“No llego a entender la razón de esa fiebre ahorradora que le ha entrado a las administraciones públicas”
Le tocó la china a Zapatero como a Sarkozy, a Brown, a Obama o a Ángela Merkel, por decir algunos de los líderes políticos más mediáticos en nuestro país.
Las crisis económicas llegan de forma cíclica y demuestran que el crecimiento económico sostenido puede perdurar más o menos tiempo, pero al final es perecedero y hay que buscar de nuevo el cabo del ovillo para volver a tejer el entramado económico. Así nos lo enseña la historia. Los abusos, los cambios en el mercado y el agotamiento de las fuentes de creación de riqueza, nos llevan a tener que hacer replanteamientos para regular y obviar en el futuro las causas de esas desastrosas caídas. En tiempos de bonanza se tacha de fatalistas a quienes sabiamente y con conocimiento de causa ven y auguran que tanta alegría está a punto de acabar y que las cosas no se están haciendo bien. Pero los aguafiestas son molestos, estorban y no son invitados al convite.
Si tomamos hoy desde internet algunos resúmenes elaborados partiendo de la prensa la económica mundial, ya no nos queda ánimo ni para comer este día aciago de domingo castellano y mesetario.
Veamos titulares: Los promotores iniciarán en el año 2009 la menor cantidad de pisos desde hace 50 años. La venta de viviendas de segunda mano cae un 70% desde 2005. Más de la mitad de viviendas ofrecidas en venta han rebajado su precio más del 50%. En el Reino Unido las ventas caen a su nivel más bajo desde 1978. El fondo monetario internacional (FMI) aconseja al gobierno español que no construya más VPO porque «aumentan los inventarios de viviendas sin vender».Las nuevas hipotecas descienden en la UE alrededor de un 30%. Los concursos de acreedores de las inmobiliarias dejan 20.000 pisos pendientes de entregar a sus compradores…
De las empresas automovilísticas mejor ni hablamos, nos queda demasiado cerca y doloroso. Los bancos y entidades financieras están para ganar dinero no para arriesgarlo, de modo que reducirán sus plantillas para aumentar beneficios restando cargas. Notarías vacías, obras paradas, desolación, créditos caros, psicosis, establecimientos comerciales vacíos, desempleo… Sin contar lo que merece un capítulo aparte, el efecto de la recesión mundial sobre las poblaciones hambrientas que es de pecado de conciencia.
Y por mucho entusiasmo que se quiera poner en aparentar que aquí no pasa nada, lo cierto es que muchos empleos han caído, muchas personas se quedan sin ingresos y otras temen perder su trabajo cualquier día. La situación es grave para los más débiles, como siempre.
Lo que no llego a entender y tal vez alguien me pueda explicar, es la razón de esa fiebre ahorradora que le ha entrado a las administraciones públicas de por aquí. Es estupendo que se congelen el sueldo los políticos, algunos ni lo notarán. Es estupendo ahorrar en sueldos de altos cargos, incluso en consumo eléctrico, eso debiéramos hacerlo siempre, pero hay quien confunde la velocidad con el tocino y en vez de expansionar gastos en actividades y servicios que mantienen múltiples empleos, a algunos de nuestros dirigentes les da la vena, más mediática que real, de dejar de gastar en lo que denominan “gastos superfluos”, concepto subjetivo nunca consensuado y lo aplican a lo que propiamente ellos denominan el “chocolate del loro”, cuando lo que se necesita ahora es que no decaiga la demanda ni el consumo.
Y es que algunos autodidactas ecónomos circulan al revés y entienden que reduciendo gastos en ágapes y actuaciones de las que emplean mucha mano de obra colaboran a la dinamización económica. Haya o no crisis algunos derroches y dispendios medidos entre ágapes y comilonas no se deben patrocinar nunca, pero ponerse a restringir justo ahora en estos servicios de los que ocupan muchos puestos de trabajo, es como para echarse a reír.
Si todos dejamos de entrar en los bares y restaurantes, si no compramos ropa, ni nos movemos para consumir combustible, ni cogemos un taxi, si nos quedamos sentados en un rincón sin mover pata ni oreja para no gastar, la crisis se disparará, porque los empresarios cuyo objetivo no es precisamente cosechar pérdidas, despedirán a los camareros, dependientes, operarios, etc. y muchas personas, las que viven de sus sueldo se quedarán sin trabajo, sin medio de vida.
Vamos a pensar un poco. Quien pueda permitírselo no debe dejar de gastar, es ahora la adecuada conducta solidaria. No es momento de emprenderla contra el consumo sino de practicarlo. Y por supuesto las administraciones tienen ahora su momento de arrimar el hombro e invertir (eficientemente) todo lo que puedan, hasta el endeudamiento, en actividades que mantienen empleo. Lo demás es argumentación barata con pretensiones demagógicas. «Diario Palentino, 14 de diciembre de 2008»
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Un comentario en «Como yo lo veo»
Lo duro de la crisis es que a veces no sabe uno quién es de izquierdas, los «socialistas» no hablamos de SOCIALISMO, nos conformamos con poner parches a un sistema que hace agua por todas partes. En tiempos de crisis, al menos para mí, el papel de la izquierda lo encuentro muy cuestionable. En su día escribí un post llamado «Crisis dura, izquierda blanda»…
Salud desde Cádiz
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