¿Qué pasa porque los ciudadanos salgan a defender públicamente al juez que los protege?
Se ve que en este país de “mayores”, en el que aún se funden vivencias de dos “culturas” políticas diversas, la dictatorial y la democrática, las novedades crean mucha polémica.
Salimos de las cavernas porque la juventud tira hacia adelante y no se conforma con los estereotipos heredados. Pero aún hay gente, mucha gente, demasiada tal vez, que echa de menos la mano dura y está dispuesto a utilizar torticeramente los propios instrumentos democráticos contra los mismos demócratas que somos todos los demás.
El partido ultraderechista tan unido a la infausta dictadura franquista, Falange Española, no quiere que se revisen los crímenes tan apañadamente ocultados durante tantos años de falseamiento de la historia a través de sus “gloriosos” documentos. Y son los de siempre, no han cambiado, aunque juren y perjuren sobre el texto constitucional, su objetivo es el mismo, la exaltación de la “manu militari” y el uso de la fuerza para imponer por encima de todo y de todos su criterio de mando único y sin trabas legales inoportunas. Pero como no pueden, utilizan las injurias y el enfangamiento para crear confusión y discordia, su especialidad.
¿Qué pasa porque los ciudadanos salgan a defender públicamente al juez que los protege? Quienes le atacan ignominiosamente alegan el “respeto al poder judicial” que ellos no practican y con el que trapichean si pueden y les dejan, con tal de que no se remueva la sanguinaria limpieza socio-ideológica instigada, practicada y encubierta por sus ancestros. Si no hay nada “horribilis” que ocultar ¿A qué viene tanta preocupación?
Una vez más somos la vergüenza en el cuchicheo de Europa. Quienes dividieron a los españoles llevándonos a una guerra fratricida con la subsiguiente espantosa dictadura causante del retraso económico y cultural que aún arrastramos, son los mismos que ahora nos quieren dividir apartándonos de nuestro “derecho a saber” y conocer nuestra propia historia, para juzgar a los malhechores y relegárles a las páginas negras que les corresponden.
Pero el peor lastre que nos ralentiza es que la derecha democrática, que un día puede gobernar éste país, se acerca demasiado a esa otra ultraderecha que nos atemoriza. «Diario Palentino, 25 de abril de 2010»
Ese lastre, el que figura en el último párrafo de tu escrito, es también mi temor.
La verdad es que no tenemos demasiada suerte en España, siempre acosada, siempre amenazada, siempre mediatizada por aquellos que le niegan su libre destino; lo que en cualquier otro país occidental es el libre discurrir de la ciudadanía, en España se convierte en una batalla campal para evitar ese discurrir.
Es el concepto germánico que tienen «nuestros salvadores» respecto de España, la nuestra, la de todos. Ellos se sienten propietarios de España, la nuestra, la de todos, y por tanto hacen de ella lo que estimen oportuno, le marcan su destino; ese destino que en otros países occidentales es el que deciden sus ciudadanos, aqquí es dirigido…, porque España no es de los españoles, es de sus propietarios «germánicos» y por lo tanto, ¿cómo van a consentir que España posea un destino ajeno a sus propietarios?.
Lo siento si resulta espeso, pero hoy no me sale nada «ligero».