«Cuando el diablo no sabe que hacer con el rabo se espanta las moscas»
En esta nuestra región se obvia tanto a las mujeres que hasta la Reina Isabel la Católica se remueve en su tumba.
En tiempos de crisis y de extrema seriedad exigible a los políticos, en cuyas manos hemos depositado nuestros destinos, estos, los señores trajeados, Presidente de las Cortes, Consejero de Educación y otras hierbas, no encuentran entretenimiento mejor que presentar en el hemiciclo en el que se debaten, o debieran debatir los grandes temas de interés ciudadano, un libro que, por la reseña, parece de muy dudosa calidad pero de mucho «compañerismo» y sin ningún rigor historiográfico, tan solo una manifestación ad maiorem gloriam sobre como derrochar dinero público para hacerse una foto de media plana a todo color.
Y lo que es más grave aún, reducir a la única castellana/mujer que , con sus más y menos y sus menos, como todo gobernante varón, ha sobrevivido a la desaparición de las páginas de nuestra historia, rebajándola, en palabras del propio autor a «su gran amor y consejera» (del Rey Católico, a la que cornamentaba siempre que podía) cuando es unánimemente aceptado y por nadie rebatido que toda acción militar o empresa comercial, se hacía bajo estandarte común de los Reinos de Castilla y Aragón.
¡Para nota!