BATASUNA Y EL PP

«La madurez de los españoles  con el  propósito de conseguir aunar fuerzas»

Que los extremos se tocan es un aserto indiscutible en el mundo real. Los posicionamientos radicales, las conductas excesivas y las ideologías excluyentes son patrimonio de las formaciones que se creen en posesión absoluta de la verdad indiscutible, que se erigen en exclusividad y tratan como marginal a todo aquel que no opine, apoye o favorezca lo que unilateralmente quieren imponer por encima de toda libertad y capacidad de decisión propia.

Para los ultras y radicales de cualquier extremo hablar de tolerancia, de consenso, de diálogo, de aunar fuerzas, de transigir, de ceder por cada lado, de intentar un acuerdo satisfactorio para todos, es algo tan lejano y distante a su capacidad de comprensión que parece sonarles a lenguaje marciano.

Y es que los extremos en su ánimo proselitista, en su afán autocrático, se encierran en su cápsula ideológica de intransigencia y olvidan a lo que iban, olvidan que su razón de ser fue en algún momento de sus orígenes buscar, conseguir, obtener algo positivo, algo bueno para sus conciudadanos. Sus credos iniciales se han degradado bajo  el peso voraz del egocentrismo y el aislamiento de la realidad exterior.

AVT,  PP, «Peones Negros» (¡Qué yu-yu! suena a cu-cus-clan) demasiadas siglas en una misma dirección y remando al unísono contra la paz, contra el cese de la violencia, contra el pacífico estar de la democracia, como si fuera un pulpo con muchos tentáculos colgando de una sola cabeza. Si el Partido Popular, en su denodada y funesta estrategia antidemocrática, pretendía crear confusión en la ciudadanía lo está consiguiendo, porque después de las últimas encuestas publicadas en los medios lo que hemos entendido los ciudadanos es que las acciones violentas de ETA favorecen al Partido Popular. Aunque ni por esas su líder Rajoy consigue su primer aprobado de la legislatura. Y es que el partido Popular se está confundiendo de enemigo y en vez de condenar a ETA condena a Zapatero y da la espalda a los ciudadanos.

Sin embargo es gratificante ver la madurez de los españoles. La capacidad de reacción de organizadores y participantes cediendo a las exigencias del Partido Popular con el solo propósito de conseguir aunar fuerzas, todos unidos contra el terror, sindicatos, nacionalistas, inmigrantes, asociaciones de toda índole, más de 500 organizaciones de la mano para ganar la paz, por la vida, por la libertad y contra el terrorismo, ¡Pues ni por esas! el PP prefiere acompañar a Batasuna en la ausencia, en el boicot, en la autoexclusión, parece que las acciones de los violentos le dan mejores pronósticos electorales.

La verdad, tiene que ser una patata caliente pertenecer hoy al Partido Popular y tener que asumir tan catastrófica actitud opositora a todo lo que suponga un avance de cualquier tipo. Los conservadores tradicionales, aquellas gentes de derechas de toda la vida que lo son más bien por tradición que por auto convencimiento,  porque lo eran sus padres y antes lo fueron sus abuelos, tienen que estar asustadas de las bárbaras respuestas, de los inusitados ataques practicados por tanto advenedizo instalado en la cúpula de lo que en éste país debiera representar a una derecha moderada,  democrática y con plena participación activa en los cambios que inexorablemente exige el paso del tiempo y la evolución de las sociedades de nuestro mundo cultural.

No olvidemos que estamos en el siglo XXI y Europa goza en paz. La era de los dictadores de derechas y de izquierdas se cerró con el tomo que guarda la historia del siglo pasado, mal que les pese a algunos activos nostálgicos. Ha quedado claro que los españoles queremos paz, no guerras, no terrorismo, no radicalismos,  tan solo y tan sencillo como vivir nuestra democracia en paz y libertad. ¿Qué es lo que tanto molesta al Partido Popular? . «Diario Palentino, 14 de enero de 2007»

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