«El avance social y cultural siempre ha sido fruto y conquista de las ideologías progresistas»
A punto de celebrarse fecha anual tan memorable, de nuevo las mujeres nos situamos en eterna guardia de la defensa de nuestros derechos, y siempre vigilantes para que de verdad un día pueda ser realidad la teoría de la igualdad que tanto se cacarea y tantos textos y bocas llena.
Hoy no se puede ya mantener la vieja máxima que ponía sobre la mesa la contradicción de ser mujer y de derechas porque ese aserto, que fuera descriptivo en otros tiempos, se ha quedado fueran de juego. Si echamos un vistazo a la historia de cualquier época o lugar podemos comprobar ciertamente que el avance social y cultural siempre ha sido fruto y conquista de las ideologías progresistas. Tenemos que reconocer que en la actualidad todas las mujeres, con independencia de su opinión política o religiosa, se suben al carro de las mejoras y solicitan, demandan y aprovechan lo que las nuevas sociedades ponen a su alcance. Negar esta realidad sería tanto como decir que cuando los ciudadanos adquirimos y rentabilizamos los electrodomésticos, porque son instrumentos muy útiles, significa que nos apropiamos el mérito de los científicos e investigadores que los inventaron.
Pero las diferencias ideológicas siguen persistiendo en las formas de hacer políticas sociales, a pesar de todos los consensos. Por supuesto que es bueno para la causa mantener una unidad de criterio en cuanto a la adopción de cualquier medida que pueda suponer un avance contra la violencia de género pero las cifras cantan por si solas una vez más.
En menos de un año y con la puesta en marcha de una sola ley (Ley Orgánica, 1/2004, de 28 de diciembre), de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género «se han creado 18 Juzgados exclusivos de violencia de género, de los que 17 empezaron a funcionar el 1 de septiembre pasado. Otros 416 Juzgados de Instrucción o de Primera Instancia compatibilizan el conocimiento exclusivo de los temas de violencia contra las mujeres con otros del ámbito civil o penal. Respecto a las Órdenes de Protección, se han solicitado, a 30 de junio de 2005, un total de 20.271, de las que se han acordado 15.330 que suponen un 76%. Por lo que se refiere al número de mujeres que están utilizando el Programa de teleasistencia móvil, son 2.039, a 4 de noviembre de 2005. Hay que constatar que ninguna de ellas ha recibido agresión alguna desde que utilizan este programa».(www. redfeminista.org).
Estamos en el buen camino. El problema se ha detectado y los violentos se ven aislados en la consideración social. La nueva mentalidad y toma de conciencia sobre la existencia del problema, sus causas y soluciones no es un logro baladí. No solo las mujeres sino de paso y junto con ellas, los hijos de los violentos utilizados como arma arrojadiza contra las mujeres para hacerlas sufrir, están recibiendo soporte jurídico y económico, apoyo en los niveles de vivienda, de trabajo, medios efectivos de protección. Las recientes disposiciones atienden también con particularidad y como objetivo resaltado a las mujeres del mundo rural, casi siempre tan olvidadas de todos los convites, y a las nuevas pobladoras inmigrantes que ya suelen traer puesta su propia problemática especial o son más vulnerables a padecerla.
La llegada del siglo XXI profetizó la apertura de una nueva era para la situación de la mujer en el mundo. Las europeas podemos decir que, aunque todavía falta mucho, estamos de enhorabuena si nos comparamos con nuestras iguales de otras latitudes geográficas y culturales. La tarea no ha hecho más que comenzar de modo que manos a la obra y a trabajar. «Diario Palentino, 20 de noviembre 2005»