Bergamo-Venezia-Milan

De pequeño aeropuerto a igual destino. De Valladolid a Bérgamo, ambas ciudades se benefician de la organización de los vuelos de bajo coste.

Bérgamo, a unos cuarenta kilómetros de Milán, capital de la Lombardía se puede ver en unas dos horas. Lo interesante es encuentra en la Cittá Alta rodeada de la muralla veneziana que se asoma a un bonito valle, envuelve callejas medievales y renacentistas, palacetes, jardines y arte superponiéndose sucesivamente la impronta de las diversas dominaciones, romanos, venecianos, napoleónicos y austriacos. Nos recibe la casa palacio de la familia Visconti que luego fuera sede de la república veneciana. Paseamos por la Piazza Vecchia con su fuente Contarini, la Torre Cívica y la del Campanone. La vida de la ciudad vieja se centra en el comercio destinado al turismo. Todo es piedra, símbolo de su pasado burgués y comercial. Un rato sosegado para pasear entre retazos de historia.

Enseguida nos dirigimos a Milán. Capital europea de la moda y del diseño. La Vía Manzoni y la Vía Napoleón acogen las tiendas de los diseñadores punteros junto con la Galería dedicada al rey Víctor Manuel II de Saboya, primer rey y unificador de Italia. Nuestra ingenua pretensión de adquirir entradas para el Teatro de la
Escala topa con la imposibilidad más absoluta. Pero lo verdaderamente impactante a la vista es la aparición de Il Duomo. Gótica, blanca, marmórea, inmensa, impresionante. Merece la pena viajar a Milán aunque solo sea por ver semejante catedral.

Visitar la Ultima Cena de Leonardo también es obligado. Bajo estrictas medidas de seguridad ambiental allí está en todo su esplendor dentro de su grado de conservación relativo. Dan Brown con su iconoclasta interpretación le presta si cabe un poco más de misterio

La ciudad bulle se prepara para celebrar su fiesta nacional de la Liberazione, conmemoración de la captura de Mussolini, la derrota de los alemanes y del fascismo. La politización se huele en las calles. Los quioscos de recogida de firmas de Beppo Grillo, periodista y escritor del blog más leído de Italia, agolpan gente en largas colas para unirse a sus propuestas de purificación de la vida política del país. Nadie habla bien de Berlusconi. Los taxistas, que suelen ser la versión más viva de la voz de la calle, aprovechan la más minima insinuación para contar que IL Cavalieri sale elegido a base de la extorsión de las mafias del sur que le defienden sus propios negocios. En el norte rico, la Liga quiere independizarse del lastre pobre del sur, y presume de tener alcaldes fascistas pretendiendo cribar duramente la inmigración. La alcaldesa de Milán no está en la ciudad, cuando se ausenta la bandera local desaparece del balcón consistorial.

Una escapada a Venezia nunca viene mal. Como siempre magnífica. Tal vez más cuidada que nunca. Pero la innovación también quiere inmiscuirse en la vieja ciudad, es la irresistible afición del hombre por arrimarse a lo que ya goza de indiscutible fama, por si se contagia algo. La polémica viene servida por el famoso cuarto puente en construcción sobre el gran canal, según proyecto del Arquitecto valenciano, Santiago Calatrava, cien por cien vanguardista, caro, mucho más de lo pactado, con retraso y deficiencias. Es la comidilla de temporada.

Por fin al cuarto día nuestro viaje culmina con la visita al lago de Como, a doscientos metros sobre le nivel del mar y al pie de los Alpes Suizos, alberga palacetes y jardines enfocados al turismo de lujo. Les gusta vacilar de la villa que George Clooney, dicen, que tiene allí. En los pueblos de alrededor viven italianos que cruzan la frontera todos los días para trabajar en la vecina suiza, a unos veinte kilómetros de la cabecera de la lago.

El fútbol, los coches y aparentar, dice nuestro taxista favorito, que es lo que preocupa a los italianos, luego para llegar a fin de mes lo pasan fatal. La pasta, el carpaccio y el moscato, buenos, buenos. “Periódico CARRION, 2ª quincena de mayo de 2008”

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.