Dolorosas y obligadas

Así podemos calificar las noqueantes medidas restrictivas del gasto público adoptadas por el gobierno. Como es de suponer ningún gobernante habrá imaginado nunca tener que verse en tal situación, como una madre sacrificando a sus propios hijos por mandato de un futuro asequiblemente mejor.

El marco mundial está en crisis generalizada y nuestra gallina de los huevos de oro herida de muerte. La cifra de setecientas cincuenta mil viviendas nuevas cada año sonaba fuerte. La inversión residencial extranjera no cuadraba con las cifras, pero toda promoción parecía comprometerse al colgar el cartel. A la llamada del trabajo acudieron más de seis millones de inmigrantes en apenas una docena de años, mano de obra sin especializar o solamente en la construcción, de los que muchos hoy andan vagando entre las ayudas semibenéficas, la economía sumergida y el hacinamiento sin que se haya conseguido el grado deseable de inserción en la sociedad española. Una mayoría importante conserva sus estereotipos y añade un avezado sentido de supervivencia, pero no volverán a sus países de origen porque allí la crisis es aún peor y saben que aquí de hambre no morirán.

Los promotores y especuladores los atrajeron y ahora el sacrificio común, sobre todo de los asalariados, sujetos fiscales fáciles de controlar, les mantendrá hasta que se vayan reabsorbiendo en otras ocupaciones, porque la construcción residencial futura no llegará a ser ni de la mitad anual.

Para proteger al euro de la crisis mundial, los directivos europeos deciden sancionar a los países de la zona euro que no cumplan una reducción del déficit público de un 3%. EEUU protege su dólar, Europa tiene que arroparse ante la amenaza de ruina.

Las medidas racionalizadoras del gasto público adoptadas por nuestro Gobierno son obligadas pero ciertamente alarmantes, aunque más como notición general que como repercusión en las economías familiares afectadas.

Lo verdaderamente grave es el paro y en ese sentido las medidas aprobadas no afectan a las prestaciones por desempleo, entre ellas y la economía sumergida se van soslayando situaciones difíciles y tal vez protestas mayúsculas. Confiemos en el pronóstico de los analistas más audaces que auguran un remonte, aunque suave, en el  crecimiento del empleo para el 2011. «Diario Palentino, 23/05/10

2 comentarios en “Dolorosas y obligadas

  1. Pingback: Dolorosas y obligadas

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.