El PP y los impuestos


«Lo que hace el Partido Popular es convertir la igualdad en injusticia, tiene truco, es lo que alguien ha denominado como «El ofertón sucesorio a los más ricos»

El gobierno de la Comunidad de Castilla y León, en manos del Partido Popular, acaba de dar un paso más en la vertiginosa escalada hacia la desigualdad social.  Por mucho que los conservadores, solo a efectos nominales autodesignados «populares», intenten emular la terminología solidaria, utilizando constantemente vocablos extraídos de idearios socialistas y progresistas («Presupuestos ¡¡¡sociales!!!» P.ej.) no pueden esconder su ideología liberal darviniana de que tire el que más pueda, triunfe quien mejor compita y dominen los supremos.

La historia nos habla de que fue la propia burguesía floreciente en las grandes ciudades quien junto con los gobiernos ilustrados proclamaron la necesidad de romper aquel viejo círculo vicioso de la sociedad por estamentos que hacía nobles y poderosos o pobres irredentos tan solo por el azar de nacer en determinadas familias.

Nacer en igualdad supuso enseguida acceder en igualdad de oportunidades lo que conllevó al debate de la equidistribución de la riqueza y al enunciado fundamental de que quien más tiene mas pague, es decir contribuya en mayor medida a los gastos comunes del funcionamiento en sociedad, porque según el contrato social, los individuos renunciamos a vivir en soledad y aislamiento para beneficiarnos de la organización social a cambio de la cesión de parte de nuestras libertades y medios, que ponemos al servicio de la comunidad para tender a las necesidades de todos.

El impuesto de sucesiones desde su creación tuvo como objetivo reducir la desigualdad por  razón de la procedencia social y promover un cierto nivel de equilibrio en las oportunidades, de modo que el heredero al recibir su herencia entregaba una pequeña parte de ésta para atender a las necesidades comunes. Las doctrinas liberales-conservadoras, partidarias de la mínima intervención del Estado en la organización social, siempre han propugnado la supresión de los impuestos directos que gravan la riqueza en proporción a su caudal para sustituirlos por impuestos indirectos que pagan todos los súbditos por igual.

¿A que  nos lleva esta dinámica fiscal?, a que pague menos quien más tiene y por el contrario le cueste proporcionalmente mucho más atender a sus necesidades más elementales a quien menos tiene. La cuenta es muy fácil: si se incrementa el impuesto indirecto que grava el pan, quien tiene menos ingresos tendrá que detraer más dinero para comer con lo que le queda menos para otros fines, quien tiene una gran fortuna no por eso va a comer más pan pero sí ahorra mucho dinero en impuestos que pagarán por él todos los consumidores de pan. Y es que del dinero para financiar los servicios públicos de calidad tiene que proceder de alguna parte, si no paga quien más tiene, pagarán muchos pocos los que poseen menos. Esta es la política económica, que no proclama pero sí practica el Partido Popular en todas las instituciones en que gobierna, aunque cuando hace oposición desarrolle una demagogia inimaginable enunciando propuestas que nunca pone en práctica cuando tiene la oportunidad.

Por supuesto que en nuestro pensamiento de la Europa occidental no se discute la legitimidad de la herencia de los bienes de nuestros antepasados, como propiedad privada que es y debe ser reconocida constitucionalmente en todos los países europeos. Por otro lado también es cierto que la regulación existente del impuesto de sucesiones necesitaba una actualización, incluso nos parece justo que se exonere del pago del impuesto a los herederos familiares directos del fallecido por la vivienda familiar, por la empresa familiar, por la explotación agrícola familiar, incluso por el total del patrimonio familiar, pero con un límite de valor. Porque lo que hace el Partido Popular es convertir la igualdad en injusticia, tiene truco, es lo que alguien ha denominado como «El ofertón sucesorio a los más ricos». Es justo que no paguen por heredar los hijos de las clases medias, pero es injusto que no paguen las grandes fortunas, porque lo que no ingresen en las arcas comunes los herederos de la Duquesa de Alba o de la familia Botín, lo vamos a poner entre todos en el precio del pan. «Diario Palentino, 8 de octubre de 2006»

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