CURIOSIDADES

«La única población que atrae nuestras tierras son las legiones de topillos que nos han caído del cielo»

Andando por el mundo siempre se aprenden cosas, y conociendo gente muchas más. Durante los últimos meses, pertinaces paseos por una veintena de municipios de la provincia otorgan conocimiento sobre variados aspectos de la vida en nuestra provincia.

La primera queja versa sobre la desertización. Todos los interlocutores, sin excepción, ponen sobre el tapete su preocupación por la merma de población y la falta  de posibilidades para el asentamiento de nuevos pobladores, sean los propios hijos de las familias locales o aquellos que puedan venir de otros lugares. El lamento se repite en cada pueblo: no hay trabajo, no hay viviendas ni suelo para construirlas, hay que apiñarse en la casa de los padres o de los suegros, los terrenos periurbanos son demasiado caros, el sueño del enriquecimiento urbanístico ha invadido el mundo rural y ha quemado la idea de lo razonable, los jubilados quieren ir a la ciudad para hacer ejercicio en la piscina o aprender manualidades o simplemente acudir a charletas informativas.

El segundo gran tema de conversación son las comunicaciones. Aún muchos pueblos de los valles alejados de la capital no disponen de cobertura para móviles, ni reciben los canales de televisión o las emisoras de radio de mayor audiencia. Como un tercer mundo provincial del que nadie se ocupa.

Las escombreras incontroladas es otro de los toques llamativos del paisaje rural provincial. Si merodeas un poco alrededor de algunos núcleos te vas encontrando montocillos de escombros procedentes de los derribos y rehabilitaciones de los antiguos edificios; algunos de estos depósitos pretenden bachear caminos, otros simplemente se quedaron provisionalmente para siempre. Nadie dice a los vecinos que pueden hacer con ellos cuando renuevan sus dependencias.

De vez en cuando, y como por arte de magia huérfana, los ríos bajan contaminados con peces muertos, los purines de las granjas ubicadas río arriba vierten sin pudor porque es mucho más barato que depurar en origen, quedarían menos beneficios económicos para el amo. El quejido de los alcaldes afectados se pierde misteriosamente en los vericuetos burocráticos.

Parece que la única población que atrae nuestras tierras son las legiones de topillos que nos han caído del cielo, como cuando las ranas pidieron rey y les cayó un monstruo que las devoraba. ¡Toma repoblación! Pero lo más alarmante del caso ha sido la luminosa decisión-ocurrencia adoptada por preclaras mentes, que para luchar contra los invasores han envenenado el campo a la totalidad, lo que conlleva el barrido mortal de los animales de cuneta, lindera y matorral, para seguir con la cadena alimenticia hasta los aires en vuelo fatal con las aves de rapiña. O lo que es lo mismo un limpieza multi-étnica del ecosistema, para acabar cuanto antes y pronto con las protestas de las organizaciones agrarias.

Otro objeto de comentario es la exigüidad de las subvenciones concedidas a las asociaciones locales de cualquier tipo: mujeres, jóvenes, culturales, mayores. Los seres humanos somos gregarios por naturaleza y más aún en las pequeñas poblaciones en las que si algo se mueve tiene que ser de la mano de una asociación. Cuentan que entre cien y doscientos euros reciben para hacer frente a las actividades de todo el año. Cuesta más justificarlo que lo que vale en sí, aseguran.

Es una suerte, como un billete de lotería premiado, encontrarse un joven que quiera quedarse en el campo y además reciba el ánimo y apoyo material y moral de sus padres, por fortuna aún quedan algunos.

El turismo rural es una ilusión óptica tipo relámpago que ni tan siquiera cubre los gastos de mantenimiento, de la inversión ni hablamos, y sin embargo cuanto entusiasmo personal ha movilizado.

La provincia necesita nuevos bríos, ideas diferentes, amor y auténticas ganas de que sus habitantes accedan y gocen a los niveles de bienestar de sus compatriotas urbanos. Mientras no cambien los que mandan siempre el camino del destierro no tiene retorno. «Periódico CARRION, 16 de mayo de 2007»

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.