“Tal vez muy pronto su mayor oposición la encontrará en los propios y no en los otros”
A pesar de las ganas que tenía de gobernar España y los años que ha tardado en conseguirlo, parece que D. Mariano no se había empollado la verdadera situación del país, y en su ánimo de desgastar al gobierno socialista reinante, machaconamente repitió en todos los foros y como un eco de Aznar, aquello de que España estaba en bancarrota, que iba a la deriva, que la quiebra y el rescate eran inminentes.
Nadie ha podido hacer más daño y desconcertar tanto a los mercados exteriores como los propios “patriotas” españoles vociferando catastróficos augurios. Ahora vuelve el boomerang y les da en el cogote, por eso tal vez D. Mariano haya necesitado tanto tiempo para incubar sus nuevas propuestas, esas que han de ser contundentemente contradictorias con las proclamadas en campaña y desde la oposición.
Dificultosa tarea, mucho más que unas oposiciones de registrador, sobre todo cuando por mor de las circunstancias resulta ser el gobernante español que más poder acumula en su persona desde los tiempos del último dictador. Con una oposición pulverizada que trata de reorganizarse y no encuentra el camino, y teniendo bajo su mando un enorme ejército de políticos y otras hierbas entre comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos que reclaman mayores ingresos, deudas históricas y “cosas” por hacer para satisfacer las fauces abiertas de un electorado que les ha elegido por la condición en la que ellos se ofrecían, es decir, como tabla de salvación. No sería, pues de extrañar que muy pronto se encontrara en la tesitura de que su mayor oposición la van a formar los propios y no los otros.
Sin terrorismo pero con unos nacionalismos en crecimiento, crueles órdenes procedentes de Alemania que le llevarán a adoptar peores medidas que las que tanto criticó, bancos en ruina mirándole con ojos golositos para endosarnos el resultado de sus fracasadas gestiones, ciudadanos incrementando la presencia en las plazas públicas para ver si un día por casualidad la clase política se aclara de su distanciamiento, desahucios de viviendas de impagados, mermas en la calidad de vida y cinco millones de desempleados.
Ese es el cuadro por él pintado, es el que quería y ahí lo tiene. Lo que hace falta es que se ubique pronto y se dé maña para poner todos esos misteriosos remedios prometidos por activa y por pasiva, pero para ello primero debe entender su propia letra y después que le llegue la inspiración para “hacer las cosas como Dios manda”. «Diario Palentino, 03/12/2011