parados asciende a 5.600.000, habiendo crecido durante el primer trimestre  en 366.000, la cifra más alta desde que se contabilizan los parados. Menos mal que este mes se han reducido en treinta mil, ya solo quedan 5.570.000, ¡Que suerte! y todo  “gracias a la Virgen del Rocío que ha echado un capote” mientras la Ministra que nunca trabajó (en lo civil ni en lo militar) estaba consiguiendo un record en el juego de las burbujitas, según ella misma autoproclamaba orgullosa en su propio twitter.

            Pero en ese afán por crear puestos de trabajo, los Presupuestos del Estado se cargan 1.600 millones de euros en Políticas activas de Empleo (será que no hacen falta). Entre otros programas el muy conocido y querido Convenio con las Entidades Locales para el  Empleo de Trabajadores Desempleados que se ha reducido en un 84% y afectará a 500 desempleados en nuestra provincia. No es que fuera mucho pero en nuestros pueblos algunas familias esperaban con ansiedad esta convocatoria que les rescataba de la nada durante 3 a 6 meses y les ponía en las manos “unos eurillos” que administraban con cautela hasta la siguiente convocatoria.

          No con menos esperanza estaban muchos alcaldes con doble intención, favorecer a los más necesitados de su población y poder arreglar y mantener espacios públicos, jardines, plazas, piscinas, recuperar espacios degradados por basuras, escombros, etc.

            Pero como la imaginación tiene un poder infinito, en un alarde creativo nuestra Diputación anuncia: ¡Qué bonito sería recuperar las viejas tradiciones (de la escasez) y volver a las “huebras”!

            Para quien no lo sepa por ser demasiado joven o de ciudad, las huebras consistían en el “voluntariado” de los vecinos para hacer obras públicas personalmente, así compensaban las contribuciones especiales de las obras municipales.

                  Aunque también entonces había clases, quién tenía dinero pagaba un “propio” que hiciera su trabajo, no se iba a pringar el “señorito”. Ni qué decir tiene que de altas en la seguridad social nada de nada, a lo sumo un seguro de accidentes particular que pagaba la entidad local.

           Soslayando con esta artimaña el empleo, se pretende que voluntarios hagan el trabajo de asalariados. ¡Que idea! «Diario Palentino, 1 de julio de 2012»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.