¿Cómo tienes el topillo?

«La culpa es del cielo y de los agricultores, como siempre, no se explica entonces para qué sirven algunas consejerías, ni sus competencias, ni sus presupuestos»

Es la pregunta habitual entre los agricultores. Como si se tratara del estribillo de la canción del verano que todo el mundo tararea sin darse cuenta, el topillo se ha instalado como el único tema de conversación.

Como es habitual en la humana raza racional a la que pertenecemos, queremos saber porqué nos ocurren estas situaciones incontroladas. Desde la fabulación hasta la explicación científica existe un largo recorrido de relatos a gusto del consumidor. Todos tenemos derecho a opinar. Pero para opiniones con aval las que ha buscado la Consejera de Agricultura de la Junta. Ante la incompetencia de sus antecesores en Agricultura y Medio Ambiente, Herrera la pone a los pies de los caballos cuando el problema ya es un problemón, pero ella da unos espoliques mediáticos que dejan a los agricultores con topillos y sin palabras.

Nada menos que un Comité Científico, un Plan Director de Plagas, un Observatorio de Investigación y Control, un Servicio de lucha contra las plagas y muchas fotos en largas mesas de diálogo y negociación para epatar al personal del campo. El viejo refrán de «si quieres retrasar indefinidamente la resolución de un asunto encárgaselo a una comisión» vuelve a aparecer en escena.  Arropada por la foto de Rectores de universidad, no sabemos de qué especialidad, ella misma asegura que el cambio climático y las nuevas formas de laboreo de la tierra facilitan la reproducción de los roedores. Luego la culpa es del cielo y de los agricultores, como siempre, no se explica entonces para qué sirven algunas consejerías, ni sus competencias, ni sus presupuestos.

A la Junta le vendría bien una explicación togada y exculpatoria bajo presunción científico-universitaria, que siempre avala con mucho postín y credibilidad, así se descargaría parte de su responsabilidad en el descontrol a que ha llegado la situación. Y es que en realidad nadie ha dicho que la Junta tenga la culpa de que haya topillos y se reproduzcan, de lo que si la tiene totalmente es de no haberlo controlado a tiempo, de dejar crecer el problema hasta crear situaciones de alarma social en la población, ya todos conocemos personas que  han sufrido o están padeciendo de tularemia, dan miedo los insectos, el consumo de cangrejos. La peste amenaza con saltar a otras comunidades autónomas colindantes ¡Qué bochorno! Las primeras actuaciones fueron demenciales, venenos contaminando la cadena alimentaria. Ahora ya se pueden volver a quemar rastrojos y cunetas. En fin, la actuación de la Junta en el tema ha sido un auténtico desastre, un ejemplo de pésimas prácticas administrativas, de lo que no se debe hacer, un cero patatero.

Y para rematar, como en política siempre se pueden lanzar los dardos en otra dirección, como no podía ser de otra manera, que los platos rotos les pague Zapatero, dice la Consejera y se queda tan oreada. ¡Claro!, la jugada es que a los agricultores les da igual quien pague, el caso es que alguien les pague los daños, pero el dinero es de todos y quien debe pagar es quien causa el daño, o quien debió controlarlo y pecó de desidia y de impericia, ¿Porqué vamos a pagar todos los españoles el mal hacer de cuatro incompetentes? Que se les exija responsabilidades o que desaparezcan del mapa político y administrativo quienes debieron remediarlo y no lo hicieron, así con el ahorro del gasto en sueldos y ¿funcionamiento? se puede compensar a los profesionales del campo que conocen su medio, y si se les hubiera dejado hacer al estilo tradicional y como sólo ellos saben hacerlo, hace tiempo que los topillos hubieran desaparecido y la plaga nunca hubiera existido, pero fueron amordazados de pies y manos ahora tienen que soportar pláticas sobre comités de expertos y promesas de que paguen otros los platos rotos. «Diario Palentino, 5 de agosto de 2007»

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