En los momentos difíciles es cuando se conoce la calidad de las personas. El Presidente de Gobierno está teniendo muchas ocasiones para demostrar su valentía a la hora de defender su fe en lo correcto. Con aciertos y errores, pone de manifiesto que actúa como debe, al margen de las enemistades, y muchas, que algunas de sus decisiones le acarrean, y obviando incluso los vaticinios de la encuestas electorales.
Hay quien opina que la crisis de los controladores no le ha dejado otra salida que acudir a la declaración del estado de alarma, pero en puridad no es así. El Ministro de Fomento ha querido poner orden en lo que era un poderoso lobby sedestado en el control aeroportuario. Un controlador en España tiene un salario medio de 240.000 euros por un máximo de 1.670 horas al año, lo que supondría 144 euros por hora. Realmente vergonzoso. Y este blindaje procede del convenio firmado en 1999 con Aznar a la cabeza del gobierno del Partido Popular. Con el dinero de todos se libran bien las huelgas.
El gobierno socialista no se ha prestado a persistir en el chantaje aún a costa de tener todos los ojos de mundo vueltos hacia nosotros. Eso es gobernar a largo plazo y en beneficio de los ciudadanos y no mirando a los próximos comicios electorales. Si los desorbitados sueldos y sus correspondientes cuotas de seguros disminuyen considerablemente, la traducción inmediata será la reducción definitiva del coste de los vuelos o al menos su no incremento, lo que indiscutiblemente redunda en beneficio de los viajeros. La lectura es fácil y los goterones no se arreglan sin levantar el tejado.
Por otro lado el papelón a que nos tiene acostumbrados el Partido Popular, con su líder más deteriorado que una zapatilla de esparto vieja, no ha causado grandes sorpresas. Ya lo expresó a primera hora el socialista Eduardo Madina al pedir al PP que si no piensa arrimar el hombro al menos que no moleste o lo haga lo menos posible. Ese es el concepto que se tiene en general del principal partido de la oposición, aprovechar el más mínimo resquicio para pedir elecciones, como un disco rayado y sin tener en el horizonte para nada ni el bienestar de los ciudadanos ni lo que se debe hacer en cada momento. «Diario Palentino, 5 de diciembre de 2010»
Muy bueno, sobre todo el análisis de la postura de Rajoy y del PP que es, como en muchas ocasiones, patética. ¡Y puede que un día nos gobiernen! ¡Que dios, si existe, nos coja confesados!
¡Pues sí, compañero! como se suele decir, «cada pueblo tiene el gobierno que se merece», sí nos cae el PP no se que habremos hecho para merecerlo…