“Por fin los ciudadanos estamos comenzando a liberarnos de las mordazas y a rebelarnos contra la peor de las esclavitudes, la desinformación”
A estas alturas de civilización nadie que se precie de una mínima preparación cultural puede negarse a admitir que «La primera víctima de la guerra es la verdad” o al menos una de sus principales, junto con los llamados “daños colaterales” expresión eufemística con la que las fuentes oficiales suelen definir la destrucción del hábitat humano y el asesinato de seres civiles inocentes.
Hace poco tiempo podíamos leer un artículo de Fernando Báez, invitado por la UNESCO para valorar el ingente daño que para la cultura mundial ha supuesto la pérdida de la biblioteca Nacional de Bagdad en el marco del provocado conflicto bélico de Irak. En su texto formula denuncia pública y se sorprende alarmado de que “la primera destrucción de libros del siglo XXI haya ocurrido en la nación donde tuvo lugar la invención del libro en el año 3200 a.C.” y atribuye la culpa a la administración USA por incumplir la Convención de La Haya al no proteger la cultura y estimular los saqueos. Ante la noticia, Donald Rumsfeld comentó que “La gente libre es libre de cometer fechorías y eso no puede impedirse”.
Ayer leíamos en El País que “La Comisión Permanente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa aprobó por unanimidad la primera gran condena internacional del régimen franquista. Este organismo, en el que están representados 43 países, incluida Rusia, insta además al Gobierno español a erigir monumentos en memoria a las víctimas del franquismo, y a instalar una exposición permanente en el Valle de los Caídos para recordar que lo construyeron presos republicanos. El Consejo propone fijar el 18 de julio de 2006 como fecha internacional de condena del franquismo. La resolución condena con firmeza las «múltiples y graves violaciones» de los derechos humanos cometidas en España entre 1939 y 1975.” e insta al Ejecutivo español a crear una comisión de investigación sobre los delitos del franquismo y presentar un informe al Consejo de Europa, a abrir los archivos civiles y militares a los historiadores -la fundación Francisco Franco se niega-…”
La necesidad de conocer y custodiar la verdad histórica de los hechos es un clamor de la sociedad en que vivimos. Crecen los movimientos populares espontáneos en defensa de la Memoria Histórica, de la rehabilitación de las víctimas injuriadas y denostadas. Por fin los ciudadanos estamos comenzando a liberarnos de las mordazas y a rebelarnos contra la peor de las esclavitudes, la desinformación, arma letal del espíritu humano más utilizada por quienes desean a ultranza conservar los datos en su poder para manipularlos y presentarlos a su antojo.
En nuestro pequeño entorno algunos focos de luz que brillan con luz propia comienzan a iluminar aquella parte más vergonzante de nuestra historia, me estoy refiriendo a los trabajos titulados “Los Usos Públicos de la Historia. La Memoria de la Represión de la Guerra Civil en Palencia (1936-1939)”, del Profesor, García Colmenares que añusgó a más de un miembro de la Institución Tello Tellez de Meneses el día de su presentación y del que no se habla deliberadamente para que pase lo más desapercibido posible, y a “Los Médicos de la Otra Orilla” cuyo contenido y valor inestimables para la historia local es sabiamente comentado por el psicólogo palentino Fernando Martín Aduriz hace pocos días en este mismo periódico.
Es el comienzo del fin de las verdades a medias y de las medias mentiras con la cínica pretensión de crear una imagen distorsionada de la realidad. Pronto los investigadores comenzarán a arrojar luz sobre las veracidades históricas contenidas en “Los papeles de Salamanca” que tanta inquietud crean en la filas del Partido Popular, por el momento la primera verdad descubierta es que éste archivo bunquerizado por el gobierno del PP en Castilla y León, ha servido para que al parecer la Consejera de Cultura eche alpiste por importe de 150.000 € a un despacho de abogados de Madrid (¿) bajo la excusa de ¿su defensa?. Y otra pregunta: ¿Tendrán que ser investigadores catalanes quienes primero nos sorprendan con el descubrimiento ilustrado sobre sus temibles contenidos? A pesar de los pesares de algunos, la mentira es de vida breve y tiene las piernas cortas “elisadocio.blog.com”
–[1] Hiram Warren Jonson, congresista norteamericano famoso por haber acuñado esta frase en 1917, poco antes de que finalizara la Primera Guerra Mundial.