Un poco de música para acompañar nunca viene mal
“Ante la demostrada incapacidad de los dirigentes regionales de invertir esta trayectoria, al menos podrían haber anticipado las necesidades que se avecinaban”
Entre ágapes y multitudinarias celebraciones gastronómicas, no precisamente baratas, el gobierno de la Comunidad Autónoma nos va dejando cartelitos con mensajes de lo bien que lo hacen quienes ostentan el sumo poder sobre los designios que nos acontecen y esperan.
Van pasando los años, ya 25 de la Constitución de las Cortes de Castilla y León y mientras otras autonomías han despegado, algunas de forma espectacular, la nuestra sigue representando a la España profunda, seguimos siendo la reserva espiritual católica, apostólica y romana, a la espera ser la primera en el cielo ya que nos ha tocado ser los últimos en la tierra.
El grandilocuente cartel que cobija la celebración del XXV aniversario esconde una realidad más bien triste, la falta de previsión y de políticas activas, la falta de interés y por otro lado la excesiva complacencia.
Basta echar una ojeada al OPenCYL 2008, que publica Fundación Caja Duero para hacernos una idea lo que han conseguido en un cuarto de siglo esos auto homenajeados para ésta Comunidad. ¡Y qué mejor muestra que la población que la mora!
El 26% son mayores de 65 años, 6 puntos más que la media nacional. El grupo demográfico más activo, de 25 a 34 años, supone el 17%, cuatro puntos menos que la media nacional (21%). El 32% reside en municipios menores de 2.000 habitantes, la media nacional es del 7,7%. El mayor peso corresponde a hogares unipersonales de adultos o jubilados, y claro descenso del número de hogares con hijos. Las clases medias se van reduciendo en Castilla y León, 44% frente a la nacional del 55%. Los jubilados suponen 25%, cinco puntos más que la media nacional.
Cifras solventes y fiables de fácil interpretación. El importante peso del grupo de adultos, jubilados, solitarios y habitantes en el medio rural hubiera requerido unas políticas adecuadas. Ante la demostrada incapacidad de los dirigentes regionales de invertir esta trayectoria, al menos podrían haber anticipado las necesidades que se avecinaban: residencias para mayores, atención médica, centros para la discapacidad, intención decidida de promover la permanencia generacional en la Comunidad promoviendo el tejido industrial y la vivienda.
A cambio, exportamos nuestras mejores cabezas, los jóvenes mejor preparados, nuestro potencial demográfico, quienes están en edad de programar la familia. Buscar plazas residenciales para nuestros mayores se convierte en una odisea. De centros que atiendan a nuestros minusválidos mejor ni hablamos. Importamos médicos de Polonia, las listas de espera parecen de guasa, se puede uno morir tranquilamente esperando, por no hablar de la escasez de especialistas, el derroche en los conciertos con clínicas privadas y el caos generalizado en la sanidad pública en la que si el médico de cabecera te ve muy mal te aconseja que busques un enchufe para adelantar la consulta o irte a la privada.
En políticas medioambientales ejemplos sangrantes como el de las Navas del Marqués, los peces muertos por el río, los vertidos contaminantes de las granjas porcinas y otras muchas cosas raras que pasan por ahí.
Pero, ¡qué más da! Si el voto está garantizado para el Partido Popular. Carta blanca para el centralismo vallisoletano, millonadas para construir un edificio nuevo en la “capital”, costosísimos viajes al extranjero del presidente y su amplísima corte celestial. Fotos, fotos, fotos, muchas fotos, y después más fotos. Desatención al mundo rural, solo el vino interesa. Un Estatuto desconocido para la mayoría de los habitantes que ignora para qué sirve la norma y para qué sirve un espíritu de identidad.
Mis más compungidas felicitaciones para los ínclitos presidentes coautores de lo que es hoy nuestra Comunidad. ¡Ah! Enhorabuena por tenerlo todo tan bien atado que ni tan siquiera el espectáculo del PP nacional les salpicará. Los de por aquí somos así, tercos como mulas, tenemos el gobierno regional que merecemos. www.elisadocio.com «Diario Palentino, 25 de mayo de 2008»