¿De quien se fía el PP?

“Una vez más el PP ha tenido y aprovechado la ocasión de demostrar sus formas de actuación en el escenario político de este país”

Después del reciente anuncio del alto fuego de ETA, al PP no le ha quedado otro remedio que ralentizar su actitud sistemáticamente belicosa contra todo movimiento del ejecutivo de Zapatero, aunque sólo sea por el propio interés de mejorar la imagen ante su propio electorado ya dubitativo ante la constante respuesta negativa y destructiva de esa forma de practicar oposición sin causa ni rigor ante cualquier medida, de pequeña o gran envergadura y alcance, anunciada por el gobierno de la nación.

Pero a pesar de esta modesta ponderación en las respuestas no por eso sus portavoces y representantes se han visto imbuidos de la necesaria cortesía institucional que tan olvidada tienen y tanta falta les hace para recuperar la consideración social de partido democrático en un estado de derecho inserto en el continente europeo.

Ante la remodelación del equipo de gobierno por la salida voluntaria de Bono, el representante número uno del PP a nivel nacional, Sr. Rajoy, ha sucumbido de nuevo y sin limites a la tentación de la descalificación difamatoria, como su máxima especialidad según reiterados alardes. Los ciudadanos hubiéramos esperado, al menos el primer día, que el principal líder de la oposición se hubiera marcado un discurso institucional como corresponde a su cargo, y en terminología formal tendría que haber dado la bienvenida al nuevo ministro Rubalcaba en la cartera de interior, deseándole todos los éxitos en la difícil tarea de cerrar el capítulo de la violencia etarra. Eso al menos hubiera sido lo educado y políticamente correcto, aunque mañana o en la primera ocasión posterior se hubiera despachado como es su costumbre con todas las armas de su arsenal dialéctico.

No siendo así, Rajoy ni tan siquiera ha tenido la consideración de esperar a que el nuevo oponente Rubalcaba llegara a su puesto de trabajo, se quitara el abrigo y desenvainara para esgrimir sus argumentos. Rajoy no ha esperado ni un segundo para intentar herirlo aún indefenso y con los brazos atrapados dentro de las mangas y sin tan siquiera haber tomado posesión en sus nuevas funciones. Es cuestión de estilos, nunca lo hubiera hecho así Zapatero, ni estando en el gobierno ni cuando estuvo en la oposición. Nobleza obliga.

Y así una vez más el PP ha tenido y aprovechado la ocasión de demostrar sus formas de actuación en el escenario político de este país. A Saber:

-Primero: Desconfianza, y dicen “No es una persona de la que el PP se fíe” y los ciudadanos nos preguntamos ¿Y de quien se fía el PP?, hasta ahora solo han manifestado en cada ocasión de quien no se fían, de nadie.

-Segundo: Difama que algo queda, es otro de los parámetros estratégicos de su discurso, “tiene puntos oscuros en su pasado”, pero no detalla ni dice cuales. Este es un juego también habitual y orquestado consistente en dejar caer palabras sueltas que generen dudas sobre la honestidad e integridad de las personas con el fin de que los ciudadanos que las oyen al vuelo en los medios comiencen a dudar y se generen comentarios de desprestigio que ya lastran “ab initio”, cualquier movimiento en pro de la gestión.

– Tercero: Negatividad: “es una mala noticia”, “es una equivocación”. La desesperanza del PP prejuzgando lo que todavía no ha comenzado es otra de sus patentes. Siempre están enfadados, disgustados y temerosos de que algo vaya mal.

– Cuarto: La descortesía institucional de que hacen gala en cada ocasión que se les pone delante les impide comportarse como se espera de una representación política de millones de ciudadanos que educada y democráticamente han depositado en ellos su confianza. Ante tamañas conductas muchos de sus electores tragan saliva, enrojecen y ocultan en silencio el nudo de responsabilidad que se les ubica en el centro del pecho.

– Quinto: La soledad: Una vez más el PP se queda solo, aislado y opuesto ante todas las demás fuerzas políticas con representación parlamentaria. Luego le surge ese pensamiento “único” de que todos están equivocados menos yo, soy un incomprendido, soy una víctima de la sinrazón que sufren todos los que vienen en sentido contrario por el carril de circulación.

Desde luego nadie espera para nada un aplauso del PP, pero al menos algún de talle de cortesía y educación, de buen gusto protocolario, de saber estar, simplemente. “Diario Palentino, 9 de abril de 2006″

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.