Lo que había que fiscalizar con mucho mas esmero desde la justicia es el momento de las primarias, porque aunque parezca que es un asunto interno de los partidos en sus resultados está la base y fundamento de lo que llegará a los puestos de poder que nos gobiernan.
El pistoletazo de salida ha sonado. Los partidos abren la fase previa de seleccionar sus números uno a los comicios locales y algunos autonómicos que se celebrarán en mayo próximo.
Quién aspire a ser designado puede partir del capricho del dedo divino de el o de los prevalentes de la cúspide jerárquica, o bien lanzarse al ruedo como espontáneo y peleárselo para convencer al cuerpo de afiliados, que son muchos, dispersos y sobre los que se le niega todo tipo de información para poder llevar a cabo una campaña limpia. Es el momento de gloria del guardián custodio de las listas de afiliados bajo llaves y candados. El “aparato” controla, trapichea y boicotea al díscolo que quiere ejercer su derecho democrático a ser elegido y con ello el cuerpo electoral de adscritos también se resiente, y posteriormente el electorado que solamente puede elegir al vencedor, normalmente el del dedazo trapichante con independencia de sus méritos y cualidades.
Esta pelea previa será el entrenamiento, la tienta, y demostrará quien es el más feroz luchador. Pero en esta ocasión el juego limpio no existe desde que los partidos existen. En todos sin excepción, como en las asociaciones, comunidades, colectivos, y demás grupos gregarios, existen los ladinos, los tramposillos, los sonrientes y los que guardan en la manga el puñalillo traidor.
Nos alarmamos de cómo determinados individuos pueden ostentar determinados cargos, y nos preguntamos cómo los electores les elegimos, pero el error no está el día de meter la papeleta del voto en la urna. Lo que había que fiscalizar con mucho mas esmero desde la justicia es el momento de las primarias, porque aunque parezca que es un asunto interno de los partidos en sus resultados está la base y fundamento de lo que llegará a los puestos de poder que nos gobiernan.
Desde fuera miramos estoicamente como se baten el cobre la Ministra, de designación “regia” y el “espontáneo” Tomás Gómez, o como es derrotado el polémico Álvarez Cascos en Asturias. Antaño ogaño asistimos al ascenso de Rajoy por el dedazo de Aznar frente al eterno y lloroso aspirante Gallardón, más estimado por sus compañeros de partidos y mucho más peligroso para el PSOE.
Y así, a base de guerras intestinas y trampeo llegan los candidatos a las listas de cargos más cotizados, entre los que no se incluyen los “gratuitos” que no perciben sueldo ni remuneración o salen perdiendo con la juagada y a los que hay que arrancar un sí para cubrir el expediente bajo promesas que son flor de un día y nunca se cumplen.
Precalentamiento. La batalla previa – Diario Palentino Digital 26/09/2010.